El embajador de España en México condecora a José Narro Robles

El embajador de España en México, Manuel Alabart, entregó la prestigiosa Condecoración de la Orden de Isabel la Católica en el grado de Encomienda a destacadas personalidades mexicanas el 6 de junio en su residencia. En un ambiente familiar, el diplomático bromeó con los presentes al comentarles que Alfonso XVIII entregó la misma condecoración al escritor y filósofo Miguel de Unamuno y él contestó: “Me lo tengo bien merecido”.

José Ramón Narro Robles, rector de la UNAM, fue uno de los galardonados con la Encomienda. Descendiente de españoles, su carrera ha destacado por su extraordinaria combinación de la investigación, la docencia y la vocación de servicio público. Premio Príncipe de Asturias 2009 de Comunicación y Humanidades, ha promocionado programas de intercambio entre países iberoamericanos y la lengua y la cultura españolas, desde un mensaje de cercanía entre España y México, nada fácil desde su posición. Narro Robles agradeció el reconocimiento y pidió que se estrechen los vínculos académicos entre los países. También llamó a emprender un nuevo Renacimiento de las ideas en nuestro siglo.

Álvaro Hegewisch Díaz Infante, director general de la Fonoteca Nacional, también fue distinguido con la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica. Manuel Alabart subrayó su participación decidida en el intercambio de residencias artísticas entre España y México desde los puestos que ha ocupado en el Conaculta (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes). Como artista, ha realizado 30 obras escénicas, que ha presentado en importantes festivales de Estados Unidos, Latinoamérica y Europa.

El embajador entregó la tercera distinción a Alfonso de María y Campos, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). El representante español enfatizó su papel en la interacción de museos de los dos países y, últimamente, su labor como titular del INAH para hacer posible la disposición de un museo en el Centro Cultural de España en México.

La Orden de Isabel la Católica tiene por objeto premiar aquellos comportamientos extraordinarios de carácter civil, realizados por personas españolas y extranjeras, que redunden en beneficio de la nación o que contribuyan, de modo relevante, a favorecer las relaciones de amistad y cooperación de la nación española con el resto de la comunidad internacional.