Opinión

Las puertas ‘Quintana’ y ‘Puerta Santa’ de la Catedral de Santiago

Al lado Este de la Catedral se halla la “Quintana”, que exactamente significa “Plaza”. La zona alta es la de “Vivos”; la baja, la más espaciosa, la de “Muertos”, así denominada por haber sido cementerio o “camposanto” durante mucho tiempo.
Las puertas ‘Quintana’ y ‘Puerta Santa’ de la Catedral de Santiago
Al lado Este de la Catedral se halla la “Quintana”, que exactamente significa “Plaza”. La zona alta es la de “Vivos”; la baja, la más espaciosa, la de “Muertos”, así denominada por haber sido cementerio o “camposanto” durante mucho tiempo. “El gran lienzo que cierra por la parte opuesta a la Catedral pertenece al monasterio benedictino femenino de San Pelayo o, también nombrado, San Paio de Antealtares, el cual antaño fue masculino, estando estrechamente relacionado con el culto al Apóstol, en el que los monjes de la Regla de San Benito alternaban con los canónigos”, señala el erudito Jesús Precedo Lafuente en su libro Catedral de Santiago de Compostela, Ediciones Aldeasa, Madrid, 2002.
Ahora bien, la Catedral albergaba su gran ábside, completado con otros nueve: circulares unos, poligonales otros. En el transcurso de épocas diferentes, no obstante, fueron construyéndose novísimas edificaciones: unas destinadas al culto, otras para la defensa, y asimismo para oficinas: todas ellas, como bien se puede apreciar, rompieron aquella divina armonía primigenia. De modo que el Cabildo de la Catedral –en el siglo XVII– adoptó la decisión de remodelar el lugar. Proyecto que fuera llevado a cabo por los arquitectos Vega y Verdugo y luego puesto en práctica por José de la Peña. De las tres puertas que contemplamos en esta fachada, la más atractiva es la “Real” –a nuestra izquierda–, igualmente conocida como “Puerta Quintana”. A la misma acude en procesión el Cabildo a fin de orar por los muertos sepultados en la “Quintana” el día 2 de noviembre, Festividad de los Fieles Difuntos.
La parte interior de la “Real” o “Puerta Quintana” –construida entre 1658 y 1661– se juzga como la primera realización del Barroco en Santiago de Compostela. Si ahora dirigimos nuestra mirada hacia la derecha, he ahí la segunda puerta; la que únicamente se abre durante el Año Santo Compostelano: la renombrada “Puerta Santa”. Festividad que se remonta al siglo XII y que siempre se conmemora el día de la Fiesta del Apóstol, el 25 de julio, cuando coincide en día domingo. Mas, ¿cuál es la periodicidad con que se reitera esta circunstancia? Es la de 6, 5, 6, 11 años. En el siglo XXI el primer Año Santo ha sido el 2004.
“La apertura de la ‘Puerta’, según un antiguo ceremonial, tiene lugar en la tarde del 31 de diciembre del año anterior, y el cierre en la tarde del 31 de diciembre de éste”, afirma el profesor Precedo Lafuente en su sugerente e imprescindible libro y Guía catedralicia. En el interior la “Puerta Santa” es, por así decirlo, una puerta “menor” del Románico, de entre las nueve que tuviera la Catedral. La fachada exterior corresponde al siglo XVII.
Es digno de mención el conjunto de las 24 estatuas “menores” que la ornamentan, que son representativas de Apóstoles y Profetas, cuya procedencia residía en el coro pétreo realizado por el extraordinario “maestro Mateo”. Las tres grandes que coronan la fachada pertenecen a la autoría del escultor Pedro Docampo, talladas en 1694, las cuales representan a las figuras del “Apóstol Peregrino” junto con sus dos discípulos, Atanasio y Teodoro.