Llegados este año de Argentina, se benefician de la ayuda extraordinaria que concede Emigración

Los retornados Lorena y Brian aguardan a que se homologuen sus títulos para mejorar su situación económica

El secretario xeral de Emigración, Antonio Rodríguez Miranda, se reunió la pasada semana en Padrón con dos retornados, que se beneficiaron de la ayuda extraordinaria que su departamento concede a los recién llegados. Lorena y Brian, procedentes de Argentina, hablaron de su experiencia, pero también recibieron orientación sobre el abanico de posibilidades que se les abre en Galicia para mejorar aspectos de su ámbito familiar, laboral e incluso formativo.

Los retornados Lorena y Brian aguardan a que se homologuen sus títulos para mejorar su situación económica
Lorena y Brian-retornados 1
Lorena y Brian afirman que la integración de la familia al nuevo entorno les está resultando “bien”.

Retornar supone afrontar un futuro incierto, pero, más allá de los riesgos que conlleva, hay circunstancias que lo hacen necesario. Las que rodean la vida en Argentina subyacen tras la decisión que adoptan muchos gallegos en el país austral, entre los que se cuentan Lorena y Brian, que, en marzo de este año, se instalaron en la localidad coruñesa de Padrón, junto a sus dos hijos, Franco y Charo.

Procedentes de Quilmes (provincia de Buenos Aires), fue su deseo de mejorar su calidad de vida –“la parte económica”, asegura Lorena, pero “la seguridad, sobre todo”, apostilla Brian–, lo que les impulsó a dar el paso.

Lorena García Zaragoza, de 41 años, es nieta de gallegos –su abuela paterna nació en Padrón, y el abuelo paterno, en Lariño (Carnota)–, de ahí que la elección por Galicia a la hora de escoger destino les pareciera incontestable. En Padrón cuentan con un primo que les ofreció cobijo, y en su casa, un poco a las afueras de esta localidad próxima a Santiago de Compostela, encontraron acomodo.

Los primeros pasos para realizar los trámites que les permitieran regularizar su situación los llevó hasta las dependencias administrativas de la Xunta, en Santiago, donde se les puso sobre la pista de toda la estructura creada por el Gobierno autonómico para colaborar con los gallegos que regresan a sus orígenes con la idea de establecerse en el territorio. Principalmente, se les habló de las ayudas económicas de que disponen para afrontar los gastos extraordinarios ocasionados a la llegada, pero también de la existencia de la Oficina Integral de Asesoramento e Seguimento ao Retorno, organismo que los ‘acompaña’ desde entonces y que supuso para ellos una ayuda “bárbara”, incluso más allá del aspecto económico.

“Fue increíble”, asegura Lorena, quien dedica elogios al personal de esa Oficina, de manera especial, a Miriam. “Nos asesoró en todo y nos indicó pasa a paso lo que teníamos que hacer”. Transcurridos unos meses, ha podido constatar que “sigue haciendo el seguimiento” de cada caso, ya que, “cada vez que damos un paso, la Oficina está ahí, y el personal está todo el tiempo comunicándose con nosotros para que no nos quede nada pendiente”, comenta, en relación con los trámites a realizar. Lo que percibe, es que “hay interés por que [los recién llegados] estén bien” y estos, a su vez, sienten que están “respaldados” y que no están “solos”, añade Lorena.

Ayudas extraordinarias

Su condición de emigrantes retornados les hace acreedores de las ayudas de carácter extraordinario que contempla la Secretaría Xeral de Emigración de la Xunta para colaborar con este colectivo (son ayudas por una única vez que oscilan entre 6.000 y 10.000 euros) y de ellas se han podido beneficiar. Era algo con lo que “no contábamos”, dice, y, en su caso, la cantidad ascendió a casi 4.000 euros, que utilizaron como fianza para alquilar un piso en Padrón.

