LA ENTIDAD OFRECE EDUCACIÓN GRATUITA A 2.500 NIÑOS
La escuela de Fátima, en Villa Soldati, abre este año tres nuevas carreras terciarias
El padre Francisco ‘Paco’ Blanco Martín es misionero del Sagrado Corazón. Nacido en Valladolid, llegó a la Argentina en el año 1974 donde desarrolló la mayor parte de su trabajo pastoral en las zonas más humildes del sur de Buenos Aires.

El padre Francisco ‘Paco’ Blanco Martín es misionero del Sagrado Corazón. Nacido en Valladolid, llegó a la Argentina en el año 1974 donde desarrolló la mayor parte de su trabajo pastoral en las zonas más humildes del sur de Buenos Aires. “Donde más tiempo he estado en mi vida ha sido en Villa Soldati, al sur de la Capital Federal, una zona que reúne a los barrios Ramón Carrillo, Villa Fátima y Piletones”, entre otros, y donde viven más de 150.000 habitantes en situación de precariedad, según explicó.
La congregación del Sagrado Corazón trabaja allí desde hace más de 60 años. Período en el que edificó el Santuario y la escuela de Fátima. “Una escuela –dijo Paco– que ha ido creciendo para dar respuesta a las necesidades de la gente del lugar”, apuntó el padre Paco.
El establecimiento, que ofrece educación gratuita para los niños del entorno, atiende a más de 2.500 niños que diariamente concurren para realizar estudios primarios, secundarios y terciarios.
Allí se imparte educación de nivel inicial o de jardín de infantes y cuenta con tres secciones de educación primaria. Si bien en sus comienzos los cursos de escuela primaria se dictaban en régimen simple; luego se incorporó una sección de educación primaria de tiempo completo, con comedor escolar gratuito, debido a que las mamás necesitaban que se atendiera más a los niños y finalmente se abrió una tercera sección de estudios primarios para adultos, que se dicta durante el turno de noche.
“Luego –continuó el párroco– apareció la necesidad en los alumnos de profundizar un poco más su formación y se abrió el secundario técnico por la noche, “en principio, para que la gente que ya estaba trabajando con un esfuerzo pudiese terminar el secundario”, avanzó.
Quienes completan estos estudios reciben el título de técnicos en electricidad o en manejo de alimentos.
El secundario, tiene la particularidad de contemplar pasantías en laborales en empresas. En esta dirección señaló que “la escuela está orientada a que los alumnos puedan salir a trabajar y a que aprendan que el trabajo es dignidad”. Al respecto, ahondó: “Lo que nos proponemos es romper la espiral de sus familias que son normalmente familias que se dedican al cirujeo o al trabajo de albañilería porque la mayoría son hijos de inmigrantes bolivianos, peruanos y paraguayos”.
A partir de este año 2012 la escuela seguirá creciendo, ya que comenzará a funcionar el nivel terciario en el turno de noche, “con la finalidad –según explicó– de que los chicos que hayan terminado el secundario puedan seguir creciendo”.
El nivel terciario, que se abre este año, comienza con tres carreras: la de maestra jardinera –porque, según dijo, muchas veces las maestras jardineras no quieren ir a esa zona–, la de técnicos en seguridad e higiene en el trabajo y la de enfermería, porque los chicos que terminan el secundario se reciben de técnicos electromecánicos y les viene muy bien continuar sus estudios para tener un plus de cara a las empresas.
Hoy la escuela tiene unos recursos fundamentales destinados al pago de los sueldos de los maestros. El resto, que es el mantenimiento de la escuela, el dar de comer a los niños, el pago de las personas que no son profesores como pueden ser los cuidadores, las personas de limpieza o el comedor, es lo que se les está haciendo difícil sostener. “Hasta ahora –precisó– venían recursos de la congregación de España”, pero ésta, indicó, ya no cuenta con tantos recursos.
