Era oriundo de la localidad gallega de Freás de Eiras, Ramirás (Ourense)

Asesinan en la localidad de El Junquito a un comerciante español de 44 años

Un comerciante de origen ourensano, Serafín Francisco Feijóo, ha fallecido en la localidad venezolana de El Junquito tras ser tiroteado por unos desconocidos que, al parecer, pretendían robarle o raptarle, la noche del domingo 30 de septiembre.

Asesinan en la localidad de El Junquito a un comerciante español de 44 años

Un comerciante de origen ourensano, Serafín Francisco Feijóo, ha fallecido en la localidad venezolana de El Junquito tras ser tiroteado por unos desconocidos que, al parecer, pretendían robarle o raptarle, la noche del domingo 30 de septiembre.

Serafín Francisco Feijóo, que tenía 44 años y cuatro hijos (uno de nueve años y unos trillizos de menos de dos años de edad), residía junto a su familia en la capital venezolana, Caracas, aunque regentaba una carnicería-chacinería en la cercana zona de El Junquito, donde tenía otra residencia. También estaba asociado en un local de hostelería ubicado en Macuto, estado Vargas.

Según han confirmado a ‘Magazine Español’ fuentes familiares y consulares, el hombre, originario de la localidad ourensana de Freás de Eiras, en el concello gallego de Ramirás (Provincia de Ourense) recibió un impacto de bala cuando llegaba a su domicilio de El Junquito. “Recibió un disparo en un brazo que aparentemente le produjo una embolia”, comentó un familiar. Aunque el caso se está investigando, las primeras pesquisas apuntan a que pudo tratarse de un intento de atraco para robarle la recaudación del día.

En el Concello de Ramirás viven su madre y una de sus dos hermanas. Serafín residía en Caracas con su esposa Elena –hija también de emigrantes de la zona de Celanova en Ourense–, y sus cuatro hijos. En la cercana localidad de El Junquito regentaba un negocio de carnicería-chacinería con su cuñado, Herminio, esposo de su otra hermana, Carmen Francisco Feijóo, matrimonio que también vive en Venezuela. Desde la capital se dirigían cada día al negocio, aunque los fines de semana solían pasarlos, algunas veces, en la casa de El Junquito. El pasado domingo, Serafín, al entrar en el portal de ese inmueble, se encontró con un hombre desconocido, quien efectuó varios disparos, y el que recibió le produjo la muerte.

Su tía Carmen Domínguez explicaba a un medio de comunicación de Ourense que la bala o balas “le debió dar cerca del corazón porque falleció al rato de ser metido en la ambulancia”, dijo. Serafín había estado en Freás de Eiras el pasado julio, enseñando sus pequeños a toda la familia. En el pueblo viven su madre, Elisa Feijóo, viuda de avanzada edad, y otra hermana, Aurora Francisco Feijóo, además de varios tíos y parientes.

Los padres de Serafín –Serafín y Elisa– habían emigrado a Venezuela, donde regentaron el negocio familiar que ahora llevaban éste y su cuñado. La hermana que reside en Freás de Eiras con la madre mostró el dolor de la familia y no quiso hacer declaraciones en un momento tan duro.

Los parientes de Freás de Eiras se enteraron de la noticia en la madrugada del lunes. Esperan la repatriación de los restos mortales en los próximos días, porque ese es el deseo de su familia, que descansen en el camposanto del pueblo natal, como aseguraba Carmen Domínguez. “Qué país más bueno era Venezuela”, señalaba esta mujer, que también vivió en la nación sudamericana un tiempo. En el pueblo y en todo Ramirás no se hablaba en toda la semana de otra cosa. ‘Fino’, como le llamaban en familia, tenía nueve tíos maternos. Su padre falleció hace escasos tres años. Es el segundo emigrante ourensano asesinado en Iberoamérica en un mes, ya que el otro era de Xinzo de Limia, también en la Provincia de Ourense.

Según Juan Soto, hijo éste de Juan Soto Fernández, otro emigrante del sector de la carnicerías y la restauración, que fue secuestrado el pasado año, “no está muy claro si fueron una o dos personas, las que asaltaron a mi primo, pues el tema está siendo investigado por homicidios y está bajo secreto, pero está claro que conocían las costumbres de Serafín, sabían que llevaba el dinero de la caja, él debió de oponer resistencia” y le dieron un disparo tan certero, que murió ya cuando iban a socorrerle en la ambulancia, explica Soto. Todo fue tan rápido “que la persona o personas que lo asaltaron ni siquiera se llevaron el dinero y se dieron a la fuga”, afirma.

Comerciante canario sigue sin aparecer

Gregorio Olivero García, natural de Los Realejos, Tenerife (Canarias), fue capturado el día 10 de septiembre en su casa de Guatire (en el estado Miranda), al este de la capital venezolana. Al cierre de esta edición aún no había noticia sobre su liberación.

Olivero García, de 71 años, más conocido como ‘Goyo’ entre sus allegados, tenía los pasajes comprados para viajar a Tenerife el día 11 de octubre, donde tenía pensado celebrar su cumpleaños, el 21 del mismo mes, en compañía de sus tres hermanos y sobrinos en la casa familiar de la localidad realejera de La Cartaya, según relató su hermana María Dolores Olivero García, que se encuentra en la citada isla desde hace algunos días.

“Yo me enteré del secuestro de mi hermano por mi sobrino ya que llevaba dos días en Tenerife. Fue un golpe muy fuerte. Casos como los de mi hermano lo habíamos oído en muchas ocasiones, pero nunca pensamos que podía ocurrirnos”, narró su hermana.

María Dolores reconoció su estado de inquietud. “Parece un sueño, estamos muy afectados. Mi sobrino Jorge es el que hace de interlocutor con los secuestradores y el que se ha enfrentado a este problema. Nosotros sólo esperamos buenas noticias, estamos todo el día pendiente del móvil”, manifestó.

Su hermano Luis, que regresó de Venezuela en el año 1999, agregó al respecto que “sólo espero que esta pesadilla acabe cuanto antes”.

En Venezuela, donde residen sus cuatro hijos, Elizabeth Olivero Álvarez, de madre lagunera, la cual está muy entera y ha afrontado el tema con serenidad, contó cómo es su padre. “Yo creo que hasta bromeará con los secuestradores. Papá es una persona muy fuerte y sé que va a salir muy bien de esto. Mi padre es una persona muy festera y le gusta mucho la playa”.

Elizabeth espera para noviembre un niño, el nieto número once de Goyo Olivero. “Todavía no está claro cuántos secuestradores eran, pero no han detenido a nadie. Se llevaron la camioneta de papá y con ella secuestraron a otra persona”, añadió.

La Policía Científica venezolana (CICPC) lleva adelante las investigaciones del caso para tratar de localizar a los secuestradores.