Opinión

‘50 años de vida narrativa’ entre los clásicos literarios

“La presente colección reúne, agrupada por décadas, una selección extraordinariamente valiosa y representativa de títulos de la narrativa internacional posterior a la segunda guerra mundial: constituye, por lo tanto, una verdadera y vasta antología de la narrativa extranjera contemporánea, que se inicia en los años ‘50 y termina en los años ‘90 del siglo XX”, escribe en su ‘Introducción’
‘50 años de vida narrativa’ entre los clásicos literarios

“La presente colección reúne, agrupada por décadas, una selección extraordinariamente valiosa y representativa de títulos de la narrativa internacional posterior a la segunda guerra mundial: constituye, por lo tanto, una verdadera y vasta antología de la narrativa extranjera contemporánea, que se inicia en los años ‘50 y termina en los años ‘90 del siglo XX”, escribe en su ‘Introducción’ el poeta y ensayista catalán Pere Gimferrer, numerario de la Real Academia Española de la Lengua, al frente del libro Cinco décadas de literatura internacional, textos de Daniel Alcoba, Editorial Planeta, Barcelona, 1997.
“Todo ello requiere, claro está, algunas puntualizaciones previas –prosigue Pere Gimferrer–. Se trata de narrativa, y no únicamente de novelas o relatos: en unos pocos casos, en efecto –una media docena aproximadamente– tienen cabida aquí textos autobiográficos (memorias, diario íntimo) por su enorme significación cultural y su valor intrínseco; en alguna otra contada ocasión, señaladamente, en los casos de El mono gramático de Octavio Paz y Libro del desasosiego de Fernando Pessoa, se incluyen obras difíciles de etiquetar en cualquier género, pero que, dado que están en prosa y relatan hechos, pueden considerarse también narrativa, y por su elevadísima calidad y perdurable influjo en la literatura de nuestro siglo, no debían faltar en una selección de las características de la aquí ofrecida”.
“La Historia puede ser servidumbre, la Historia puede ser libertad”, dejó escrito el ilustre poeta T.S. Eliot y Gimferrer nos lo recuerda. Historia literaria: libertad y también magisterio.
Daniel Alcoba nos ofrece unos textos sucintos pero clarividentes acerca de los diferentes escritores que selecciona en su estudio monográfico narrativo desde 1950 hasta la década de 1990. Entre ellos, interpreta al cubano Alejo Carpentier como “una visión barroca del mestizaje”. A Huxley, entre “ciencias naturales y literatura”. El argentino Ernesto Sábato, ante “Buenos Aires, el existencialismo y el inconsciente”. Carson McCullers nos imbrica en “la soledad esencial de los seres humanos”. Dürrenmatt pervive en “el sabor de la paradoja”. Leonardo Sciascia representa “la militancia letrada”.
“Entre San Sebastián y el seppuku” reside el alma de Yukio Mishima. “Sin inhibición ni excedencia” se afirma el escritor Gadda. Max Frisch es definido por Daniel Alcoba así: “quijote suizo y existencialista”. Pier Paolo Pasolini desde “el reclamo de los marginales” y Jorge Semprún a caballo de “la historia y las letras”. ¿Qué podría ser Cesare Pavese sino “literatura y tragedia personal”? Giorgio Bassani tras “el holocausto en Ferrara”. ¿Julien Green? “El dolor es un fruto grávido” y Vintila Horia es “el milagro de la Pentecostés”.
Manuel Mujica Lainez, la síntesis de “la historia del arte en clave barroca” y Alberto Moravia exhibiendo “la nueva ética amorosa”. Entre tanto, V.S. Naipaul viajará hasta convertirse en “un aeda del Tercer Mundo”. E. M. Forster será “la venganza imaginaria de Oscar Wilde”. ¿Heinrich Böll? “La innovación técnica y el arte cristiano”. Octavio Paz, un “camino vacío y jardín inglés”. “La ruptura de la tradición narrativa”, Julio Cortázar. Leonardo de Crescenzo o “la divulgación histórica”. Doris Lessing, “el difícil ejercicio del realismo sentimental”. He aquí, pues, algunos de los clásicos contemporáneos internacionales para leer.