La presidenta de la Agrupación de Sociedades en la Isla hace un llamamiento a la solidaridad

Antonia Rabanillo, a las diputaciones y ayuntamientos de Castilla y León: “Recuerden que tienen emigrantes en Cuba”

Un siglo después de su llegada a Cuba, los castellanos y leoneses en la isla dirigen la mirada hacia su país de origen reclamando solidaridad. Alrededor de 700 integran la lista de los que cada año aspiran a beneficiarse de las partidas que envía la Junta, única Administración que, en el ámbito autonómico, responde a la causa con ayudas directas: 120.000 euros anuales. La presidenta de la Agrupación de Sociedades Castellanas y Leonesas en Cuba, María Antonia Rabanillo, hace un llamamiento a las diputaciones y ayuntamientos para que imiten el gesto y colaboren con los que viven lejos del territorio.

 

Antonia Rabanillo, a las diputaciones y ayuntamientos de Castilla y León: “Recuerden que tienen emigrantes en Cuba”
DIA DE CASTILLA Y LEON
Castellanos y leoneses de Cuba se reunieron para la celebración del Día de la Comunidad, el pasado 23 de abril.

Desde Cuba, país que los fue acogiendo durante las oleadas migratorias de la primera mitad del siglo pasado, los castellanos y leoneses en la isla miran hacia España ansiando unas ayudas que amortigüen sus carencias. Los tiempos de bonanza que los impulsaron a dejar su lugar de origen y los arrastraron hacia el Caribe convencidos de que los nuevos vientos de su travesía les traerían nada menos que prosperidad, son cosa del pasado y las llamadas a la solidaridad de sus descendientes, así como de los pocos protagonistas de tal proeza que todavía viven, se han convertido en una constante que raras veces halla respuesta en el interlocutor.

A modo de altavoz por su condición de presidenta de la Agrupación de Sociedades de Castellanos y Leoneses en Cuba, María Antonio Rabanillo se dirige a las distintas administraciones con las que se vincula la colectividad al otro lado del Atlántico para que se dejen llevar por el sentimiento de afinidad hacia unos ciudadanos que, lejos del territorio, forman igualmente parte de su comunidad y viven necesitados de ayuda.

En el ámbito autonómico, solo la Junta está respondiendo a la petición, enviando 120.000 euros anuales para repartir entre aquellos ciudadanos originarios de la región que presentan necesidades perentorias.

La partida, que se concede en base a unos requisitos, beneficia cada año a entre 340 y 350 de las 700 personas mayores de 65 años o con discapacidad que habitualmente la solicitan, las cuales perciben en cada ejercicio 349 y por una sola vez.

“Es un beneficio grandísimo; bien administrado puede llegar para cubrir sus necesidades durante 3 o 4 meses”, asegura la presidenta, quien, no obstante, aclara: “Cuanto más pequeña es la ayuda, más personas la reciben”, porque el presupuesto no varía.

El problema estriba en que, para percibir la cantidad, no basta con reunir los requisitos. De hecho, “hay algunos que tienen los expedientes bien cubiertos, pero no obtienen la paga, porque no hay dinero suficiente para todos”, comenta la dirigente.

Para responder a estas situaciones, el gobierno que preside Alfonso Fernández Mañueco dio un paso más en sus políticas de ayuda a los residentes en Cuba y dispuso en los últimos ejercicios de una partida extraordinaria para proporcionar una paga especial a las personas que quedaron fuera de esas ayudas convencionales. La cuantía por este concepto asciende este año a 15.000 euros, dos mil más que en el ejercicio anterior, en el que se beneficiaron 300 personas que se integran en las asociaciones castellanas y leonesas que, con la cantidad que perciben, pueden “comprar suministros de primera necesidad”, asegura Rabanillo.

“La Junta nos ayuda muchísimo con subvenciones a las sociedades y a la agrupación; todo lo que se hace es gracias a la Junta”, porque “la cuota que cobramos a los socios es mínima y sin esa ayuda no podríamos hacer nada importante”, corrobora la presidenta, quien también destaca la aportación a la causa de algunas diputaciones provinciales, sobre todo las de Zamora y León, que son las que todavía se mantienen vinculadas con la población emigrada y conforman programas para ellos como, en el caso de la de Zamora, los destinados a facilitar viajes a su lugar de origen a los zamoranos en el exterior. Pero “algunas”, como es el caso también de los ayuntamientos, “han perdido el contacto [con sus ciudadanos en la isla] y la ayuda que conceden es mínima”, lamenta.

