Dos escultores de Poio y Meaño trabajarán en Washington en la restauración del emblemático edificio

Gallegos en el Capitolio

Los escultores gallegos Manuel Rial y Francisco Castro ultiman ya los preparativos para trasladarse a Washington para trabajar en la restauración del emblemático Capitolio, sede del Congreso y el Senado de Estados Unidos. Dirigentes de la empresa Lorton Stone, regentada por los hermanos Manuel y Rosa Seara, también de origen gallego, los rescataron de sus talleres para incorporarlos a un proyecto ilusionante.

Gallegos en el Capitolio
Cantero
Francisco Castro Freijo, trabajando en su taller, en la localidad pontevedresa de Sanxenxo.

La suerte los encontró dispuestos a aprovecharla y los escultores gallegos Manuel Rial y Francisco Castro ultiman ya los preparativos para trasladarse nada más y nada menos que a Washington para trabajar en la restauración del emblemático Capitolio, sede del Congreso y el Senado de Estados Unidos. Dirigentes de la empresa Lorton Stone, regentada por los hermanos Manuel y Rosa Seara, también de origen gallego, los rescataron de sus talleres para incorporarlos a un proyecto ilusionante que los tendrá ocupados durante un lustro.

En un tiempo dominado por las corrientes migratorias, hay quien emigra a ciegas y quien lo hace con un buen contrato debajo del brazo. La lotería en este caso cambió la suerte de Francisco Castro Freijo y Manuel Rial Pérez, dos escultores canteros naturales de las localidades pontevedresas de Poio y Meaño, respectivamente, y formados en la Escola de Canteiros de Poio, a los que la empresa Lorton Stone seleccionó para trabajar en las obras de restauración del Capitolio de Washington.

El 1 de junio, ambos se trasladarán a la capital estadounidense para embarcarse en una aventura que califican de muy importante y que les permitirá continuar realizándose profesionalmente, aunque en un ambiente y en unas circunstancias bien distintas de las que venían disfrutando hasta la fecha.

El caso de Francisco Castro lo refleja de un modo evidente. Él se va dejando atrás esposa y un hijo, y otro que le viene por el camino. Pero la propuesta que le hicieron fue toda una “sorpresa” que considera una buena oportunidad, y es por eso que se muestra ilusionado ante el reto de trabajar sobre la ‘cima del mundo’.

En el plano personal, no sabe cuándo va a volver a Galicia para ver a su familia, porque esa parte no la tiene todavía muy organizada, pero en lo profesional, el trabajo no le asusta y se muestra seguro y confiado de que será del estilo del que venía realizando en su taller de Sanxenxo. En este caso, restaurando capiteles y ménsulas en mármol, granito y caliza. Aunque se confiesa más acostumbrado a ‘lidiar’ con el granito, asegura que se adaptará bien a estos otros materiales.

Asunto más delicado parece el manejo del idioma. De inglés..., nada de nada. Él está acostumbrado al español y al gallego y lo del inglés lo ve como un asunto preocupante para vivir en Estados Unidos, pero no tanto como para rechazar tan suculenta oportunidad. Adaptarse al estilo de vida en Washington, donde “todo va más rápido” y es “más estresante”, será otro de los obstáculos que tendrá que superar y para ello dispondrá, como mínimo, de un periodo de adaptación de cinco años, el tiempo que, en principio, dura el contrato establecido con la empresa Lorton Stone para realizar las obras de restauración del grandioso edificio de la capital estadounidense.

Lorton Stone la fundó en 1975 Manuel Seara Espina, quien, en 1975, a la edad de 14 años, emigró a Baltimore (estado de Maryland, EE UU), donde se dedicó a realizar trabajos en piedra en casas residenciales y en puentes. Sus hijos, Manuel y Rosa Seara García, tomaron en 1989 las riendas del negocio –en el que también participa su hermano Eduardo– y, desde entones, la actividad se dirige a desarrollar trabajos en edificios comerciales y del gobierno, tales como monumentos u oficinas.

En el Capitolio llevan dos años trabajando y asegura que queda labor para cinco más. Por eso, si les gusta lo que hacen, aquí “hay trabajo para ellos”, dijo Manuel Seara, en conversación telefónica con el periódico ‘Faro de Vigo’, con motivo de la presentación del acto en el que se dio a conocer el proyecto, lo que tuvo lugar a mediados de mayo en Pontevedra.

Seara confiesa en esas declaraciones que cuando empezaron con la empresa llevaban mucha gente de España hasta Estados Unidos, pero “ahora es más difícil” puesto que “los trámites para lograr los permisos de trabajo y residencia” son un impedimento para ello, añade. Eso, y el hecho de que tengan que desplazarse solos, sin la compañía de su familia.

En el caso de los dos canteranos pontevedreses, viajarán como escultores, lo que les confiere “una categoría más de artista que de obrero” y los visados se les conceden con mayor rapidez, asegura Seara, nacido en la parroquia de Pardesoa, en Forcarei y emigrado a Estados Unidos en 1978.

De Forcarei son igualmente buena parte de la plantilla de Lorton Stone, empezando por el encargado de las obras del Capitolio, Víctor Castro, así como José Sieiro, quien trabaja desde hace 18 años en la empresa y que fue la persona que se puso en contacto con los dos seleccionados, por recomendación de la Escola de Canteiros de Poio.