LA REPRESENTACIÓN OFRECE AL ESPECTADOR PLACER Y PEDAGOGÍA SOBRE UN ARTE ARRAIGADO EN TIERRAS ANDALUZAS
Estilo flamenco en el Teatro Roma de Avellaneda
El pasado miércoles 19 de agosto se estrenó el espectáculo dirigido e ideado por Marcela Rodríguez en el Teatro Roma de Avellaneda.

El pasado miércoles 19 de agosto se estrenó el espectáculo dirigido e ideado por Marcela Rodríguez en el Teatro Roma de Avellaneda.
Con más de 14 artistas en escena y un trabajo coreográfico notable, los aplausos fueron recurrentes tanto en los solos de Marcela Rodríguez y Adrián Vergés y en los cuadros armoniosos y precisos del Ballet Al´Aire, como en los momentos de los cantaores, guitarrista, bajista y percusionista.
El espectáculo es un viaje muy bien logrado por la historia del género que tanto se ha enriquecido a través del paso del tiempo. La obra, dividida en cuatro escenas, avanza desde los momentos en que el baile no profesionalizado se improvisaba en patios o cuevas de tabernas, pasa luego a la etapa del flamenco en los bares en la que el baile del hombre y la mujer comienza a distinguirse. Un tercer momento en el que con el surgimiento de grandes figuras el flamenco se mezclan ritmos de otros países y por último la tendencia más actual en el que la fusión con el jazz y la danza contemporánea se introdujo en el flamenco, así como lo viene haciendo en múltiples disciplinas.
El espectáculo pone de relieve lo mejor de cada etapa y hasta puede ser pensado como una obra no sólo placentera sino también pedagogizante, ideal para quienes dudan o discuten de las fusiones en danzas tan enraizadas a la tierra como el flamenco.
Después de que todo el elenco baila el último cuadro, el espectador queda convencido de que se puede respetar el espíritu flamenco con las técnicas y vestuarios más estilizados.
Como su título marca, la “evolución” en sentido positivo y la riqueza de este arte queda en escena. Dejando la imaginación abierta a cuánto más puede ir variando este baile que, en todas sus etapas, ha ido conquistando al mundo.
Con más de 14 artistas en escena y un trabajo coreográfico notable, los aplausos fueron recurrentes tanto en los solos de Marcela Rodríguez y Adrián Vergés y en los cuadros armoniosos y precisos del Ballet Al´Aire, como en los momentos de los cantaores, guitarrista, bajista y percusionista.
El espectáculo es un viaje muy bien logrado por la historia del género que tanto se ha enriquecido a través del paso del tiempo. La obra, dividida en cuatro escenas, avanza desde los momentos en que el baile no profesionalizado se improvisaba en patios o cuevas de tabernas, pasa luego a la etapa del flamenco en los bares en la que el baile del hombre y la mujer comienza a distinguirse. Un tercer momento en el que con el surgimiento de grandes figuras el flamenco se mezclan ritmos de otros países y por último la tendencia más actual en el que la fusión con el jazz y la danza contemporánea se introdujo en el flamenco, así como lo viene haciendo en múltiples disciplinas.
El espectáculo pone de relieve lo mejor de cada etapa y hasta puede ser pensado como una obra no sólo placentera sino también pedagogizante, ideal para quienes dudan o discuten de las fusiones en danzas tan enraizadas a la tierra como el flamenco.
Después de que todo el elenco baila el último cuadro, el espectador queda convencido de que se puede respetar el espíritu flamenco con las técnicas y vestuarios más estilizados.
Como su título marca, la “evolución” en sentido positivo y la riqueza de este arte queda en escena. Dejando la imaginación abierta a cuánto más puede ir variando este baile que, en todas sus etapas, ha ido conquistando al mundo.