Mención especial dedica a la labor que realiza la sede de la UNED en Zamora, que, con su catedrático José Andrés Blanco a la cabeza, lleva tiempo realizando “un trabajo muy grande para resaltar la historia de los emigrantes”, atestigua.

Representante del CRE por el país caribeño en el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior, así como cabeza visible también de la Colonia Zamorana en Cuba, la agrupación que desde 2013 preside Rabanillo –asentada en la calle Neptuno, en el centro de La Habana– está conformada por las sociedades burgalesa y castellana de Beneficencia, las colonias leonesa, palentina, salmantina y zamorana de Cuba y el Club Villarino de La Habana. El propósito de la agrupación, lejos de ocuparse de los socios directamente, es proporcionar a estas entidades asesoramiento y “trabajar [con ellas] siguiendo los mismos objetivos y directrices”.

Desde su creación, en 1971, la agrupación circunscribió inicialmente su actuación a la capital, pero a partir de 2013, al asumir la concesión de las ayudas que envía la Junta, “nos expandimos a toda la isla” para distribuir las cantidades que llegan de España entre los beneficiados, que se hallan repartidos por Guantánamo, Santiago de Cuba, Camagüey, Holguín o Matanzas, entre otros lugares de la isla.

Se trata de “una agrupación que se hace sentir; se disfruta y está cohesionada” y todo eso “lo hemos logrado gracias a la Junta y a algunas diputaciones”, dice. A las restantes, así como a los ayuntamientos, les insta a que “se acuerden de que tienen emigrantes en Cuba” y a “volcarse con las sociedades” para que pueden aseguir con su actividad, porque, llama la atención“ver a personas de 60 o 70 años cómo disfrutan, cómo comparten y cómo hacen cosas por las sociedades”.

Organizar concursos para niños, mujeres y mayores y programar actividades de tipo cultural forma parte de las actividades de la agrupación, que se intensifican en este mes de abril con los preparativos del día de la comunidad autónoma, que se conmemora cada 23 de abril. La celebración dura tres días, en los que no faltan la concesión de premios y la convocatoria a actos culturales.

Hija de zamorano –de Triufé Puebla de Sanabria–, Rabanillo, que se mantiene totalmente lúcida a sus 88 años, comenzó a visitar Zamora con el ‘plan Añoranza’ a mediados de los años 90. Junto a sus hermanos, está vinculada desde siempre a la Colonia Zamorana en Cuba, a la que también perteneció su padre, quien, antes de fallecer, tuvo ocasión de volver a su Zamora natal. “El tiempo más feliz de mi papá lo vivió en su regreso a España. Era feliz, había vuelto a su tierra”, comenta Rabanillo, quien, con agrado, recuerda que, a partir de los años 80, muchos castellanos visitaron Zamora gracias al ‘plan Añoranza’ de la Diputación.

“Trabajar con los jóvenes es importante para que puedan mantener el vínculo”

Un total de 9.712 personas originarias de Castilla y León se reparten actualmente por Cuba, principalmente por La Habana –la capital acoge prácticamente a un tercio del colectivo–, así como por ciudades como Guantánamo, Santiago de Cuba, Camagüey, Holguín o Matanzas.

La cifra supone el 6% del total de españoles registrados en Cuba en el PERE (Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero), por lo que, en cuanto al número, la población procedente de Castilla y León constituye la cuarta comunidad en importancia en el país caribeño, por detrás solo de Canarias, que suma más de 65.000 ciudadanos; Galicia, que supera los 46.000; y Asturias, que contabiliza por encima de los 16.000 inscritos en el padrón del exterior.

Buena parte de esos más de 9.000 castellanos y leoneses viven vinculados a las sociedades que, como otras de la colectividad española en el exterior, tienen su asignatura pendiente en lograr atraer a los jóvenes hacia unas entidades integradas principalmente por personas mayores.

“La emigración se paralizó en los años 30 y eso hace que la base del emigrante vaya siendo cada vez menor”, dice María Antonio Rabanillo, presidenta de la Agrupación de Sociedades Castellanas y Leonesas en Cuba. Por eso, añade, “el trabajo con los jóvenes es muy importante para que puedan mantener el vínculo” con su lugar de origen. Y es por eso por lo que emplaza a las autoridades de la región a que visiten la isla y reclama que se materialicen los planes acordados con la Junta para implantar talleres para mayores y jóvenes en Cuba. También para que a estos se les concedan becas y puedan así visitar los lugares de los que proceden y ampliar sus conocimientos en la universidad. “La relación de los jóvenes con sus antepasados es muy lejana y se pierde un vínculo que solo la cercanía permite mantener despierto”, constata Rabanillo.