La Casa de España en Portugal cumple 100 años
La Casa de España de Lisboa celebró el pasado viernes, día 19, el centenario de su fundación dispuesta a afianzarse como “punto de encuentro” para los más de 18.000 españoles que residen en Portugal y los muchos más que se desplazan a este país temporalmente.
La Casa de España de Lisboa celebró el pasado viernes, día 19, el centenario de su fundación dispuesta a afianzarse como “punto de encuentro” para los más de 18.000 españoles que residen en Portugal y los muchos más que se desplazan a este país temporalmente.
La institución nació en 1909 como una tímida iniciativa, sobre todo de carácter recreativo, para los emigrantes españoles que vivían en Portugal, la mayoría de escasos recursos y esforzados por ahorrar algún dinero y enviarlo a sus familias.
Cien años después, son muchos los empresarios y ejecutivos españoles que frecuentan la entidad, en cuyas actividades y publicaciones se ven ahora marcas de renombre, mientras, en las tertulias, aunque el fútbol es tema preferido, se habla más de golf y menos de mus.
Guillermo de Llera, presidente de la institución, explicó que pese a la vecindad de los dos países y la presencia permanente de una amplia colonia española en Portugal la Casa de España tuvo épocas difíciles.
El organismo, de carácter no oficial y administrado en régimen de asociación por una comunidad de españoles afincados en Lisboa, atravesó una “época moribunda” después de la Revolución de los Claveles de abril de 1974.
Con la caída de la dictadura portuguesa, mientras en España se mantenía la de Franco, la institución entró en un letargo del que no salió hasta la entrada de España y Portugal en la Comunidad Europea (CE), en 1986, cuando se inició el actual auge de las relaciones y los intercambios bilaterales.
Según De Llera, se sabe además muy poco de las actividades de la Casa de España antes de la década de los 60, aunque se las supone vinculadas a su finalidad principalmente recreativa.
Ahora se ha emprendido una investigación para conocer mejor la historia de la institución y recogerla en un libro que se publicará en noviembre, dentro del año del centenario, indicó De Llera.
En los años noventa, con España y Portugal creciendo en el seno de la UE, muchas empresas hispanas se instalaron en el país vecino, explica, y el perfil de los españoles residentes en el territorio luso cambió. En Portugal, y sobre todo en Lisboa, hubo en el último siglo una gran población emigrante, en su mayor parte procedente de Galicia, que trabajaba en las fábricas y los servicios de la capital.
De Llera, el mes pasado, recibió la condecoración de la Orden de Isabel la Católica como reconocimiento a su labor.
La institución nació en 1909 como una tímida iniciativa, sobre todo de carácter recreativo, para los emigrantes españoles que vivían en Portugal, la mayoría de escasos recursos y esforzados por ahorrar algún dinero y enviarlo a sus familias.
Cien años después, son muchos los empresarios y ejecutivos españoles que frecuentan la entidad, en cuyas actividades y publicaciones se ven ahora marcas de renombre, mientras, en las tertulias, aunque el fútbol es tema preferido, se habla más de golf y menos de mus.
Guillermo de Llera, presidente de la institución, explicó que pese a la vecindad de los dos países y la presencia permanente de una amplia colonia española en Portugal la Casa de España tuvo épocas difíciles.
El organismo, de carácter no oficial y administrado en régimen de asociación por una comunidad de españoles afincados en Lisboa, atravesó una “época moribunda” después de la Revolución de los Claveles de abril de 1974.
Con la caída de la dictadura portuguesa, mientras en España se mantenía la de Franco, la institución entró en un letargo del que no salió hasta la entrada de España y Portugal en la Comunidad Europea (CE), en 1986, cuando se inició el actual auge de las relaciones y los intercambios bilaterales.
Según De Llera, se sabe además muy poco de las actividades de la Casa de España antes de la década de los 60, aunque se las supone vinculadas a su finalidad principalmente recreativa.
Ahora se ha emprendido una investigación para conocer mejor la historia de la institución y recogerla en un libro que se publicará en noviembre, dentro del año del centenario, indicó De Llera.
En los años noventa, con España y Portugal creciendo en el seno de la UE, muchas empresas hispanas se instalaron en el país vecino, explica, y el perfil de los españoles residentes en el territorio luso cambió. En Portugal, y sobre todo en Lisboa, hubo en el último siglo una gran población emigrante, en su mayor parte procedente de Galicia, que trabajaba en las fábricas y los servicios de la capital.
De Llera, el mes pasado, recibió la condecoración de la Orden de Isabel la Católica como reconocimiento a su labor.