Esplendor en la fiesta de la Virgen de La Peña celebrada en el HCV

El Hogar Canario Venezolano de Caracas (HCV) se vistió de gala, el sábado 21 de septiembre,  para celebrar el Día de la Virgen de La Peña, en un acto que condensó la religiosidad con la hermandad y las tradiciones canarias.

Esplendor en la fiesta de la Virgen de La Peña celebrada en el HCV
VIRGEN DE LA PEÑA 2013 4
Santana Reyes recibe un álbum contentivo de 9 años de celebraciones a favor de Nuestra Señora de La Peña, de mano de Miné Gorrín Ramos.

El Hogar Canario Venezolano de Caracas (HCV) se vistió de gala, el sábado 21 de septiembre,  para celebrar el Día de la Virgen de La Peña, en un acto que condensó la religiosidad con la hermandad y las tradiciones canarias.
Eran las 7 de la tarde cuando la imagen salió del Oratorio en procesión. Los fieles y las danzas del Grupo Garoé del HCV la acompañaron hasta el Salón Principal de la entidad.
Antes de comenzar el oficio religioso, María Candelaria Afonso, directora de la ceremonia, agradeció a los que con su colaboración hicieron posible que se llevara a cabo el acto.
A continuación, Antonio Álamo Lima, relató la historia de la Virgen de La Peña de Fuerteventura y cómo una réplica llegó a Caracas en julio de 2004 desde el ayuntamiento de Betancuria, con una comitiva junto al actual consejero de Empleo y Seguridad Social de la Embajada de España en Venezuela, Juan Santana Reyes, que en esa época hizo los trámites en Canarias con la finalidad de hacer realidad que La Peña viajara a Venezuela para su entronización en el Oratorio del HCV.
Álamo Lima señaló que “la escasa cantidad de majoreros que se encuentran en Caracas ha hecho que la advocación de La Peña tenga tantas devociones de gentes de otras islas y de otros lugares en el HCV”, al tiempo que subrayó: “Como podemos comprobar esta noche, desde el día de su llegada La Peñita se ganó el corazón de todos”.
El presbítero Carlos Luis Suárez celebró la misa cantada por la Rondalla Típica del HCV. El sacerdote de origen canario, en su homilía, hizo referencia a la vigencia de la palabra del Evangelio a pesar de más de dos mil años del relato. “Vemos que las riquezas vuelan y que no llegan a lugares apropiados. (…) A veces lamentablemente los dineros se pierden en el camino, son historias que nos acompañan siempre”. Hizo referencia a quienes se han superado y no han sabido mirar hacia los lados, aunque otros han sido ejemplo de generosidad y solidaridad. “Que se pusieran en manos de la Virgen de La Peña, esa imagen tan pequeñita que ha robustecido el corazón de tanta gente trabajadora, de un pueblo amante de las cosas buenas de Dios”.  
Antes de la bendición, el sacerdote cedió la palabra al consejero Juan Santana Reyes, que asistió acompañado de su esposa, Kalia Ayala de Santana. El consejero de Empleo y Seguridad Social agradeció la concurrida asistencia al acto y la participación de las personas que hicieron posible el evento.
Por su parte, María Candelaria Afonso convocó a Mine Gorrín Ramos, presidenta de la comisión organizadora de los festejos, que reconoció a Santana Reyes su especial colaboración con la entrega de un álbum recopilatorio de la trayectoria de las ceremonias religiosas durante los nueve años de la permanencia de ‘La Peñita’ entre los socios de la institución.
La procesión de la imagen con una parranda de la Rondalla Típica de la institución, las malagueñas cantadas por Juan Hernández y los fuegos artificiales concluyeron los actos religiosos, para continuar los recreativos en el patio colonial de la institución con la participación de la Agrupación Folclórica del HCV que interpretó danzas canarias, mientras el público disfrutaba de su arte y de un brindis en el que colaboraron los integrantes y amigos de la comisión.
La junta directiva del HCV, encabezada en esta ocasión por el vicepresidente, Ricardo Márquez Lugo, fue impulsora para que se llevaran a cabo los actos en honor a Nuestra Señora de La Peña lo que significó que la tarde-noche resultara tan agradable en opinión de los asistentes.


Virgen de La Peña
Esta imagen de la Virgen María, de alabastro y de autor anónimo, fue llevada a Fuerteventura por conquistadores de Normandía en el siglo XV. Se trata de la imagen mariana más antigua que existe en Canarias, siguiéndole a continuación la Virgen de las Nieves de la isla de La Palma y la Virgen del Pino de Gran Canaria. Aunque hasta el siglo XIX la imagen mariana más antigua era la primitiva imagen de la Virgen de Candelaria de Tenerife, que era una talla del siglo XIII o anterior y fue encontrada por dos aborígenes guanches en 1390, desapareciendo en un desgraciado temporal en 1826.
La imagen de ‘La Peñita’, como es llamada cariñosamente en la isla de Fuerteventura, es una obra maestra de pequeñas dimensiones, es una figura sencilla, de 23 centímetros de altura con el infante situado en sus rodillas. Fue esculpida siguiendo los cánones del gótico francés. Se cree que fue traída de Francia por Juan de Béthencourt, y fue encontrada en una pequeña gruta al pie de una peña o pequeña montaña por San Diego de Alcalá y Fray Juan de San Torcaz, monjes franciscanos que residieron en el convento de Betancuria. Se cree que la imagen pudo estar entronizada en la parroquia de Betancuria, de la que hubo de ser salvada y escondida cuando el pirata Jabán destruyó la Villa de Betancuria, para años después ser descubierta en la cuevita bajo la peña.
Fue hacia la segunda mitad del siglo XVII en el que adquiere el patronazgo de Fuerteventura, aunque de manera compartida con la antigua patrona de la isla, la Purísima Concepción que se venera en la Villa de Betancuria, debido a un acuerdo cabildicio. La devoción dio lugar a algunas expresiones literarias como unas ‘Coplas a la Virgen de la Peña’ aparecidas en el siglo XVIII.
Actualmente, la talla de La Peña se encuentra situada en la hornacina central del retablo mayor de la referida ermita de la Vega de Río Palmas, colocada sobre un pedestal dorado y enmarcada por un sol de plata y una media luna dorada. La hornacina que da cobijo a la imagen está decorada con molduras, rocalla y rodeada de inscripciones latinas.
La imagen de La Peña presenta los ojos cerrados y roturas en su mano izquierda, y en la cabeza y brazo del niño, hechos que explican la tradición piadosa, señalando que la Virgen cerró los ojos para no ver cómo una mora loca mutilaba a su hijo.
Actualmente, la fiesta principal en honor de La Peña es la romería que se celebra el viernes anterior al tercer sábado del mes de septiembre. Esta romería nació en la década de los años ochenta del siglo XIX y tiene carácter insular. A ella acuden romeros de todos los rincones de Fuerteventura y del resto de las islas del Archipiélago canario, movidos por la devoción, para pagar promesas, para pedir gracias a la Patrona y para participar en los actos religiosos y lúdico-festivos que se organizan durante los días que dura la fiesta. Hasta el año 2008, esta romería popular se celebraba el tercer sábado de septiembre, sin embargo, ese año se trasladó al día anterior (el viernes), celebrándose los principales actos religiosos el sábado, con la solemne eucaristía y la posterior procesión.