Opinión

‘Colonia Agrícola de Río Grande’ en Tierra del Fuego

“El crecimiento de la zona agropecuaria del norte fueguino y la incomunicación con la capital y puerto del Territorio, forzada por la barrera cordillerana que sólo se rendirá definitivamente en la década de 1960; exigieron desde el principio un puerto de movimiento para productos y productores. De lo contrario, habría que acudir a la rada chilena de Punta Arenas. Popper lo proclamó en 1887”, asevera el siempre admirado historiador de estirpe vasca Juan E. Belza en su exhaustivo libro Romancero del topónimo fueguino. Discusión histórica de su origen y fortuna, Instituto de Investigaciones Históricas, Tierra del Fuego, Argentina, 1978.
‘Colonia Agrícola de Río Grande’ en Tierra del Fuego

Hemos de recordar cómo en 1891 el gobernador Cornero solicitó la reserva de un lote para la policía en el actual emplazamiento de Río Grande. Así, Julio Popper publicó el 7 de abril de 1893 el proyecto del pueblo de ‘Atlanta’ en la desembocadura del mismo río. Los misioneros salesianos fundaron en 1893 la ‘Misión’, convirtiéndose de este modo en los primeros habitantes del lugar. José Menéndez edificó en 1896 la Primera Argentina en la zona del Frigorífico. Muy pronto apareció un ‘boliche’ en la margen opuesta. El 15 de febrero de 1895 se designó al primer comisario.

Don José Menéndez –nacido en 1846 y fallecido en 1918– es considerado el “primer estanciero norteño”. Ante mis ojos tengo el retrato de Hipólito Yrigoyen, quien vio la luz en 1852 para fallecer en 1933; el que fuera presidente de la Nación Argentina, el fundador de Río Grande, donde se reaviva un recuerdo para los aborígenes. Se trata de los nombres de los últimos habitantes: Lola Kieps Jan y Ángela Loij. ‘Tolhuin’ –palabra de los ‘selknam’ que significa “como corazón”­– fue la tercera población del Territorio. Pertenecía a una próxima colina, siete quilómetros al norte de la cabecera del Lago Fagnano.

¡Hela ahí en ese retrato! Es Ángela Loij, la postrera ‘ona’, fallecida en Río Grande hace ya varias décadas, durante el siglo XX. “En 1890 surgieron los primeros agrimensores –comenta el historiador Belza– y muchas veces grabaron en informes y planos nomenclaturas imperantes”. Evoquemos asimismo a los estancieros, como el vasco Francisco Javier Bilbao. Al yugoeslavo Esteban Busolich. También es preciso mencionar a Julio V. Díaz y a Atanasio Iturbe, Carlos Siewert en 1900 practica ‘mensuras’ en la zona del Beagle y registra a ‘bahía Chica’ al este de ‘Lapataia’.

Fijamente me mira ahora, desde su retrato, la sonriente Lola Kyeps. Juan E. Belza incluye en su obra la nómina de estancias existentes en la década de 1940, tal como la conformara Juan Hilarión Lenzi en su indispensable monografía Tierra del Fuego. Se nos presentan tanto su dueño como su ubicación departamental. ¿Nombres de las estancias? Libertad, Pilarica, Rosita, San Justo y Constancia. Igualmente, ‘Guazú-cué’, La Porteña, Sarmiento, Rubí. Asimismo, Buenos Aires, La Criolla, El Roble, Miramonte, El Rodeo, Dos Hermanas y Laguna. Roberto Fitroy (1805-1865), almirante, hidrógrafo y meteorólogo inglés, con su afamada ‘Beagle’, la nave de sus exploraciones fueguinas, es un privilegiado personaje, pues el célebre canal recibió el apodo de su nave. ¿Cómo olvidar al ushuaiense José María Castiñeira de Dios? Su ‘Oda filial’: “Y los árboles petrificados,/ casi azules con sus sueños de hielo”.