Opinión

No sólo es Cataluña

Llama la atención que, al calor de la crisis catalana, otras regiones en Europa ya han comenzado a presionar e incluso votar por mayor autonomía de cara al poder central.

Un caso relevante fue la reciente decisión del Tribunal Constitucional alemán de negarle un referendo soberanista al länder de Baviera, de conocidas pretensiones autonomistas. 

Pero el espejo catalán también se reflejó el pasado domingo 22 en Italia. Un total de doce millones de electores de las dos regiones más ricas del país, siendo éstas Lombardía y Véneto, votaron un referendo para reclamar al Estado más competencias y autonomía. El 98 por ciento de los venecianos votaron afirmativamente, mientras que el 95 por ciento de los lombardos, con un escrutinio menos avanzado, se decantaron por la ampliación de poder regional.

Ambas votaciones no son vinculantes, toda vez el Gobierno italiano tiene la última palabra sobre si se aumenta o no la autonomía. Pero ambas votaciones son significativas si se interpretan de acuerdo al prisma catalán. En todo caso, el Gobierno de Italia muy probablemente atenderá la votación popular no vinculante, con claras expectativas de frenar cualquier presión política por parte de la separatista y neofascista Liga Norte.

No dejan de ser igualmente significativas las similitudes entre los casos catalán, lombardo y véneto. La votación en ambas regiones italianas buscaba obtener mayores competencias en infraestructura, sanidad y educación. Pero el trasfondo estaba en la gestión de los 27.000 millones de euros que se calcula que el Estado recauda de impuestos en estas dos regiones. 

Según los gobernantes de Lombardía y Véneto, la mayor parte de esos impuestos son dilapidados por la burocracia centralista. En este sentido, Lombardía aporta el 20 por ciento del PIB italiano y Véneto, el 10 por ciento. 

La reclamación lombarda y véneta es muy similar a la que históricamente ha argumentado Cataluña. Pero el desenlace de ambas demandas parece ser diametralmente diferentes. Como también la negativa del Constitucional alemán ante cualquier presión soberanista en Bavaria, una respuesta muy similar a la que realiza Mariano Rajoy Brey con Cataluña.

Pero el espejo catalán también se refleja en otras latitudes soberanistas como Escocia, Gales (Reino Unido) y Flandes, esta última la región flamenca de habla neerlandesa existente en Bélgica. Por ello, la atención europea está muy pendiente del incierto desenlace del laberinto catalán. Y puede que el ejemplo lombardo y véneto sea también una referencia democrática para la resolución de las demandas soberanistas en Europa.