Opinión

Martín de Güemes, la ‘guerra gaucha’ y el general San Martín

Martín de Güemes, la ‘guerra gaucha’ y el general San Martín

“El general San Martín, que tenía el raro don de adivinar los hombres entre las multitudes y aplicar sus cualidades especiales, encontró al hombre que necesitaba para la guerra de partidarios en el comandante Martín Güemes, iniciador de este género de hostilidades, cuya biografía hemos bosquejado, y le confió el mando de la línea de avanzada del Pasaje, quedando siempre el coronel Pedro José Saravia con el de Guachipas, ambos a órdenes de Dorrego. Desde entonces las hostilidades parciales tomaron nuevo impulso y la guerra de partidarios asumió un carácter verdaderamente militar, tomando con resolución la ofensiva”. Son palabras del historiador y egregio presidente argentino Bartolomé Mitre extraídas de la Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana en su tomo I, segunda edición, diciembre, 1977, Eudeba (Editorial Universitaria Buenos Aires), impreso en la Argentina, 1977.
El caudillo don Martín de Güemes era hijo de un funcionario español de la Real hacienda de Salta, quien cursó estudios en el Colegio San Carlos de Buenos Aires y actuó en las invasiones inglesas. Se incorporó al primer ejército de la Revolución en 1810: con su Escuadrón de Salteños acompañó a Castelli en Tiahuanaco y Potosí, en la campaña del Alto Perú. Retornó a Buenos Aires con prisioneros y había permanecido fuera de su provincia cuando Manuel Belgrano comandaba el Ejército del Norte; por esta ausencia no estuvo en las victorias de Tucumán y Salta. Se encontraba en Santiago del Estero cuando don José de San Martín llegó a Tucumán y lo hizo venir a su presencia. “Ambos patriotas se encontraron en Yatasto y San Martín, después de oírlo, le confió el mando de la frontera”, escribe el historiador y escritor Ricardo Rojas en su magna biografía El santo de la espada (Vida de San Martín), segunda edición, julio, 1978, Eudeba (Editorial Universitaria de Buenos Aires), impreso en la Argentina, 1978.
Así comenzó a desarrollarse la recia personalidad del caudillo salteño, quien, a partir de entonces, se convirtió en la imprescindible y carismática guía de la patria en la defensa del territorio por el norte. La acuñada ‘guerra gaucha’ de Güemes –que subsistió hasta su trágica muerte en 1821– formó parte del plan sanmartiniano, dado que el caudillo salteño hostilizaba a los ‘realistas’ del Perú en Salta, en tanto que San Martín los acometería por el oeste. “Es Güemes a su modo otro caudillo castizo y cristiano”, continúa Ricardo Rojas. “Nacido de la clase hidalga, desprecia a los burgueses por su egoísmo; pero quiere a sus gauchos, y ellos lo quieren. Febril en su tarea, galopa el campo como un guerrero legendario”.
Rememoremos las palabras de José de San Martín. “Los gauchos de Salta solos, están haciendo al enemigo una guerra de recursos tan terrible, que lo han obligado a desprender una división con el solo objeto de extraer mulas y ganado”. En 1813, cuando iban a nombrarlo mayor general del Ejército del Norte, San Martín había manifestado su resistencia a Rodríguez Peña, y éste en diciembre le contestaba: “Tenemos el mayor disgusto por el empeño de Ud. en no tomar el mando en jefes y crea que nos compromete mucho la conservación de Belgrano”. Aceptó, al fin; pero en 1814 intentaba su traslado a Cuyo. Y en la antes citada carta a Rodríguez Peña, agrega el general José de San Martín: “Ya le he dicho a Ud. mi secreto. Un ejército pequeño y bien disciplinado en Mendoza para pasar a Chile y acabar allí con los godos, apoyando un gobierno de amigos sólidos. Aliando las fuerzas pasaremos por el mar a tomar a Lima”.