El secretario del Centro Región Leonesa de Buenos Aires apuesta por atraer sobre todo a las familias

Sebastián Lupi Berlanga: “Tenemos que desarrollar nuevas formas de vender nuestra cultura y de involucrar a las personas con los centros”

Los centros regionales de Castilla y León en el exterior afrontan su futuro con nuevas perspectivas respecto a la función que deben desarrollar, que, si bien pasa por conservar la cultura propia entre la colectividad y darla a conocer a las nuevas generaciones, precisa de fórmulas acordes para conseguirlo. Antiguamente, estas entidades, “al menos en América, se formaban por acción de la gravedad”, pero “todo eso ha cambiado hace mucho tiempo y [los dirigentes] no han querido darse cuenta”, denuncia el secretario del Centro Región Leonesa de Buenos Aires, Sebastián Lupi Berlanga.

Sebastián Lupi Berlanga: “Tenemos que desarrollar nuevas formas de vender nuestra cultura y de involucrar a las personas con los centros”
Sebastián Lupi Berlanga
Sebastián Lupi Berlanga, durante el II Congreso Internacional de Centros de Castilla y León en el Exterior.

Su propuesta para el momento actual es trabajar con “una visión más mercantilista para atraer a la gente”, desarrollando “nuevas formas de vender nuestra cultura y de involucrar a las personas con los centros”, comentó a ‘Castilla y León en el Mundo’, durante el II Congreso Internacional de Centros Regionales de Castilla y León en el Exterior, que congregó a mediados del pasado octubre en Salamanca a dirigentes y representantes de las entidades de la colectividad llegados de todo el mundo.

De todos los aspectos abordados durante el encuentro, Sebastián Lupi –hijo de argentino y leonesa– destaca de manera especial la iniciativa de la Junta de crear una plataforma para conectar tecnológicamente entre sí a los centros del exterior. “Más que contar la historia de nuestros centros, eso debió de ser el núcleo del Congreso”, remarca el dirigente asociativo, quien añade a su vez algunos matices.

“Me parece muy interesante” lo que se pretende hacer, pero “hay que discutir más” sobre el asunto, propone, ya que, a su entender, “hay muchas cuestiones legales y de protección de datos” que se deben tener en cuenta a la hora de poner en funcionamiento dicha plataforma. Y “ahí estuvimos muy flacos”, porque “hay países con diferentes legalidades” y esa es una cuestión que se debería abordar de modo continúo, apostilla.

De hecho, su propuesta en la mesa de trabajo en la que participó en el evento de Salamanca se centró en convocar “reuniones” en las que “seguir desarrollando” la idea. Y, para ello, “no hace falta otro congreso, sino crear la gimnasia de juntarnos, aunque sea virtualmente, cada cierto tiempo” e ir “monitoreando” las actividades. “Por ahí podemos empezar”, puntualizó Berlanga, para quien, el congreso celebrado el pasado octubre “debería servir para catalizar y realizar más trabajo conjunto entre todos los centros”.

Viaje de ida y vuelta

Sebastián Lupi es uno de tantos descendientes de originarios de Castilla que emigró a América en el siglo pasado. Nacido en Madrid, recaló con sus padres en Argentina cuando contaba tan solo siete meses y su vida, como la de su familia materna y también la de su hijo, la resume en un constante ir y venir.

Estudió la carrera de Químicas –Salamanca fue precisamente el lugar elegido para formarse–, y posteriormente regresó a Argentina, donde trabajó en un centro nuclear. Por razones de empleo –está ocupado en el sector de la farmoquímica–, actualmente reside en Irlanda y es desde ahí desde donde desempeña la tarea de secretario de la entidad que agrupa a los leoneses en Buenos Aires. Lo hace con la mirada puesta en el futuro, tanto de esta como del resto de instituciones que agrupan a la colectividad castellana y leonesa en el exterior, y su apuesta al respecto pasa por “cambiar la mentalidad” de los dirigentes para hacer más atractivas las entidades. Y no habla solo de diseñar políticas pensadas para los jóvenes.

“Yo quitaría el foco de los jóvenes y lo pondría en conseguir acercar a la gente” en general. Gentes de todas las edades, “también mayores”, puntualiza, e incide sobre todo en la idea de “incorporar a las familias” a los centros, porque estas “vienen con los niños, que van a mamar nuestra cultura y, por naturaleza, van a continuar con las tradiciones”. Redundando en su planteamiento, contempla la probabilidad de que no sea así, pero considera que habrá “más posibilidades” de que se cumpla si se tiene en cuenta su propuesta y se diseñan actividades acordes con lo que se demanda en cada caso.

Refuerza su teoría con su propia experiencia al reconocer el efecto que causó en él el hecho de vivir con una abuela y madre de origen leonés, que le transmitieron los valores culturales de la zona de procedencia. En ese sentido, reconoce: “Yo no necesité venir a España para amar España”. Y lo mismo le sucede con Dinamarca, de donde procede su abuela paterna –“He bailado tanto con los daneses como con los españoles en Buenos Aires, asegura–, lo que le lleva a la conclusión de que “la clave” para mantener vivas las tradiciones propias en el lugar de asentamiento y revitalizar las entidades asociativas está en la “transmisión de valores culturales” dentro del propio núcleo familiar.

A ello añade la apertura de estas entidades a personas de otras procedencias, como ya se hace en la entidad de la que es secretario. “El Centro Regional Leonés de Buenos Aires hace muchos años que incorpora [a la asociación] a gente de todas las etnias y nacionalidades”, comenta, convencido del éxito de “mantener ese tipo de mentalidad” para asegurar la permanencia de estas entidades.

Consciente de que las tecnologías proporcionan “herramientas para atraer” a nuevos socios, a su entender, no será ese el único instrumento para lograr el objetivo, sino que dependerá más de las “actividades” que se programen, que deben ser del interés y del agrado de los socios, lo que va a “depender del contexto de cada centro y de cada región”, porque “las idiosincrasias son distintas”, concluye el dirigente asociativo.