LA CANCILLER LE INVITÓ COMO REPRESENTANTE DE LA EMIGRACIÓN ESPAÑOLA AL ACTO ‘ALEMANIA DICE GRACIAS’

Teodoro Calvo, un emigrante español de la primera generación, invitado de Merkel

Bajo el lema ‘Alemania dice gracias’, el Gobierno alemán quiso mostrar su agradecimiento a los emigrantes extranjeros de la primera generación por su contribución al resurgimiento industrial y económico del país, cuando a finales de los años cincuenta del siglo XX tuvo que reclutar trabajadores en otros países para poder cubrir la necesidad de personal en fábricas, minas, altos hornos, en la construcción, los servicios municipales y los hospitales. Con este motivo, la canciller, Angela Merkel, invitó a doscientos trabajadores extranjeros de diferentes nacionalidades a una recepción en la Cancillería en Berlín.
Teodoro Calvo, un emigrante español de la primera generación, invitado de Merkel
 Otra prueba
Otra prueba

Bajo el lema ‘Alemania dice gracias’, el Gobierno alemán quiso mostrar su agradecimiento a los emigrantes extranjeros de la primera generación por su contribución al resurgimiento industrial y económico del país, cuando a finales de los años cincuenta del siglo XX tuvo que reclutar trabajadores en otros países para poder cubrir la necesidad de personal en fábricas, minas, altos hornos, en la construcción, los servicios municipales y los hospitales. Con este motivo, la canciller, Angela Merkel, invitó a doscientos trabajadores extranjeros de diferentes nacionalidades a una recepción en la Cancillería en Berlín.

 

Son hombres y mujeres que a lo largo de su vida se distinguieron por su dedicación voluntaria a trabajos de ayuda social en la emigración o fueron protagonistas de algún hecho extraordinario. Seis de ellos, entre los que se encontraba el español Teodoro Calvo, fueron elegidos por sus biografías ejemplares para hablar de sus experiencias en la RFA con la canciller y la ministra y máxima responsable de Migraciones del Gobierno federal, María Böhmer.
En el discurso dirigido a las personas invitadas, Böhmer dijo que la emigración había sido, para la mayoría de ellas, un viaje hacia un mundo desconocido en el que habían tenido que enfrentarse a todo tipo de problemas, un mundo que “hoy es para muchos una segunda patria”, subrayó, pero reconoció también que no se les había hecho fácil sentirse bien en este país, porque “no hemos hablado siempre el lenguaje del corazón”, lamentó, algo que ahora querían corregir, porque habían aprendido que “la integración es un proceso bilateral que cambia a todos”. Dijo también que Alemania había cambiado con los inmigrantes, porque no sólo habían ayudado a su enriquecimiento económico, sino que habían contribuido a que el país se transformara social y culturalmente, algo por lo que querían darles las gracias.
Al encuentro asistieron representantes diplomáticos de los países de procedencia de los invitados, así como los presidentes del Consejo de Dirección de las empresa BASF y Daimler AG (antes Daimler Benz), empresas que acogieron a numerosos trabajadores extranjeros. Asistieron también el presidente de la Oficina Federal de Empleo y el presidente federal de los Sindicatos, que ya desde 1961 integraron a los trabajadores extranjeros y representaron sus derechos. Terminado el acto oficial, todos los asistentes fueron invitados a una comida en la Cancillería.


Un honor inesperado
Al regresar de las vacaciones, Teodoro Calvo se sintió muy sorprendido por la invitación recibida de la Cancillería alemana. “No me lo esperaba”, asegura, pero son muchas las personas que le conocen y saben de su labor social voluntaria, a la que se dedicó prácticamente desde que llegó a Alemania, primero en las Misiones Católicas de lengua española, luego en la Asociación de Padres de Familia, y más tarde en el Centro de Día. Por eso no sorprende que le propusieran como candidato para representar a la emigración española en este acto honorífico, dirigido a la primera generación de trabajadores extranjeros en la RFA. Calvo no fue el único español invitado, “había otros cinco”, dice, aunque sí fue el único elegido para sentarse en el estrado junto a Angela Merkel y los presidentes de las empresas ya mencionados, para que, con otros cinco representantes de otros tantos países, contaran cómo habían vivido la emigración.
El activo jubilado cuenta que, ya días antes de la recepción en la Cancillería, la prensa alemana había comenzado a preocuparse por su biografía. Le llamaron para concertar entrevistas, “incluso vino una fotógrafa de Berlín exclusivamente a mi casa para hacerme fotos”, comenta. Pero su mayor sorpresa fue cuando llegó a la capital alemana y, ya en la estación central, le esperaban fotógrafos y periodistas “como si fuera una estrella de cine”, recuerda entre incrédulo y divertido, aunque, en aquel momento, todo el interés de los medios por su persona le pusieran más nervioso de lo que ya estaba “pensando que tenía que hablar delante de tanta gente”, dice, “porque yo no estoy acostumbrado a esas cosas”.
La ministra María Böhmer le recibió en la Cancillería, a él y a los otros cinco “ejemplos vivos de la emigración”. Sobre el recibimiento que les habían dispensado, Calvo dice que tuvieron “una acogida muy calurosa”.
Cuando después de los discursos de Merkel y Böhmer le tocó el turno de hablar, Teodoro Calvo se refirió a lo que había significado para él la emigración; dijo que el vivir en el extranjero suponía un enriquecimiento para cualquier persona, dando más peso a esta afirmación que a las dificultades por las que tuvieron que pasar los que, como él, vinieron aquí para trabajar. Habló también de la importancia de la integración en la sociedad de acogida, dificultada por la falta de conocimientos suficientes para comunicarse en alemán, y del esfuerzo de los padres españoles por la educación de sus hijos, para integrarlos en el sistema escolar alemán y conseguir que, al mismo tiempo, aprendieran la lengua española en las escuelas complementarias y mantuvieran su identidad como españoles.
Esto fue posible gracias al movimiento asociativo, que agrupó a los padres españoles con un objetivo común: lograr para sus hijos la mejor educación posible. En este sentido, Calvo resaltó la importante labor realizada por las Asociaciones de Padres de Familia en Alemania y en particular, en Hannover. Naturalmente, habló también del “Centro de Día de Hannover”, al que dedica casi todo su tiempo desde que se ha prejubilado, y de lo que para otros jubilados significa el tener este punto de encuentro para relacionarse, mantenerse activos y aprender cosas nuevas participando en los diferentes cursos y actividades que allí se ofrecen.