Defensor de los presos políticos de la dictadura
Raúl Ricardo Alfonsín nació el 12 de marzo de 1927 en la ciudad bonaerense de Chascomús. Su padre, Serafín Raúl Alfonsín Ochoa, fue hijo de un inmigrante gallego republicano, oriundo de Ribadumia, provincia de Pontevedra, y su madre, Ana María Foulkes, tenía ascendencia criolla e inglesa. Estudió en el Liceo Militar General San Martín, donde egresó en 1945 con el grado de subteniente de reserva.
Hijo de familia numerosa, a los 22 años contrajo matrimonio con María Lorenza Barrenechea, con quien tuvo 6 hijos que les dieron 24 nietos y 11 biznietos.
Fue diputado provincial y nacional y senador. En 1966, durante la dictadura del radicalismo, fue a prisión y posteriormente, durante la última dictadura militar en Argentina, fue uno de los pocos dirigentes políticos que se animó a defender en forma gratuita a presos políticos y a denunciar ante organismos internacionales la desaparición de personas.
Junto al obispo Jaime de Nevares, los socialistas Alicia Moreau de Justo y Alfredo Bravo y Adolfo Pérez Esquivel, fundó –durante la dictadura– la asamblea permanente por los derechos humanos.
En octubre de 1983, fue elegido presidente de la Nación, con el 51,7% de los votos.
Durante su gestión derogó la ley militar de autoamnistía y puso fin a la doctrina de seguridad nacional, encarando una alianza económica con Brasil –que fue el origen del Mercosur– y alcanzando la paz definitiva con Chile.
Inició la reforma del Estado y de la Universidad pública, promovió la industria, puso en marcha un plan alimentario nacional y llevó adelante un intensivo programa de alfabetización nacional y de obras públicas.
Soportó tres sublevaciones militares y una decena de paros nacionales.
Fue impulsor de las leyes de punto final y de obediencia debida y puso en marcha dos planes económicos que, al fracasar, desembocaron en un proceso de hiperinflación que lo obligó a adelantar el traspaso de mando a su sucesor, Carlos Menem.
Más allá de sus éxitos y fracasos, Alfonsín mantuvo a lo largo de toda su trayectoria política una conducta de coherencia y honestidad intachable.
Hijo de familia numerosa, a los 22 años contrajo matrimonio con María Lorenza Barrenechea, con quien tuvo 6 hijos que les dieron 24 nietos y 11 biznietos.
Fue diputado provincial y nacional y senador. En 1966, durante la dictadura del radicalismo, fue a prisión y posteriormente, durante la última dictadura militar en Argentina, fue uno de los pocos dirigentes políticos que se animó a defender en forma gratuita a presos políticos y a denunciar ante organismos internacionales la desaparición de personas.
Junto al obispo Jaime de Nevares, los socialistas Alicia Moreau de Justo y Alfredo Bravo y Adolfo Pérez Esquivel, fundó –durante la dictadura– la asamblea permanente por los derechos humanos.
En octubre de 1983, fue elegido presidente de la Nación, con el 51,7% de los votos.
Durante su gestión derogó la ley militar de autoamnistía y puso fin a la doctrina de seguridad nacional, encarando una alianza económica con Brasil –que fue el origen del Mercosur– y alcanzando la paz definitiva con Chile.
Inició la reforma del Estado y de la Universidad pública, promovió la industria, puso en marcha un plan alimentario nacional y llevó adelante un intensivo programa de alfabetización nacional y de obras públicas.
Soportó tres sublevaciones militares y una decena de paros nacionales.
Fue impulsor de las leyes de punto final y de obediencia debida y puso en marcha dos planes económicos que, al fracasar, desembocaron en un proceso de hiperinflación que lo obligó a adelantar el traspaso de mando a su sucesor, Carlos Menem.
Más allá de sus éxitos y fracasos, Alfonsín mantuvo a lo largo de toda su trayectoria política una conducta de coherencia y honestidad intachable.