“Castilla y León necesita inversiones y repoblación y nosotros, conociendo nuestros países de residencia, podemos actuar como nexo”

Hernando también habló del futuro de los centros asegurando que “pueden ejercer un excelente rol de vinculación entre Castilla y León y sus ámbitos locales” y recordando que “Castilla y León necesita inversiones, repoblación y nosotros conociendo nuestros países de residencia y las posibilidades de nuestra economía podemos actuar como nexo para que se puedan concretar estas inversiones y también facilitar la llegada de inversores castellanos y leoneses a nuestros países de residencia”.

Otro de los puntos importantes del futuro de los centros son las posibles uniones. En este ámbito, la presidenta del Centro Burgalés recordó que, a lo largo de la historia, el Centro siempre ha tenido un espíritu de unirse “a los otros hermanos de Castilla y León”. “Veremos cómo resolvemos esto en el futuro, no es un tema fácil, pero es un gran desafío”.

En su charla durante el Congreso, la presidenta del Centro mostró su convencimiento de que “servirá para pensar juntos en cómo avanzar como comunidades en el exterior” y qué significa “en 2025 ser castellano y leoneses en el exterior”.

En su intervención también relató la historia de su relación personal con la provincia de Burgos, que se remonta a sus cuatro abuelos y cómo esta conexión familiar le ha llevado a presidir el Centro Burgalés desde hace varios años y, al igual que la mayoría de presidentes, pensar en su comunidad y su provincia “todos los días de su vida”.

Hernando, que agradeció el “esfuerzo económico y logístico de la Junta de Castilla y León y de la Confederación Internacional de Casas Regionales de Castilla y León” para organizar este Congreso, confesó sentirse emocionada por ver que llega gente desde tan lejos para ver la manera de mejorar sus centros.

“En Argentina, a un intelectual se le ocurrió decir y luego se generalizó, que los argentinos descienden de los barcos, nada más falso”, aseguró la ponente, quien defendió que la historia de las personas que llegaron a ese país va más allá del hecho de subirse a un barco para buscar una vida mejor e hizo hincapié en que dejaron atrás familia y costumbres “que siguen estando presentes en todos ellos, en los emigrantes y en nosotros, sus descendientes, que vinimos después”. Además, defendió que “para comprendernos y entender quienes somos, necesitamos saber de dónde venimos, de que cultura venimos y de qué mundo venimos”.

La presidenta del Centro Burgalés detalló que desde 1880 a 1965 emigraron a Argentina 30.000 burgaleses y subrayó que estos movimientos migratorios son muy importantes tanto para el país del que se van como para el país de acogida, convirtiéndose en un fenómeno indisoluble de su historia y de su cultura.

Asimismo, en su intervención Hernando habló de la relación de Burgos con la ciudad de Buenos Aires, fundada por un burgalés Juan de Garay en 1850, y recordó el Centro Burgalés forma parte de la Federación de Sociedades Castellanas y Leonesas de Argentina que cuenta con 14 entidades repartidas por todo el país, de las que cinco son centenarias.

La entidad cumple este año 108 años de vida y sirvió de nexo entre los burgaleses que ya estaban y los que llegaban. Los principios, recuerda, no fueron fáciles pero la entidad fue creciendo y “el Centro Burgalés se convirtió en el epicentro de la vida de muchos emigrantes, allí se forjaron relaciones, matrimonios y amistades para toda la vida”.

Julia Hernando destacó el trabajo del director del Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa del Centro Asociado UNED Zamora, Juan Andrés Blanco, quien, según dijo, les hizo ver la importancia de preservar la historia colectiva e individual de los emigrantes. “Comparto con Juan Andrés la necesidad de contar con un archivo museo presencial de la emigración”, tal y como propugnó en varias oportunidades el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.