Opinión

El Tribunal Constitucional y la Caverna de Platón

La sentencia del Tribunal Constitucional, formado por magistrados elegidos según su adscripción ideológica entre los dos partidos mayoritarios españoles, no deja lugar a dudas: aquí, en el Estado español, se imponen desde los conceptos hasta las definiciones sin importar mucho ni el género ni el subgénero (catalanes) de la ciudadanía española.
El Tribunal Constitucional y la Caverna de Platón
La sentencia del Tribunal Constitucional, formado por magistrados elegidos según su adscripción ideológica entre los dos partidos mayoritarios españoles, no deja lugar a dudas: aquí, en el Estado español, se imponen desde los conceptos hasta las definiciones sin importar mucho ni el género ni el subgénero (catalanes) de la ciudadanía española.
Estos magistrados, muchos de ellos en funciones durante años, tardaron 4 años en escribir este bodrio lleno de tópicos de pandereta al mejor estilo de la españolidad más rancia. El Tribunal Constitucional es la Caverna de Platón, en la que varios hombres vivían encadenados en el interior de la caverna, mirando a la pared, y el fuego de la  reflejaba sus imágenes en la pared. Esa es la realidad que conocían. Uno de ellos, al liberarse de las cadenas y salir al exterior, al volver y contarles cómo era la realidad recibió el rechazo de los que permanecían encadenados. No le creyeron, desconfiaban de él, debido a las sombras de las que no podían librarse.
La sentencia es un cúmulo de sombras llevadas a más de 800 hojas de papel. La indisoluble unidad de España es una de esas sombras con las que la españolidad más cavernaria pretende mantener a la “chusma a raya” que diría Chomsky. Ni catalanes ni gallegos ni vascos, reconocidos en la Constitución española como “nacionalidades” pueden ser una nación, sólo una “nacionalidad” que es como ser un “paisito”, una “republiquita” o un “estadito”.
Una de las partes de la sentencia dice que los catalanes son: “una especie del género de la ciudadanía española”, que es tanto como decir que la mujer es un especie o subgénero del hombre (recuerden que salió de una costilla de Adán mientras dormía) y por ello existe una relación de subsunción y sumisión de catalanes con españoles, y de la mujer con respecto al hombre.
La sentencia de aplicarse en la América de Bolívar dejaría sin efecto todas las proclamas y actas de los sublevados. Bolívar, Sucre, Miranda… todos eran españoles legalmente, y por lo tanto debían lealtad al rey de la época.
Descalificar semánticamente a los otros es muy español. Incluso crean ‘palabros’ y neologismos vacíos de significado para justificar lo injustificable. Pero tanto en 1800 como en 2010 es lo mismo, existe un problema de legitimidad serio en las instituciones españolas. Los cientos de miles de ciudadanos que se manifestaron en Barcelona son la primera llamada de atención, quizá el próximo paso sea, independizarse. Pasa en las mejores casas, cuando el padre vocifera a los hijos mayores que esa es su casa y se hace lo que él dice… le queda poco tiempo de compañía.