“Nosotros traíamos nuestros ahorros de Argentina, pero sin esa ayuda hubiésemos tardado más en poder afrontar el alquiler”, porque el dinero fue empleado para arreglar “el papeleo de Brian y Franco” para que pudieran trabajar (ella, por su condición de gallega retornada, no tuvo problema y su hija, menor de edad, tampoco), y los arrendadores les exigían un adelanto de seis meses, más dos de fianza. A la dificultad que cualquiera encuentra para alquilar un piso en estos momentos en España, a ellos “les costó mucho”, confiesa, porque “la gente tiene desconfianza ante el extranjero”. Y eso que Lorena dispuso de un sueldo al poco de llegar. Maestra de Primaria, encontró trabajo en el sector servicios y, en la actualidad, está empleada en una tienda de congelados, con igual sueldo, pero con mejores condiciones laborales. Su marido, Brian Choban (con orígenes en Rusia e Italia) y con estudios en higiene laboral y electrónica, también está empleado, en una ferretería, en Pontecesures, mientras que su hijo, de 20 años, que cuenta con estudios de Bachillerato, trabaja en una cafetería.

Dadas las circunstancias, la economía familiar se mantiene en condiciones aceptables, aunque bien es cierto que ambos cónyuges aguardan con inquietud la homologación de los títulos de profesora de Primaria y de técnico en Electrónica para poder ejercer su profesión y mejorar sus condiciones económicas.

“Realmente, tenemos ganas de afianzarnos con los empleos, porque sabemos que los actuales no tienen gran remuneración, así que la idea es tratar de conseguir un empleo mejor remunerado”, dijo. Anhelo que se podría lograr con la convalidación de sus títulos y, entonces, se plantearían “acceder a una vivienda en propiedad”.

Por lo que respecta a Franco, es patinador artístico y actualmente entrena en un club en Milladoiro (lugar también próximo a Santiago). Su idea es estudiar una carrera relacionada con los deportes.

Integración en Galicia

La integración de la familia al nuevo entorno les está resultando “bien” y salvados los escollos iniciales que acarrea el tener que adaptarse a las condiciones de cualquier lugar (en el caso de Galicia, la lengua también juega un papel crucial), “nos fuimos adaptando”, confiesa. “Padrón es una ciudad pequeña y te da oportunidad de relajarte y hacer relaciones sociales”. La principal dificultad, corrobora, la encontraron a la hora de buscar un piso, por lo que sugiere a la Xunta que diseñe un plan en este sentido que sirva para acoger a los recién llegados durante un tiempo que, según plantea, podría ser de tres meses.

Sobre la cobertura sanitaria tampoco hubo problemas, porque, al comenzar pronto a trabajar, su hija y ella estaban cubiertas ante cualquier eventualidad de tipo sanitario, y su esposo y su hijo, también, ya que la cobertura para los turistas se prolonga hasta 90 días. Transcurrido ese tiempo, todo quedó solventado al comenzar a trabajar ambos.

Por lo que respecta al colegio de la niña, que estudia en el Rosalía de Castro de Padrón, también se pudo solucionar, pese a que, en un primer momento, no había plazas. Igualmente asesorada por la Xunta, “tuve que pedir una plaza extraordinaria. Hubo que esperar un poco”, pero, al final, “no hubo problema” y Charo se encuentra este año cursando sexto grado de Primaria.

El efecto arrastre del retorno se deja sentir en algunas ocasiones y, en este caso, es palpable. El padre de Lorena, quien “siempre quiso venir, pero no se animaba por no encontrarse solo”, aprovechó el tirón para hacer realidad su sueño, aunque, en su caso, y porque “le gusta más el mar”, eligió Carnota para establecerse. Uno de sus sobrinos también se subió al carro y actualmente trabaja en una empresa de aluminio por la zona de Padrón. El resto de la familia, compuesta por cinco hermanos más y el resto de sus miembros, continúa en Argentina, conociendo de primera mano la realidad de la Galicia actual que le cuenta Lorena, pero también por lo que pueden ver en las imágenes que les envía.