Opinión

Contentar a todos

Una de las principales críticas que se hace a los políticos es que ‘dividen’ a la sociedad. Yo no entiendo esa crítica, porque ninguna sociedad es 100 por ciento homogénea y la base de la democracia está en la diversidad. Pero la diversidad no es estar a favor o en contra, por ejemplo, de Hugo Rafael Chávez Frías, José Luis Rodríguez Zapatero, Barack Obama...
Una de las principales críticas que se hace a los políticos es que ‘dividen’ a la sociedad. Yo no entiendo esa crítica, porque ninguna sociedad es 100 por ciento homogénea y la base de la democracia está en la diversidad. Pero la diversidad no es estar a favor o en contra, por ejemplo, de Hugo Rafael Chávez Frías, José Luis Rodríguez Zapatero, Barack Obama... ¿Con cuál de ellos nos quedamos? ¿Con el Hugo Chávez de los revolucionarios o con el de los ‘escuálidos’? ¿Con el Rodríguez Zapatero que retira los soldados de Irak o con el que los envía a Afganistán? ¿Con el Barack Obama que cerró (en el papel) la cárcel de Guantánamo o con el que reculó y la mantuvo abierta?
Lugar común es señalar que entre el blanco y el negro existen infinidad de matices, propios del blanco y del negro, que nada es absolutamente malo ni absolutamente bueno, aunque sí más bueno que malo o más malo que bueno.
A la Iglesia católica dejémosla ‘amueblar’ su cielo con santos, panegíricos y otras loas, a nosotros, seres terrenales, tratar de comprender al otro.
Como bien dijo Antonio Machado: “Bebo porque forma parte de mi leyenda, y sin leyenda no se pasa a la Historia; bebo porque nada añade a la virtud la carencia de vicios”.