Opinión

Irak: la vida de los otros

Irak: la vida de los otros

Tras siete años de pesquisas, la comisión de investigación de la guerra de Irak presidida por sir John Chilcot presentó un informe oficial en el que se dijo oficialmente lo que ya todos sabíamos: “Está claro ahora que la política sobre Irak se hizo sobre la base de un inteligencia defectuosa”, explicó Chilcot al presentar su documento.

La verdad es que el eufemismo de “inteligencia defectuosa” podría haber sustituido por “una patraña canalla” pero entiendo que informes de tal calibre deben guardar determinadas formas.

En el informe se dice que tanto el expresidente español Aznar como el exprimer ministro británico Anthony Blair se reunieron el 27 y el 28 de febrero de 2003 para discutir la invasión de Irak. Allí acordaron una estrategia de comunicación para dar la impresión de que “estaban haciendo todo lo posible para evitar la guerra” cuando la verdad es que estaban haciendo todo lo posible para ir a la guerra.

El caso es que Blair entonó su mea culpa después de hacerse público el informe. Entre semilágrimas de cocodrilo y cara de espanto dijo que sí se arrepentía… pero no se arrepentía. A Aznar no le interesa, ni le importa, justificarse. El expresidente español que hablaba con la voz del oso Yogui cuando estaba en compañía de Bush declaró recientemente que si alguien quiere una declaración suya que la lea en su libro (previa compra).

Resaltaría dos cosas importantes de este informe. La primera que se hiciese un informe como ese en la Gran Bretaña, algo imposible en España, donde están todos muy contentos con la más absoluta impunidad.

La segunda es esa “vida de los otros” que destruimos, que matamos lentamente con cada nuevo atentado diario. El sistema caótico que sustituyó la “dictadura” de Saddam Hussein puede ser del gusto de Occidente, pero dudo mucho que sea del sufrido pueblo iraquí.

Ni Aznar ni Blair ni Bush ni Durão Barroso van a pagar por esos muertos, tal vez algún día, en algún sitio tengamos suerte y pase un milagro.