“En Argentina, hoy por hoy, en situación desesperante estamos todos y el colectivo canario no es de mucho poder adquisitivo”

A lo largo de más de ocho década el Club Archipiélago Canario ha mantenido viva la llama de la canariedad en Argentina y brindado cobijo a miles de emigrantes que llegaron al país, en las primeras décadas del siglo XX, en busca de oportunidades.

“En Argentina, hoy por hoy, en situación desesperante estamos todos y el colectivo canario no es de mucho poder adquisitivo”
En la mesa cabecera, Liliana Acosta –en el centro–, acompañada por Álvaro Acosta Martín, expresidente honorario y Blanca Acosta, durante la celebración del 82 aniversario del Club Archipiélago Canario.

La contracara, es la situación del país que se torna, una vez más, enormemente desafiante para la gran mayoría de sus habitantes, en general, y en particular, para el colectivo canario. Por ello, los directivos de la entidad, adelantó su presidenta Liliana Acosta, planean poner en conocimiento de ello a las autoridades canarias que visitaran la Argentina el próximo 10 de septiembre con motivo de la instauración del Día de la Emigración Canaria.

Pregunta. ¿Cuál es la situación del colectivo canario en Argentina?

Respuesta. Si bien no quedan muchos canarios de origen hay muchos hijos de canarios que están atravesando una situación difícil.

En Argentina, hoy por hoy, en situación desesperante estamos todos y el colectivo canario no es de mucho poder adquisitivo. Es gente muy trabajadora, que quizás tengan su casa propia con dificultad para mantenerla.

P. ¿Hay programas autonómicos que atiendan esta situación?

R. Hubo programas de apoyo sanitario y alimentarios en Argentina en época del 2001 pero en la actualidad no. Si los hay en Venezuela. Pensamos solicitar que vuelvan a apoyar a los colectivos en Argentina, para hacer frente a la situación actual.

P. ¿Existen o se fomentan los vínculos de ida y vuelta entre las islas y los colectivos en el exterior?

R. Me llama poderosamente la atención las cosas que hace la Xunta de Galicia  en relación a sus colectivos en el exterior, los intercambios que tienen, etc. Desgraciadamente, Canarias no fomenta esos vínculos.

Antes de la pandemia hubo una línea de becas para realizar un máster en Canarias pero en este momento no hay líneas de cooperación con Argentina en marcha.

P. ¿Están retornando los canarios? Y en ese caso, ¿quiénes están retornando?

R. Hay un poquito de todo. Hay personas mayores que, al cobijo de familiares que están allí, decidieron viajar. También conozco algunos jóvenes que han ido en busca de oportunidades.

En lo que yo conozco de la colectividad  no es muy importante la corriente migratoria para allá. Son algunos. Tampoco hay programas de apoyo al retorno o  incentivos. Hay una ayuda al retorno, cuando están allí pero que no es muy significativa.

El tema es que Canarias recibe una gran inmigración furtiva que llega desde África, a la que tiene que responder.

P. ¿Cómo se vive el retorno en el seno familiar?

R. La migración es muy dura para las familias. En mi experiencia personal te puedo contar de mi hija y mi hermano han retornado.

Mi hermano, que en 2001, tras haber sido víctima de algunos hechos de inseguridad, emprendió el viaje, al revés que mi padre y mi hija lo hizo en 2003.

En retorno se vive con la tristeza de tener el corazón repartido. Es muy duro pero es una cosa que los hijos de emigrantes lo llevamos prácticamente en la sangre. Nos educamos en ese sentimiento y lo conocemos a través de todos los relatos.

Gracias  Dios que este País ha sido sigue siendo para los emigrantes, verdaderamente un país de brazos abiertos en todo. Se encuentra aquí con cobijo de la sanidad, del trabajo para los que tienen intención de trabajar.