Blanco Martín advirtió que también se les está haciendo difícil sostener el comedor escolar infantil por lo que el padre Paco recordó que los interesados en colaborar, ya sea con bienes materiales o con dinero, pueden hacerlo llamando a la institución.
Finalmente se dirigió a las empresas fundamentalmente españolas a colaborar en la formación de los jóvenes, brindándoles la oportunidad de trabajo a los chicos y chicas.
“Eso –avanzó– es muy importante porque si la escuela forma pero luego no pueden entrar en la empresa no ayudamos nada”.
La congregación del Sagrado Corazón trabaja allí desde hace más de 60 años. Período en el que edificó el Santuario y la escuela de Fátima. “Una escuela –dijo Paco– que ha ido creciendo para dar respuesta a las necesidades de la gente del lugar”, apuntó el padre Paco.
El establecimiento, que ofrece educación gratuita para los niños del entorno, atiende a más de 2.500 niños que diariamente concurren para realizar estudios primarios, secundarios y terciarios.
Allí se imparte educación de nivel inicial o de jardín de infantes y cuenta con tres secciones de educación primaria. Si bien en sus comienzos los cursos de escuela primaria se dictaban en régimen simple; luego se incorporó una sección de educación primaria de tiempo completo, con comedor escolar gratuito, debido a que las mamás necesitaban que se atendiera más a los niños y finalmente se abrió una tercera sección de estudios primarios para adultos, que se dicta durante el turno de noche.
“Luego –continuó el párroco– apareció la necesidad en los alumnos de profundizar un poco más su formación y se abrió el secundario técnico por la noche, “en principio, para que la gente que ya estaba trabajando con un esfuerzo pudiese terminar el secundario”, avanzó.
Quienes completan estos estudios reciben el título de técnicos en electricidad o en manejo de alimentos.
El secundario, tiene la particularidad de contemplar pasantías en laborales en empresas. En esta dirección señaló que “la escuela está orientada a que los alumnos puedan salir a trabajar y a que aprendan que el trabajo es dignidad”. Al respecto, ahondó: “Lo que nos proponemos es romper la espiral de sus familias que son normalmente familias que se dedican al cirujeo o al trabajo de albañilería porque la mayoría son hijos de inmigrantes bolivianos, peruanos y paraguayos”.
A partir de este año 2012 la escuela seguirá creciendo, ya que comenzará a funcionar el nivel terciario en el turno de noche, “con la finalidad –según explicó– de que los chicos que hayan terminado el secundario puedan seguir creciendo”.
El nivel terciario, que se abre este año, comienza con tres carreras: la de maestra jardinera –porque, según dijo, muchas veces las maestras jardineras no quieren ir a esa zona–, la de técnicos en seguridad e higiene en el trabajo y la de enfermería, porque los chicos que terminan el secundario se reciben de técnicos electromecánicos y les viene muy bien continuar sus estudios para tener un plus de cara a las empresas.
Hoy la escuela tiene unos recursos fundamentales destinados al pago de los sueldos de los maestros. El resto, que es el mantenimiento de la escuela, el dar de comer a los niños, el pago de las personas que no son profesores como pueden ser los cuidadores, las personas de limpieza o el comedor, es lo que se les está haciendo difícil sostener. “Hasta ahora –precisó– venían recursos de la congregación de España”, pero ésta, indicó, ya no cuenta con tantos recursos.
Blanco Martín advirtió que también se les está haciendo difícil sostener el comedor escolar infantil por lo que el padre Paco recordó que los interesados en colaborar, ya sea con bienes materiales o con dinero, pueden hacerlo llamando a la institución.
Finalmente se dirigió a las empresas fundamentalmente españolas a colaborar en la formación de los jóvenes, brindándoles la oportunidad de trabajo a los chicos y chicas.
“Eso –avanzó– es muy importante porque si la escuela forma pero luego no pueden entrar en la empresa no ayudamos nada”.