Opinión

La ‘Colección Sirvent’ en la ‘Cidade da Cultura de Galicia’

En la ‘Cidade da Cultura de Galicia’ de Santiago de Compostela, auspiciada por la ‘Xunta de Galicia’ y dentro de su programa cultural ‘Explorar’, asistimos a un tan singular como bellísimo acontecimiento histórico: la exposición Typewriter. A historia escrita a máquina. Colección Sirvent desde el 24 de junio al 10 de octubre del presente 2011, ahora prorrogada hasta el próximo mes de enero de 2012.
La ‘Colección Sirvent’ en la ‘Cidade da Cultura de Galicia’
En la ‘Cidade da Cultura de Galicia’ de Santiago de Compostela, auspiciada por la ‘Xunta de Galicia’ y dentro de su programa cultural ‘Explorar’, asistimos a un tan singular como bellísimo acontecimiento histórico: la exposición Typewriter. A historia escrita a máquina. Colección Sirvent desde el 24 de junio al 10 de octubre del presente 2011, ahora prorrogada hasta el próximo mes de enero de 2012. Comisariada por David Barro y Alfredo Sirvent, la trascendente y originalísima exposición “reflexiona sobre cuál ha sido el papel de la máquina de escribir en la configuración de nuestra historia contemporánea y de cómo su evolución ha sido consecuencia de la necesidad del hombre de comunicarse”, según las palabras puestas al frente de la ‘Introducción’.
Porque, en efecto, la ‘Colección Sirvent’ –la cual es de donde procede este incalculable legado cultural– dispone de alrededor de 3.500 máquinas de escribir, de las que 2.500 están debidamente preparadas para su normal funcionamiento a partir de una exquisita y minuciosa restauración. Si nos detenemos ante las más de 140 máquinas seleccionadas bajo el criterio de su relevancia o singularidad histórica nos abren las puertas de un cosmos de mecanismos y teclados. He ahí la perspectiva de inverosímiles acabados que manifiestan la atmósfera estética de cada época a la vez que las capacidades industriales que le otorgaron lógica, razón y concepto.
Es menester tener presente que esta valiosa muestra se complementa con obras de artistas contemporáneos. Desfilan representaciones de Ignacio Uriarte, Misha Bies Golas y José Lourenço.
Intervenciones ‘site-specific’ como la del artista Jorge Perianes. Igualmente una rigurosa selección de carteles publicitarios, cajas originales de cintas de escritura, además de otros instrumentos: protectores de cheques, afilalápices y sorprendentes métodos de mecanografía. “La exposición parte de la emblemática Sholes y Glidden (1873), conocida como The Type Writer, primera máquina de escribir que se fabricó de forma industrial y que trabajaba únicamente con mayúsculas, prosigue el texto de la ‘Introducción’. Y agrega: “Otras, como la Crandall-New Modell (1884), nos descubre decoraciones en oro y nácar”.
Ante nuestros ojos se nos ofrece la Thürey (1909), la cual guarda similitud con un instrumentro musical, cuyo país de origen es alemania. O bien la Brooks (1887), que, ¡asombrosa curiosidad!, imprime de atrás hacia delante. Naturalmente, si realizamos el recorrido con atención y deleitosa parsimonia, podremos hallarnos ante máquinas de escribir normales y de escribir música. También estenotipias y escritura para ciegos, de escritura encriptada para espías. Y de abecedario japonés, árabe, ruso o máquinas con símbolos de las S.S.
Entre las joyas mecanográficas, la Conqueror. Modelo Standard. 1919/ Reino Unido. La Revilo. Modelo Níquel Nº 554.030. 1914/ EE.UU. Igual que la Oliver, modelo 9, fabricada por la misma empresa. La Victoria. Modelo Nº 3. 1915/ España. La primera máquina española, fabricada por Ferrer y Toledo en Valencia en 1915. Entre los carteles, los de Hispano-Olivetti, la primera portátil de Olivetti. Y con la “línea 88”, Hispano-Olivetti empieza a fabricar las máquinas de plástico en las máquinas de oficina. Mis recuerdos van ahora a ‘Casa Sirvent. Desde 1940’, calle Velázquez Moreno, en Vigo, donde, mediada la década de 1960, aprendí a escribir a máquina y compré mi Cónsul checoslovaca.