Opinión

La ‘lamprea’ y las especies fuera del agua, a orillas del Tea

El arte de pesca de la lamprea empleada en las ‘estacadas’ es la ‘fisga’ –esto es, tridente–, un arpón amarrado a una larga vara de madera que remata en una serie de dientes metálicos que permiten a los pescadores atravesar el cuerpo del ‘peixe’.

La ‘lamprea’ y las especies fuera del agua, a orillas del Tea

He aquí la lamprea, ‘lambepedras’ o ‘chupona’: “petromyzon marinus”, en terminología científica. ¡Unos 500 millones de años de antigüedad! Este “ciclóstomo” –vocablo que reciben los vertebrados desprovistos de maxilares móviles– alterna su vida entre el mar y el río, alimentándose de la sangre de otros peces. Su cuerpo es anguiliforme, huérfano de escamas, corta cabeza, ojos pequeños, seguidos de siete pares de agujeros branquiales, y boca circular sin mandíbulas bajo forma de ventosa. Del mismo modo que el salmón, la lamprea nace en el río y viaja al mar, a fin de alcanzar la madurez, remontando de nuevo el lecho fluvial para desovar y, al cabo, morir.

Si ahora consideramos las especies fuera del agua, hemos de tener presente los imprescindibles estudios biológicos llevados a término por “CITEA”, es decir, el “Centro de Interpretación del río Tea”, con cuya colaboración responde el ‘concello’ de Ponteareas, así como la Diputación Provincial de Pontevedra. En primer lugar, la ‘landra’ o nutria –“lutra lutra”–, que es un mamífero de pelo “mesto” y oscuro, blanqueado en la zona de la garganta, dedos unidos por membranas, que vive a la orilla de los ríos de límpidas aguas. ¡Un hábil nadador! También, la “garza real” –“ardea cinerea”–, ave zancuda que se alimenta de peces y anfibios, insectos y reptiles. Al río llega a fines del verano procedente de Europa. En la época de apareamiento viaja a las zonas cálidas de la Península. Resaltamos que los ejemplares no reproductores permanecen acá durante todo el año.

¡El ‘picapeixe’! Se trata del “alcedo attihs”, el cual, junto con el “merlo rieiro”, es el pájaro de pequeño tamaño más característico de los ríos gallegos. De pico fuerte y un esplendoroso plumaje metálico. Un magnífico ‘mergullador’ que, con su pico largo, se muestra esquivo y raudo. La ‘bubela’ o abubilla –“upupa epops”– es un pájaro de ‘peteiro’ largo y curvado, plumaje de color castaño o amarillo, con la parte inferior del lomo y el rabo rayados de blanco y negro. Es llamativa la cresta eréctil con la punta de las plumas negra.

He ahí la “saramaganta rabilonga” –“chloglossa lusitanica”– que es uno de los anfibios exclusivos del noroeste ibérico. Se trata de un “salamándrido” pequeño, alargado y esbelto con rabo muy largo, el cual puede amputarse al igual que los lagartos. La “barbantesa” –“mantis religiosa”– sobresale por sus prominentes patas delanteras, que luce dobladas y juntas, de tal modo que pareciera estar rezando. De cabeza triangular y alargado tórax, este insecto es un gran depredador que se camufla muy hábilmente. Es capaz de girar su cabeza 180 grados para escudriñar los alrededores. La hembra adulta, en ocasiones, come a su pareja luego de aparearse. El “zapateiro” –“gerris lacustris”– es de cuerpo alargado y estilizado, posee seis patas; las más cortas, empleadas para capturar sus presas, mientras que las cuatro restantes las utilizan para desplazarse por la superficie del agua.