Diputada en el Parlament y portavoz de Cs en la Comisión de Acción Exterior

Susana Beltrán: “Nuestros votantes no se sienten cercanos al trabajo de los ‘casals’ y de las delegaciones catalanas en el exterior”

Las elecciones catalanas del 14-F afrontan un escenario conflictivo debido al coronavirus, lo que agrava las dificultades que de por sí acarrea el voto rogado. Acabar pues con este sistema es, desde 2011, una demanda recurrente en cada proceso electoral, al que alude también la diputada y portavoz de Ciudadanos (Cs) en la Comisión de Acción Exterior y Transparencia del Parlament, Susana Beltrán. Denuncia igualmente la discriminación ideológica de las delegaciones de la Generalitat y de los ‘casals’.
Susana Beltrán: “Nuestros votantes no se sienten cercanos al trabajo de los ‘casals’ y de las delegaciones catalanas en el exterior”
Susana Beltrán
Susana Beltrán, diputada y portavoz de Ciudadanos en la Comisión de Acción Exterior.

Las elecciones catalanas del 14-F afrontan un escenario conflictivo debido al coronavirus, lo que agrava las dificultades que de por sí acarrea el voto rogado. Acabar pues con este sistema es, desde 2011, una demanda recurrente en cada proceso electoral, al que alude también en esta ocasión la diputada y portavoz de Ciudadanos (Cs) en la Comisión de Acción Exterior y Transparencia del Parlament, Susana Beltrán. Consciente de los problemas que ello supone en cada cita con las urnas, denuncia igualmente la discriminación ideológica de las delegaciones de la Generalitat y de los ‘casals’ hacia los que, residiendo en el exterior, tienen posicionamientos políticos contrarios a la independencia de Cataluña.

Pregunta. ¿Cómo se presentan las elecciones teniendo en cuenta la crisis sanitaria que atravesamos?

Respuesta. Hay preocupación por el asunto de la participación. En términos generales, hemos pedido que, en la medida de lo posible, se vote por correo, pero es evidente que la preocupación por la abstención existe por el miedo de la gente a acudir a las urnas. Nosotros ya pedimos que se aplazaran las elecciones porque el Covid sigue en un momento álgido, pero el Gobierno catalán hizo un decreto chapuza para aplazar las elecciones y el Tribunal ha dicho que se tienen que celebrar el día 14. Respetamos las decisiones judiciales, pero va a ser una jornada electoral diferente a otras por el Covid.

P. ¿Se puede decir que hubo falta de previsión al convocar las elecciones inicialmente para el 14-F teniendo en cuenta la proximidad con la Navidad?

R. Lo que hay es inseguridad jurídica. El Gobierno catalán tenía que haber previsto que esto iba a pasar y no lo ha hecho, a pesar de que partidos como el nuestro pidieron que las cosas se hicieran de una manera meditada; que se pospusieran los comicios de manera bien hecha y no con un decreto que finalmente, desde un punto de vista jurídico y de afectación de derechos fundamentales, no se aguantaba. La inseguridad jurídica va a afectar a la participación y más al voto del exterior.

 

P. ¿Y cuál es su impresión sobre el voto exterior?

R. Es evidente que va a bajar, por mucho que hagamos un llamamiento al voto. Ya teníamos un problema antes con el voto rogado y ahora va a ser peor. Mi partido ha estado trabajando en el Congreso para que se elimine y se sustituya por un procedimiento más ágil y, al mismo tiempo, más seguro, pero todavía no ha llegado ese momento y el voto rogado es un problema. Si se le añade el Covid y todo lo que ha pasado con las elecciones, eso va a perjudicar al votante catalán que tiene que votar desde el exterior.

 

P. ¿Cuál es el mensaje de Ciudadanos para los catalanes en el exterior?

R. Al igual que para los catalanes que están aquí, nuestro partido hace una llamada a la participación, a pesar de los mil y un problemas que pueden afrontar. Sabemos de votantes nuestros, los que pueden, que, por seguridad en su sufragio, van a venir a Cataluña a depositar su voto. En este sentido, la llamada al voto es la misma y también a preservar la salud. En cuanto al programa, es el mismo que para los ciudadanos del territorio en el sentido de que nuestros votantes en el exterior son también catalanes y tienen la misma preocupación por el país que los de aquí. Obviamente, hay problemas concretos, como los que atañen a los certificados, por ejemplo, que son competencia del Gobierno central, y para eso tenemos a nuestros compañeros en el Congreso que ya se están preocupando por ellos. Nuestra preocupación, respecto a los catalanes que residen fuera, es que tengan los mismos derechos que los de aquí y, obviamente, que estén más cuidados, que el Estado tenga más preocupación por los que están en el extranjero, y no solo por los catalanes, sino por todos los españoles residentes fuera.

P. Pero, ¿se da el caso de algún colectivo que les merezca especial atención, atendiendo al país en el que se asientan?

R. Nosotros estamos desde la legislatura anterior pidiendo que se derogue el voto rogado. Esa es una de las mayores preocupaciones en cuanto a los derechos políticos que tienen los catalanes en el exterior y el conjunto de los españoles, ya que perjudica a todos y es una de las grandes batallas políticas que tenemos que librar. Pedimos que se derogue de una vez por todas el voto rogado para ejercer el derecho al sufragio, pero se sustituya por un método más ágil pero seguro.

