Opinión

‘O Castro de Troña’ y el período de ‘Romanización’

‘O Castro de Troña’ y el período de ‘Romanización’

‘O Castro de Troña’ –situado en la parroquia de Pías, a corta distancia del ‘concello’ de Ponteareas– nos muestra un destacado elemento a la entrada de su recinto. Posee forma elíptica, de tal manera que ocupa la cima y la ladera oeste del monte conocido por el nombre de ‘Doce Nome de Xesús’. Se trata de 150 metros de norte a sur y 200 metros de este a oeste. Contemplamos unas 30 construcciones de diversos tipos: circulares, cuadradas, elípticas y rectangulares. ¿Las construcciones más antiguas? Serían las de planta circular o elíptica. En una primera época serían fabricadas con materiales perecederos. Transcurrido el tiempo, estas construcciones se realizarían de piedra y, con posterioridad, a causa del influjo romano, muchas de ellas serían de forma rectangular.

Nos hallamos en el magnífico Museo Municipal de Ponteareas, la llamada ‘Villa del Tea’ por excelencia. Las diferentes vitrinas nos dan a conocer un yacimiento rico en materias arqueológicas: cerámica, molinos, monedas. Asimismo, fíbulas y un hacha de hierro. Preciso es recordar que la preferente dedicación de sus habitantes era la agricultura. Igualmente, aparecieron una respetable cantidad de molinos de mano, que se empleaban para moler el grano o bellotas. También está constatada la existencia de una cabaña ganadera, integrada por vacas y ovejas, cabras y cerdos. ¿Y cómo no? Se dedicaban a la caza, sobre todo a la del jabalí y a la del ciervo.

Tal economía se completaba con el intercambio con otras comunidades de excedentes por bienes de uso cotidiano o bien objetos de lujo. Así, pues, las excavaciones arqueológicas nos remiten a un comercio a larga distancia, al detectar materiales de importación, tales como cerámicas, objetos de bronce o joyas. He ahí vidrio y monedas procedentes de ‘cecas’ muy antiguas. La joyería en oro se evidencia en el lugar de Troña, entre los que sobresalen un fragmento de ‘torque’ de oro y varios anillos. ¿Y cómo pasar por alto ese ‘petroglifo’ que nos muestra una serpiente en actitud rampante, labrada con fino y hondo surco en una piedra exenta que formaba parte de un muro de una vivienda ‘castrexa’?

Si ahora consideramos la ‘acrópolis’ de este yacimiento, observaremos distintos niveles de ocupación, pudiéndonos remontar al inicio de los siglos VI o V a. C. Henos, pues, ante los materiales recuperados, testigos de sucesivas fases de su ‘hábitat’. Si deseamos dar el siguiente paso histórico, nos encontraremos con el período de ‘Romanización’. Recordemos cómo la incorporación de Galicia al Imperio Romano se llevó a cabo durante una fecha tardía y jamás de un modo completo. La primera fase de la conquista es la denominada ‘lusitana’, con la campaña militar realizada en el año 137 a. C. por Décimo Junio Bruto. En cuanto a la segunda fase –la acuñada como ‘astur-cántabra’–, es la ocupada por las campañas de Augusto, comenzadas en el año 29 a. C. Una vez terminada la conquista, empiezan a construirse las primeras ciudades así como las grandes ‘vías’ de comunicación. Durante esta época tiene lugar la aparición de las ‘villas’.

Digamos, en fin, que en este primer momento de la conquista los ‘castros’ no desaparecieron, sino que vivieron un período de esplendor. ¿Un admirable ejemplo de esta cultura galaico-romana? El ‘couto’ de Altamira, en As Neves, con cerámica y bronces.