Opinión

Música de Gloria en la Iglesia de San Martín de Noya

Con nosotros tenemos, acariciándola, la publicación titulada San Martín de Noya. Sus instrumentos musicales, cuya edición corrió a cargo de la ‘Sociedade Cultural Recreativa Liceo’ de Noya, con la colaboración del ‘Consello da Cultura Gallega’ en 1994.
Música de Gloria en la Iglesia de San Martín de Noya
Con nosotros tenemos, acariciándola, la publicación titulada San Martín de Noya. Sus instrumentos musicales, cuya edición corrió a cargo de la ‘Sociedade Cultural Recreativa Liceo’ de Noya, con la colaboración del ‘Consello da Cultura Gallega’ en 1994. Los textos pertenecen a la autoría del ilustre musicólogo José López-Calo, en tanto que las fotografías corresponden a Suso Xogaina; Xesús Fraga se encargó del diseño e imagen Man. “Me parece deber comenzar reproduciendo lo que escribí en 1982, en el libro La música medieval en Galicia, publicado por la Fundación ‘Pedro Barrié de la Maza’ (págs. 112-114), acerca de esta Iglesia y su pórtico, pues prácticamente resume lo que hace catorce años se sabía, y aún se puede decir que resume lo que hoy se sabe sobre el tema, objeto del presente estudio, ya que, por no haber aparecido documento alguno nuevo, conserva plena actualidad”, escribe en su ‘Introducción’ el sabio historiador de la Música Antigua López-Calo. Él nos recuerda cómo la villa de Noya –en la lejanía, el mito y la narración fantástica– se documenta desde la época romana. Según la perspectiva cristiana, se la nombra acaso por vez primera en el Concilio de Lugo del año 569, habida cuenta de la escritura con grafía “Noela”. En el 934 la Iglesia Compostelana ostentaba algún derecho sobre la villa, confirmado luego por doña Urraca en 1107 y en 1112. Incluso el renombrado arzobispo don Diego Gelmírez adquirió para la Iglesia de Compostela ciertos terrenos hasta entonces de particulares.
Noya era, pues, en aquella época la actual “Santa Cristina de Barro”. Mas el rey Fernando II ordenó el 2 de abril de 1168 el traslado del emplazamiento de la villa a donde, en el momento presente, se halla. A los dos días, obtenía ‘Fuero’: documento dirigido al arzobispo electo de Santiago, don Pedro Gudestéiz (Pedro II), que señala el inicio de la auténtica significación de Noya. Esta Iglesia de San Martín fue mandada construir por el arzobispo Don Lope de Mendoza –de Santiago desde 1400 a 1445– en lugar de una anterior, existente desde cuando menos el siglo XIII. Sobre el dintel de la portada de la fachada podemos leer la inscripción en él grabado que evoca su construcción de 1434.
“Con razón dice Ángel del Castillo que con la portada de esta Iglesia de San Martín de Noya –prosigue el admirado religioso y profesor José López-Calo, ineludible autoridad de la Música en Galicia– se cierra la serie de las directamente inspiradas en el ‘Pórtico de la Gloria’, y que esta Iglesia es una de las más hermosas en el estilo ojival, si bien con grandes supervivencias románicas”. Porque, en efecto, bajo la influencia de la Catedral de Santiago se difundió la idea de situar en el Portal los “Ancianos del Apocalipsis” con sus instrumentos musicales. En este caso, no son 24 sino la mitad, 12, debido naturalmente a lo reducido del espacio. En sentido radial, aunque con el ‘Pantocrátor’ ya no en el centro del tímpano sino en la zona más elevada de la arquivolta. El Anciano 1 interpreta el arpa. El 2, la fídula en 8 o guitarra. El Anciano 3, la guitarra o fídula en 8, y redoma. El Anciano 4, el salterio. El Anciano 5 no presenta instrumento alguno sino una cartela o banda que sujeta por un extremo con la mano izquierda. El Anciano 6 tampoco exhibe instrumento sino también una cartela. Luego, Cristo en Majestad. El Anciano 7, con un arpa. El 8, una guitarra. El 9, un laúd. El 10, un rabel de dos cuerdas. El 11, sin instrumento; con cartela enrollada. El 12, un salterio, asimismo de 10 cuerdas, como el del Anciano número 4.