Participó en dos jornadas celebradas en la capital de Argentina

Pilar Pin aboga por hacer visible el papel de la mujer en la sociedad

La exdirectora General de Ciudadanía Española en el Exterior, Pilar  Pin, viajó a la Argentina para participar como disertante en dos mesas de las jornadas ‘La mujer en situaciones de precariedad y el contraste entre los ámbitos rural e urbano’ y  ‘Mujer, Crisis y Participación Política’.
Pilar Pin aboga por hacer visible el papel de la mujer en la sociedad
Pilar Pin, durante su intervención.

La exdirectora General de Ciudadanía Española en el Exterior, Pilar  Pin, viajó a la Argentina para participar como disertante en dos mesas de las jornadas ‘La mujer en situaciones de precariedad y el contraste entre los ámbitos rural e urbano’ y  ‘Mujer, Crisis y Participación Política’.

Durante su intervención, Pin señaló que las mujeres son pobres en tiempo, pobres en dinero (renta) y riquísimas en responsabilidades. “Por ello, de lo que se trata –planteó– es lograr una mejor redistribución de las tres cosas”, y para hacer esa redistribución  –continuo– hay que valorar el tiempo y el trabajo de las mujeres.

En esta dirección, aseguró que la discriminación que han sufrido –y que todavía siguen sufriendo– las mujeres se sustenta en un discurso social que las circunscribe exclusivamente al espacio de lo privado, mientras que a los hombres les asigna el espacio de lo público. “Un discurso –avanzó– que las propias mujeres damos por bueno y validamos continuamente en nuestras actuaciones”.  El tema, apuntó, es que el tiempo de lo privado no recibe valor económico, mientras que el de lo público sí. Esto deja a las mujeres fuera del mercado y de la valorización. En este modelo, dijo, las mujeres tienen tiempo para todo y para todos, pero no tienen tiempo para ellas, ni para el espacio público. Una democratización del tiempo, reflexionó, implica valorarse a una misma, valorar el tiempo, visibilizar el valor de nuestro trabajo e incorporar a los hombres a los espacios de lo privado, al ámbito de lo doméstico y de los cuidados.

Para ello, opinó que la mujer tiene que tomar la posición que realmente está ocupando, hacerla visible, valorarla en el ámbito público. “Incluso las mujeres le damos el doble de valor a lo masculino y la mitad del valor a lo femenino”, dijo, y ahondó que “las mujeres tenemos miedo a ocupar lugares visibles y a expresar nuestras opiniones, y sentimos pánico absoluto a expresar discrepancia”. “A veces, simplemente por el hecho de que una mujer lo haga, se la descalifica o se le agrede y lo puedo decir por experiencia propia”.

Este desequilibrio también se refleja en los salarios porque la mujer en España gana un 15%  menos que el hombre en igual tarea. Al respecto, apuntó que, si bien hubo momentos en los que la brecha llegó a ser del 8%, “en este momento se ha vuelto a un nivel de brechas salariales y de protección social de hace 20 años”.


Políticas públicas de género

Pilar Pin estimó, durante su participación en las jornadas internacionales de ‘Mujer, crisis y liderago’, que en los últimos años España avanzó mucho en cuestiones de género porque era un tema de la agenda política del gobierno y que eso le valió el reconocimiento en diversos foros internacionales. En este sentido, opinó que “España debería mantener este tema en su agenda política” y que la crisis no puede servir como “una excusa o una disculpa” porque “no es tanto una cuestión de presupuesto sino de prioridades en el planteamiento”. “Es una cuestión de voluntad política, de proteger la ciudadanía dentro de España y fuera de ella”, aseguró.


Las mujeres que emigran

Pilar Pin destacó que el factor migratorio agudiza las desigualdades que operan sobre las mujeres; por lo que –en ese contexto– el “igualitarismo” funciona en contra de los más desfavorecidos, de los más débiles, en este caso, de las mujeres. Por ese motivo, para la exdirectora General de la Ciudadanía Española en el Exterior es necesario llevar adelante una política de discriminación positiva que promueva la igualdad de oportunidades y proteja a las mujeres que emigran para que no se tengan que incorporar en los mercados de trabajo desde una posición precaria, desventajosa y de alto riesgo para su vida y su dignidad.