Opinión

Europa se queda atrás

Hace unos días, decenas de miles de zapatistas marcharon pacíficamente sobre varias ciudades de Chiapas. La movilización sirve para recordar(nos) dónde reside la soberanía, la democracia. En el continente americano se consolida la Celac, la organización económica que se atrevió a excluir a Estados Unidos. Aumenta el número de gobiernos latinos que representan los intereses de la gente normal antes que a las empresas.

Hace unos días, decenas de miles de zapatistas marcharon pacíficamente sobre varias ciudades de Chiapas. La movilización sirve para recordar(nos) dónde reside la soberanía, la democracia. En el continente americano se consolida la Celac, la organización económica que se atrevió a excluir a Estados Unidos. Aumenta el número de gobiernos latinos que representan los intereses de la gente normal antes que a las empresas. Hace un mes, en un gesto sin precedentes, los países de la región Asia-Pacífico crearon una zona comercial que aglutina a más de la mitad de los seres humanos. Obama acudió a esa cumbre en Camboya para tratar de excluir a China. Lo que sucedió es que China fue aceptada y Estados Unidos excluida. Cada uno a su manera y según su entorno y su historia, los distintos pueblos del mundo están protagonizando un cambio enorme en las relaciones mundiales, tanto en lo que representaba el sometimiento al imperio económico estadounidense –hoy en retroceso, de ahí su enorme esfuerzo bélico– como en la idea de democracia que tiene la gente respecto de sus gobernantes directos. Mientras en la mayor parte del mundo las sociedades se revuelven para ser mejor representadas, en Europa en general y en España en particular se reafirma un modelo en el que los políticos se enquistan como comisarios de las grandes compañías, de ahí la ola de privatizaciones masivas en todo el continente. Europa no sólo está en crisis económica; su soberbia ideológica la está consumiendo.