Florencio Aldrey Iglesias recibió la Medalla de Oro de la Emigración

El director general de Migraciones, Aurelio Miras Portugal, junto al presidente de la Cámara de Diputados de Argentina, Julián Domínguez; el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli; el intendente de la Ciudad de Mar del Plata, Gustavo Pulti; el embajador de España, Estanislao de Grandes Pascual, y el consejero de Empleo y Seguridad Social, Santiago Camba Bouzas, encabezaron el acto en el que se distinguió con  la Medalla de Honor de la Emigración, en su categoría de oro, al empresario gallego-argentino Florencio Aldrey Iglesias, “en reconocimiento a su trabajo en favor de la colectividad española”.

En la ceremonia, que tuvo lugar el jueves 14 en la residencia del embajador, también estuvieron presentes el cónsul general, Rafael Tormo; el consejero de Educación, Francisco Moldes; el encargado de Negocios de la Embajada, Pedro Sanz; el delegado del Gobierno Gallego en Argentina y Uruguay, Alejandro López; el presidente de la Cámara Española de Comercio, Guillermo Ambrogi,  empresarios y políticos, entre otros invitados especiales.

En calidad de anfitrión, De Grandes abrió la ronda de discursos señalando que la distinción otorgada es “un acto de justicia” ya que reconoce su esfuerzo, trabajo y dedicación. “Aldrey Iglesias –avanzó– ha conseguido lo que muy poca gente consigue: crear emporios de prensa y de hotelería; ser un empresario de éxito en todos los campos, y eso ha sido posible porque Argentina lo recibió, le abrió los brazos y le permitió progresar como lo ha hecho”.

Seguidamente, Santiago Camba leyó la orden comunicada de la ministra de Empleo y Asuntos Sociales de España, Fátima Báñez. En ella, el ministerio destaca que este emigrante coruñés hoy preside y dirige varios medios de comunicación, entre ellos el diario La prensa en Buenos Aires y La Capital en Mar del Plata, que también es dueño de varios importantes hoteles, del teatro Avenida y de la bodega Guaymallen.  Además, señala que “se ha caracterizado por dar apoyo y patrocinio a las actividades de las entidades culturales españolas en Argentina” y valora “su profundo compromiso con la sociedad colaborando continuamente con el Centro Gallego de Buenos Aires, el Hogar Gallego de Ancianos y La Fundación Campomar, entre otras entidades benéficas”.

Entre los fundamentos esgrimidos para otorgarle esta distinción, se  destaca la recuperación del Teatro Avenida de Buenos Aires. “Con ello, –dice– Aldrey ha colaborado en la recuperación del legado material e inmaterial de los españoles en Argentina”. Por último, cabe recordar que ha recibido con anterioridad otras distinciones como la Encomienda del Orden del Mérito Civil y la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica.

Miras Portugal fue el siguiente en la lista de oradores para destacar que su “principal cualidad no es la de ser un hombre poderoso en lo económico sino la de ser un hombre rico en amigos”. “Has sabido ser un filántropo desde tu corazón comprometiendo tus recursos a favor de con otros”, dijo.

Por su parte, el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, apuntó que Aldrey “es una fuente inspiradora para muchos jóvenes que pueden ver en él la cultura del esfuerzo, el emprendedor de la vida, el hombre que acepta los desafío”, y despliega para abordarlos, continuó, talento y una gran capacidad de trabajo.

Scioli valoró que también supo jugarse por su comunidad. “Más allá de la racionalidad económica –dijo– se la jugó por Argentina por esos proyectos que él piensa que pueden influir en la sociedad”.

Scioli reconoció que la distinción a Aldrey lo toca “de una manera muy especial” en su sentimientos. “Florencio era muy amigo de mi papá y yo me fui acercando a él. Siempre encontré en él un consejo sabio, una luz en camino en las dificultades que me tocaron atravesar. Siempre encontré en él un incentivo para salir adelante”, apuntó.

En el acto en la residencia del embajador, Julián Domínguez, le trasladó, en nombre de la Cámara de Diputados, un reconocimiento “a su vocación de servicio puesta al servicio del pueblo argentino”.

Coincidiendo, Gustavo Pulti aseguró que en momentos de muchísima conflictividad, como sucedió en la crisis de 2001, Florencio cumplió un rol tranquilizando espíritus, generando mesas de encuentro, generando diálogos ente distintos sectores; algo que “no iba con sus intereses sino con su entusiasmo y su sabiduría por hacer las cosas bien”, matizó.

Finalmente Florencio Aldrey contó que “un siete de noviembre del 49 salió de Santiago de Compostela con una maleta de cartón llena de ilusiones. Tomé el barco Corrientes y llegué el veintidós de noviembre a este bendito país”. “Esa maleta  de cartón –ahondó– no fue fácil arreglarla para hoy llevar más de dos mil sobres para pagar sueldos”.

El acto finalizó con un almuerzo ofrecido por el embajador en su residencia que contó con la presencia de diplomáticos, empresarios y políticos invitados.