 

P. Precisamente para derogarlo cuanto antes, el pasado jueves se presentó en el Congreso una proposición de ley de PSOE y Podemos. ¿Qué les parece esa propuesta? ¿Están de acuerdo con ella o les merece alguna objeción?

R. En octubre de 2020, nosotros ya presentamos una enmienda a una propuesta para derogar el voto rogado en la que pedíamos su eliminación y sustituirlo por un voto más ágil. Estamos de acuerdo en derogarlo, pero con garantías. Se tienen que cumplir los estándares de garantía jurídica elaborados por la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) y el Consejo de Europa. El voto electrónico sin las debidas garantías no es un voto seguro.

 

P. Con respecto a los catalanes en el exterior, ¿qué papel ha jugado su partido?

R. El problema es que nuestros votantes no se sienten cercanos al trabajo que hacen las delegaciones en el exterior ni los ‘casals’ y ya ni acuden a ellos, se organizan de otra manera. Las entidades catalanas que perciben subvenciones del Gobierno de la Generalitat no siempre, pero mayoritariamente, están regidas por personas separatistas y es por eso que nuestros votantes no se sienten arropados o queridos por las entidades del exterior. La Federació Internacional d’ Entidades Catalanas (FIEC) y los ‘casals’ apoyaron el referéndum ilegal del 1 de octubre e hicieron una declaración escrita al respecto, lo que demuestra que son partidistas cien por cien.

 

P. ¿Ese es el principal problema que, según perciben, más preocupa a los catalanes en el exterior?

R. Percibimos un lamento general de nuestros votantes de que no reciben la debida atención. El Gobierno de España debería tenerlos más presentes en todos los ámbitos. Esa labor, en el caso de Cataluña, la hacen los ‘casals’ y las delegaciones, pero es un acercamiento sesgado, separatista, y nuestros votantes no se sienten cercanos al trabajo que hacen las delegaciones en el exterior. Se sienten ofendidos, porque esas delegaciones, a lo que se dedican, es a hacer propaganda separatista y a atacar a las instituciones españolas. Y eso a nuestros votantes les ofende.

 

P. Entonces, ¿qué proponen?

R. Que se eliminen las delegaciones en el exterior, porque hacen propaganda separatista y atacan a las instituciones. Nosotros creemos que las delegaciones tienen que servir para promocionar la cultura, las inversiones económicas, los programas de los jóvenes, y tienen que estar al servicio de todos los catalanes y ser de utilidad para todos, y no dañar y ofender a los que piensan distinto. Y, con respecto a los ‘casals’, lo mismo. No se pueden dar subvenciones públicas a entidades que se van a dedicar a hacer propaganda partidista. El dinero público tiene que servir para que las actividades vayan dirigidas a todos los catalanes con independencia de su ideología política.

P. En las pasadas elecciones autonómicas, Ciudadanos se erigió como primera fuerza política y, respecto al voto exterior, se situó en tercer lugar, a poco más de cien papeletas de distancia del segundo, ERC. ¿Cuál es la situación del partido en estos comicios? ¿Por qué ese vuelco en la expectativa de voto con respecto a 2017?

R. Es difícil saberlo. Hemos sido el partido que más propuestas sociales, educativas, sanitarias y económicas hemos presentado en el Parlamento de Cataluña y quizá es que nuestro trabajo no ha llegado al conjunto de la ciudadanía. Hemos realizado un control exhaustivo al gobierno separatista catalán, estuvimos peleando por combatir el nacionalismo y el separatismo desde siempre y a veces se nos reprochan cosas que no se corresponden con nuestro trabajo en el Parlamento. Sería una pena que no se apreciase ese trabajo. Una representación baja del grupo en el Parlamento va a suponer una pérdida del trabajo que hemos hecho en los últimos años.

 

P. Y, ¿a qué cree que obedece esa pérdida de confianza? ¿Puede estar detrás de ese giro el salto de Inés Arrimadas a la política nacional?

R. Nosotros tenemos un buen líder en Carlos Carrizosa. Pero un buen partido no se define por su líder, se define por sus ideas políticas, por el trabajo parlamentario y por toda una serie de indicadores que deberían llegar a la ciudadanía. El fallo está en no haber sabido comunicar suficientemente bien. Si hay que ser alternativa de gobierno, no hay que pensar solo en el líder, sino en un programa adecuado, que lo tenemos, y en un equipo de diputados y de especialistas en áreas de salud, economía, educación, etc., y eso también lo tenemos.

 

P. Con Inés Arrimadas de líder, ¿serían otras las expectativas?

R. No lo sé. Ciudadanos e Inés en el Congreso de los Diputados son muy importantes, porque Cataluña se defiende desde Cataluña, pero también desde el Congreso. El equipo de Inés sigue aquí y está muy cohesionado. Además, Carlos Carrizosa trabaja de modo muy estrecho con Inés, con lo cual, los cambios no son tantos como pudiera parecer.