LA ENTIDAD RECUPERó LOS PENDONES DE OTRAS EDICIONES QUE NO HABíA PODIDO TRAER EL PASADO AñO

La Casa de León en A Coruña celebró su jornada grande con alegría, música y buena gastronomía

Procedentes de Garrafe de Torío, Grulleros, Villalboñe, Ardón, Gradefes, Mozóndiga, Villaverde de Sandoval, Jimenez de Jamuz, Losada del Bierzo y la Milla del Páramo, los pendones leoneses despertaron la admiración de los coruñeses mientras avanzaban al paso que marcaban las dulzainas y los tamboriles del grupo de coros y danzas Virgen de la Guía, de Santa María del Páramo, comarca a la que se dedicaba en especial la celebración.

La Casa de León en A Coruña celebró su jornada grande con alegría, música y buena gastronomía
Participantes en el Día de la León.

Procedentes de Garrafe de Torío, Grulleros, Villalboñe, Ardón, Gradefes, Mozóndiga, Villaverde de Sandoval, Jimenez de Jamuz, Losada del Bierzo y la Milla del Páramo, los pendones leoneses despertaron la admiración de los coruñeses mientras avanzaban al paso que marcaban las dulzainas y los tamboriles del grupo de coros y danzas Virgen de la Guía, de Santa María del Páramo, comarca a la que se dedicaba en especial la celebración.

La danza de los estandartes y bailarines, que se repitió al cierre de la jornada, permitió comprobar la maestría de los pendoneros que se iban relevando para que todos, incluidos los más pequeños, pudiesen mostrar su buen hacer.

Previamente, el presidente de la Casa de León, Avelino Abajo Ares, agradeció su colaboración al Ayuntamiento, representado por los concejales Martín Fernández Prado y Francisco Mourelo, y a todos los que acompañan a diario a los leoneses que viven en A Coruña. La unidad de dos pueblos separados por unas fronteras que “no debería haber en el sentimiento” fue el hilo conductor de un discurso en el que animó a que la llama de la fraternidad siga siempre encendida.

Un mensaje de complicidad en el que insistió el padre Rosendo, leonés de mundo, que hizo corear a los presentes “vivir na Coruña qué bonito é” para a continuación recordar, también a coro, “paso la vida llorando y suspirando, León por ti”. Y ejemplificó con el trigo de los campos leoneses y la pesca coruñesa la parábola de los panes y los peces.

Para que la fiesta, a la que también asistieron el diputado Juan de Dios Ruano, la vicepresidenta de la Diputación de A Coruña, Mariel Padín, y el alcalde de Priaranza del Bierzo y diputado, José Manuel Blanco, fuese completa, no podían faltar las viandas. Cecina, chorizo, queso o morcilla que hicieron las delicias de los que las degustaron. Con el regusto de lo bueno de la tierra y el recuerdo de la tradición concluyó el Día de León, en el que las raíces leonesas calaron un poco más hondo en la tierra coruñesa.