LA VISITA DE LOS DOS FUNCIONARIOS DE EXTERIORES DISIPÓ LAS DUDAS SOBRE EL FUTURO DEL CONSULADO

La emigración española en Hannover no consiguió que se mantenga el Consulado

La esperada visita de dos funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación a Hannover disipó las dudas sobre el futuro del Consulado de España en esta ciudad. Los encuentros mantenidos con representantes de la emigración el pasado miércoles, confirmaron lo que ya se temía, que todos los esfuerzos por preservar del cierre a esa Oficina Consular no habían dado los resultados esperados y cerrará sus puertas, posiblemente, al finalizar este año.
La emigración española en Hannover no consiguió que se mantenga el Consulado
 Un hombre en silla de rueda en la protesta contra el cierre del Consulado.
Un hombre en silla de rueda en la protesta contra el cierre del Consulado.

La esperada visita de dos funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación a Hannover disipó las dudas sobre el futuro del Consulado de España en esta ciudad. Los encuentros mantenidos con representantes de la emigración el pasado miércoles, confirmaron lo que ya se temía, que todos los esfuerzos por preservar del cierre a esa Oficina Consular no habían dado los resultados esperados y cerrará sus puertas, posiblemente, al finalizar este año.

 

Según informa Hortensia González, directora del Centro de Día de Hannover, a las once de la mañana del pasado miércoles llegaron a ese lugar de encuentro y formación de españoles mayores, el cónsul general de España, Juan Zurita, y el enviado del Ministerio de Asuntos Exteriores, Pedro José Sanz Serrano. Su misión era  hablar con los responsables del centro y con los mayores sobre el anunciado cierre del Consulado. En opinión de muchos, una visita “pro forma”, pues la decisión estaba tomada de antemano. Aunque esta visita fue anunciada con muy poca antelación, casi un centenar de mayores acudió a la cita.
Tras las presentaciones de rigor, Hortensia González leyó un comunicado, para trasmitir a los visitantes el sentir de todos los presentes. En él, la asistente social de Cáritas expresaba la necesidad de mantener el Consulado General de España en la capital de Baja Sajonia y las razones que justificarían esa exigencia. El Centro de Día sólo se concebiría en la estrecha relación entre Cáritas y el Consulado. Desde los comienzos del proyecto, puesto en marcha hace más de diez años por iniciativa del entonces cónsul general, Álvaro de Salas, el apoyo de esa institución alemana había sido decisivo para su realización. También los cónsules sucesivos habían seguido en esa línea de cooperación, hasta el momento actual. Especialmente, resaltaba la labor del anterior cónsul, Enrique Sardá, que había invertido incontables horas y energía en solucionar los problemas surgidos para alojar al Centro de Día, originados por un cambio de dirección de la Misión Española. También Juan Zurita, el actual cónsul, había demostrado desde su llegada a Hannover que el Centro de Día y el bienestar de los mayores eran asunto principal para él. Mencionaba también en el comunicado, la vinculación especial y el apoyo de todos los empleados del Consulado con el Centro de Día, con los que compartían preocupaciones y éxitos. En este sentido, recordaba su participación en el décimo aniversario de la institución, en octubre de 2009, a cuya celebración asistieran también autoridades alemanas del Ayuntamiento y de organismos vinculados a la Tercera Edad, la directiva de Cáritas y el vicario general de la iglesia.
Como dato histórico, mencionaba el 50º aniversario del Convenio Hispano-Alemán de Seguridad Social de 1959, y de los acuerdos de marzo de 1960, que regulaban la inmigración española a Alemania, hechos de los que algunos de los mayores habrían sido protagonistas.
Al dirigirse a Pedro Sanz, Hortensia González quiso transmitirle como la presencia española en Hannover se materializaba en el Consulado General de España, “que acoge, une y representa”. A través de él, España había estado representada en la ciudad y en sus eventos feriales, los más importantes de Europa. Se refería también a la necesidad de la cercanía del Consulado para los españoles mayores. “Su presencia hoy entre nosotros nos da esperanza. Intuimos que Ud. sabrá encontrar los cauces necesarios para no abandonar a su destino a los emigrantes de la Tercera Edad y para que la presencia de España no se diluya en Hannover”, decía el texto del comunicado, en el que la asistente social manifestaba también el interés de diálogo de algunos de los usuarios y monitores del Centro de Día que dirige.


El discurso del cónsul

El cónsul general, Juan Zurita Salvador, que intervino a continuación, dejó muy claro que se cerrará el Consulado. Pero España no dejaría a sus ciudadanos desvalidos, ya que se les seguirán ofreciendo servicios desde Hamburgo.
Dijo que los motivos por los que se había abierto el Consulado en Hannover ya no existían, pues ahora quedaba poca gente de la primera generación en ese distrito consular, sus hijos estarían integrados en la sociedad alemana, e incluso los mayores hablarían alemán, por eso, y ante la situación de crisis, la política de ahorro del Gobierno habría obligado a tomar la decisión del cierre, mencionando al mismo tiempo la necesidad de abrir consulados en otros países, como Venezuela, país en que viven unos 160.000 españoles.
La intervención del subdirector general de Asuntos Consulares del Ministerio de Exteriores  sólo confirmó lo ya dicho por el cónsul. El funcionario quiso informarse si en el mismo edificio en el que tiene sus instalaciones  el Centro de Día se podría alquilar una oficina para asuntos laborales, sin ofrecer ninguna garantía de que desde España se quisiera instalar tal oficina.


