ENCARNACIóN LOZANO DE GIMéNEZ EJERCIó DE ANFITRIONA E INSTRUCTORA

19 mujeres de la Asociación Española de Neuquén aprenden a elaborar los roscos andaluces

El pasado domingo 11 de mayo se reunieron en la casa de Encarnación Lozano de Giménez, 19 mujeres de la Asociación Española de Neuquén, deseosas de aprender, a pie juntillas, la elaboración de los famosos roscos andaluces, más precisamente, de Alcóntar, pueblo originario de muchos integrantes de la Institución.

19 mujeres de la Asociación Española de Neuquén aprenden a elaborar los roscos andaluces
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Un momento de la elaboración de roscos.

El pasado domingo 11 de mayo se reunieron en la casa de Encarnación Lozano de Giménez, 19 mujeres de la Asociación Española de Neuquén, deseosas de aprender, a pie juntillas, la elaboración de los famosos roscos andaluces, más precisamente, de Alcóntar, pueblo originario de muchos integrantes de la Institución.

La idea surgió de la misma Encarnación que hace tiempo ya ha pasado su receta a muchas integrantes de la colectividad y, en ocasiones, le pedían más precisiones porque a ninguna le salían como a ella.

Por eso surgió la idea de pasar una tarde en reunión de aprendizaje, intercambio de tradiciones, recetas, maneras de presentarlas, oportunidad de realizarlas y todo lo que significara la práctica de las costumbres culinarias traídas de España.

Así fue como la anfitriona ofreció su casa, especialmente su hermoso quincho estilo andaluz y toda su bonhomía para seguir el ‘paso a paso’ de la receta ancestral.

Indicó todos los secretos encerrados en los roscos, que son una verdadera denominación de origen. Hablar de los roscos en la Asociación Española de Neuquén es hablar de los roscos de Encarna; ya dejaron de ser de Andalucía, ni siquiera de Alcóntar, son los de Encarna. Y como el buen ejemplo cunde, y es bueno que así sea, ya se ha formado fila para las próximas recetas tradicionales: los mantecados al vino, los polvorones de Málaga, las flores de Salamanca, rosquillas fritas, torta de Málaga, engañotes, borrachuelos y hasta crema catalana y leche frita, entre algunas de las que se mencionaron para las próximas reuniones.

Durante más de cuatro horas, se hicieron 78 roscos, que salieron exquisitos. Lo más importante fue que esta socia supo reunir a mujeres de todas las edades: desde jóvenes de 23 años hasta señoras de siete décadas, todas unidas por el interés de preservar las tradiciones –culinarias en este caso– y hacerlo prácticamente porque todas estuvieron ‘manos a la obra’, mientras seguían la lectura de la receta que Encarna había entregado a cada una.

Como si esto fuera poco, esperó a sus alumnas con dos mesas servidas para tomar te, café o mate, según los gustos acompañado de tortas y masas dulces, que también había preparado para la ocasión.

Desde la Asociación Española, quisieron celebrar esta iniciativa y felicitar a Encarna Lozano por su generosidad y excelente disposición.