Carolina se siente fuertemente ligada a León, la ciudad natal de su madre

Carolina Wolf Pérez, reina de las flores de ‘Altes Land’, orgullosa de sus raíces leonesas

Cada primer sábado de mayo se celebra en el municipio alemán de Jork la floración de los cerezos y manzanos con una gran fiesta popular.

Carolina Wolf Pérez, reina de las flores de ‘Altes Land’, orgullosa de sus raíces leonesas
Carolina Wolf Pérez, con su madre.

Cada primer sábado de mayo se celebra en el municipio alemán de Jork la floración de los cerezos y manzanos con una gran fiesta popular. El momento culminante es la coronación de la “Blütenkönigin”, la Reina de las Flores de ‘Altes Land’, la zona frutera más grande del norte de Europa. La elegida es siempre una joven de la región, pero este año, por primera vez, lleva la corona una hispano-alemana.

Situado al sur de Hamburgo y separado de esa ciudad por el gran río Elba, el municipio de Jork, centro de Altes Land, es un atractivo destino turístico. Como cada año, miles de personas se agrupaban también esta vez en torno a su ayuntamiento, curiosas por saber quién sería la que iba a representar oficialmente a la región en toda Alemania durante 2013-2014, un secreto celosamente guardado hasta el momento de la coronación.

Cuando el representante del jurado y responsable de la organización del evento, Michael Rausch, tras la despedida de la anterior reina, leyó el nombre de la elegida, subrayó que era medio española. Y, efectivamente, Carolina Sofía Wolf Pérez, la joven de 18 años que en aquel momento llegaba al escenario, sonriente y nerviosa a la vez, vestida con el valioso traje típico y un poco abrumada por los aplausos de tanta gente, además de ser alemana y haber crecido en Jork, tiene raíces leonesas, algo que hace su elección singular en esta región de arraigadas tradiciones. Al acto, que estuvo presidido por el alcalde de Jork, Gerd Hubert, le dieron marco las actuaciones de grupos de folclore llegados de diferentes puntos de Alemania. Los grupos de flamenco de una escuela de baile de la localidad y un sol espléndido dieron acento español al evento.

Sus abuelos viven en León

Carolina se siente fuertemente ligada a León, la ciudad natal de su madre, donde regularmente pasa sus vacaciones y convive con sus familiares. Aunque en primer término se considera alemana, asegura que cuando está en España se da cuenta que también es de allí, “es mi segunda casa”, dice, recordando  todos los veranos y fiestas de Navidad vividos en casa de sus abuelos maternos en la capital leonesa. Con la coronación se cumplió para ella un sueño de la infancia, según confesó al dirigirse por primera vez al público, un hecho que marca el comienzo de un año lleno de emociones, pero también de responsabilidad y trabajo.

El nombramiento tiene para la joven reina un gran significado, “me gusta vivir aquí y quiero dar a conocer Altes Land y sus tradiciones en otros lugares”, comenta. Oportunidades no le van a faltar. En un año puede tener hasta sesenta actuaciones, tanto en eventos oficiales como en ferias relacionadas con el turismo o los productos agrícolas de la región, en entrevistas con la prensa y, naturalmente, en todas las festividades locales. Las reinas de Altes Land suelen ser invitadas por el presidente del Gobierno y recibidas también en la Cancillería, honores por los que Carolina está dispuesta a vestir el complicado atuendo todas las veces que sea necesario.

Cuenta que ponerse el traje regional es todo un arte. No puede hacerlo sola y, aún así, necesita por lo menos hora y media hasta estar compuesta para presentarse en público. Le ayuda su madre, Rosa, que será su dama de honor durante el año de su reinado. Ya vestida, el portar el traje durante horas supone un esfuerzo añadido, pues solo la falda pesa seis kilos. Además, las pesadas joyas de filigrana de plata, el collar de cinco vueltas y los botones del atuendo, no sólo muestran el estatus de quien las lleva sino que ponen a prueba su resistencia física.

A la pregunta de si le gustaría ser embajadora de Altes Land en su segunda patria, la joven dice que sí, “me gustaría mucho, pero no creo que sea posible”, aunque piensa que sería una magnífica oportunidad  para tender un puente entre la región de Altes Land y la región leonesa.