Participación de los mayores

Los mayores expusieron a los visitantes sus argumentos y sus quejas, a los que Sanz habría contestado con mucha diplomacia, pero sin decir nada en concreto, según posteriores comentarios de los asistentes. Uno de ellos, Antonio Mouteira, que trabajó durante muchos años en el Consulado, remarcó que la política de ahorro de España estaba llena de contradicciones. Si lo que se pretende es ahorrar cerrando consulados, Mouteira se pregunta por qué se mantiene el de Génova, con unas 2.000 personas inscritas, y se cierra el de Hannover con más de 8.000, además de una gran oferta cultural que otros no tienen, aclarando que eso no quería decir que pretenda que se cierre el Consulado de Génova. Según él, el cierre del Consulado en Hannover supondría un ahorro total de unos treinta o cuarenta mil euros al mes, una suma que el consulado de Frankfurt, por ejemplo, gastaría también mensualmente sólo en alquileres; también dijo haber escuchado que en Ginebra se habían abierto oficinas con un alquiler mensual que sobrepasaría los cuarenta mil euros. 
La argumentación de que ocho mil u ocho mil quinientos españoles son pocos para mantener abierto un Consulado tampoco le es válida, ya que sería más que el número de vecinos de algunos municipios en España, donde, en cambio, se mantienen las alcaldías.
En una conversación con este semanario, el jubilado, aún reconociendo la gravísima situación por la que atraviesa España, mostró su frustración por lo que está pasando. Según dijo, el enviado  de Exteriores habló de que se intentará dejar una oficina socio-laboral en Hannover, con empleados del Consulado, pero la Administración se mostraría reacia a esta solución, que además implicaría dificultades para obtener el permiso necesario por parte de las autoridades de Baja Sajonia, un problema que ya se había tenido hace treinta años. Por esa razón, se había vinculado entonces dicha oficina al Consulado.
Los más perjudicados por el  cierre serían un millar de jubilados en el distrito consular de Hannover, un número que crecería cada año. Mouteira no comparte la opinión expresada en la reunión de que los mayores sepan el alemán, dice que sus conocimientos son muy deficientes y que precisamente en la jubilación tienen más problemas sociolaborales y de todo tipo, y que necesitan ayuda para resolverlos. Aunque se hubiesen integrado en la sociedad alemana, aceptando y adoptando la forma de vivir del país, seguirían buscando y necesitando el apoyo en las instituciones y centros de españoles.


Encuentro con el CRE
El presidente del CRE, Juan José Couñago, calificó la visita de Exteriores de decepcionante. Según comentó, el subdirector general de Asuntos y Asistencia Consulares de Exteriores, Pedro José Sanz Serrano, les habría recibido, no para escuchar sus argumentos y dialogar, sino para darles la noticia de la decisión tomada en Madrid. Para Couñago está claro que el funcionario no puede cambiar las cosas y que su presencia era la “respuesta física” del Ministerio a las peticiones de la emigración. Incluso dijo que Sanz se había mostrado comprensivo con sus reivindicaciones y conmovido tras el encuentro, esa misma mañana, con los mayores del Centro de Día, prometiendo trasladar todos los argumentos de unos y otros al Ministerio para tratar de dejar en esa ciudad una oficina de atención a la comunidad española cuando se cierre el Consulado. Couñago cree que para mantener una oficina de asesoría y servicios consulares en Hannover sería necesaria la colaboración de Exteriores y el Ministerio de Trabajo, pero éste último tampoco se habría pronunciado al respecto.
Dos días antes de este encuentro, el CRE había recibido, por fin, repuesta del Gobierno a sus cartas, enviadas a Madrid en nombre de la colectividad española nada más conocerse la noticia del cierre del Consulado. En ese sentido, la presencia del funcionario de Exteriores en Hannover no aportó nada nuevo a lo que ya conocían a través de ese escrito.
En un par de meses termina el mandato del actual cónsul general, Juan Zurita, a quien, según la información recibida por Couñago, sustituiría provisionalmente un nuevo cónsul, hasta el cierre definitivo de la Oficina Consular.
A pesar de todo, tanto los miembros del CRE como los demás directivos de centros y asociaciones de la demarcación consular de Hannover no quieren darse por vencidos, por lo que pusieron nuevamente sus argumentos y reivindicaciones sobre la mesa, dispuestos a seguir luchando. Couñago no cree que la fusión con Hamburgo suponga un gran ahorro para España, porque para atender a 8.000 personas más, tendrían que ampliar las oficinas, invertir en infraestructura y gastar más en personal.


Futuro incierto del personal del Consulado

Paralelamente a los encuentros de Pedro Sanz Serrano con la emigración, el subdirector de personal del Ministerio de Asuntos Exteriores, Álvaro Castillo, se entrevistaba con los empleados del Consulado para escuchar sus argumentos y propuestas en cuanto a su futuro laboral, que serían tenidas en cuenta en la gestión del cierre. Uno de ellos, Luis Miguel Oviedo, secretario general de la federación alemana de UGT, informa que la situación del personal es incierta. Se les prometió mantenerles informados sobre las plazas libres en otros Consulados, a los que podrían incorporarse,  pero el traslado para algunos supondría la escisión familiar, sobre todo en el caso de las mujeres,  cuyos maridos trabajan en Hannover. “Se supone que algunos no se pueden trasladar”, dice Oviedo. Parece que a los que no puedan desplazarse se les ofrecerá una indemnización. Para otros esta situación puede suponer incluso una oportunidad, pues si se trasladan a la Embajada, por ejemplo, tendrían posiblemente un puesto mucho más seguro que trabajando contratados en un Consulado. El representante de UGT asegura que en cualquier caso, los sindicatos van a “defender al máximo los derechos de todos empleados”.