Opinión

La romería de San Xulián y el monte Aloia de Tui

Dos motivos geográficos alberga la noble ciudad de Tui: el divino padre Miño y el sagrado monte Aloia. Conforma un conjunto monumental desde la Iglesia Catedral-Fortaleza hasta las casas campesinas extramuros de “la Ciudad del antiguo Reyno de Galicia”. Al igual que la histórica Villa, asimismo nos muestra su leyenda el monte Aloia o, lo que es lo mismo, monte de San Xulián.
La romería de San Xulián y el monte Aloia de Tui
Dos motivos geográficos alberga la noble ciudad de Tui: el divino padre Miño y el sagrado monte Aloia. Conforma un conjunto monumental desde la Iglesia Catedral-Fortaleza hasta las casas campesinas extramuros de “la Ciudad del antiguo Reyno de Galicia”. Al igual que la histórica Villa, asimismo nos muestra su leyenda el monte Aloia o, lo que es lo mismo, monte de San Xulián. He aquí uno de los más asombrosos miradores o “belvederes” de la Tierra Gallega. En su cumbre podemos contemplar Vigo, las Islas Cíes, las islas Estelas de Baiona, el “pazo” de Monterreal o del Conde de Gondomar en la costa baionesa, el Pico de Santa Tecla en A Guarda, y en Portugal, Caminha y las poblaciones del Norte lusitano, así como la línea del Río Miño hasta Salvaterra.
Nos encontramos en la capilla de San Xulián, erguida en su explanada, y ante la Cruz monumental que la corona. Se conmemora acá mismo una célebre romería o ‘romaxe’, dedicada al titular del monte, como nos recordaba el historiador gallego Antón Fraguas, quien fuera director del Museo do Pobo Galego de Santiago de Compostela. Según el relato tradicional, en la época en que tuvo lugar la invasión musulmana dentro de la geografía española, los tudenses huyeron hacia los montes y llevaron consigo “el cuerpo y reliquias del Mártir San Xulián”. Palabras del historiador Ávila y Lacueva. Si leemos un documento fechado en 1169, el rey Don Alfonso de Portugal expresa en lengua latina: “Ad montem Aloiae ubi fuit civitas antiquitus condita, et ubi asservantur Reliquiae S. Juliani”.
Al decir de algunas leyendas geográficas, son muchas las reliquias de santos enterrados en el monte Aloia e incluso nos ha llegado una creencia de “santidade” por suponer que San Xulián sufrió el martirio entre sus mismos bosques. “Mostran así un lugar debaixo dunhas penedas onde colle un home deitado, e din que alí durmía. Din que alí non nace herba. Este oco no pé é lugar de veneración pola xente que vai á romaría”, señaló el eximio Antón Fraguas. El monte San Xulián es el regulador del tiempo para traer el sol o la lluvia, según se necesite. Pues, en efecto, cuando hace falta uno de los dos fenómenos naturales, se celebran en la Catedral de Tui solemnes “rogativas” durante un “octavario” al cual concurren los feligreses de doce iglesias, acompañados de sus cruces parroquiales. Al noveno día conducen la imagen –que es de piedra– desde la Catedral hasta la Capilla; o bien desde la Capilla hasta la Catedral, dependiendo del sitio donde la dejen en la “rogativa” anterior. Dos lugares existen en el monte en que hay que colocarla. Si se quiere pedir agua debido a la larga sequía, se pone la imagen en la “pedra de auga”. Y en el caso de que sea mucha la manera de llover y sea necesario pedir sol, la imagen del santo conviene situarla en la “piedra del sol”. La primera está viendo el mar, la segunda se halla orientada hacia la parte del sol naciente. Durante la procesión –en la cual iban, por lo menos, un canónigo, dos beneficiados y los subalternos, además de representantes del ‘Concello’– se canta la ‘Ladaíña dos santos’.
Muchos de los romeros, en el día de la ‘romaría’, van rezando un ‘avemaría’ en cada una de las cien escaleras. También hay ‘ofrecidos’ que van desde la fuente hasta la Capilla orando tanto al ascender como al descender.