Uno de los responsables de la Casa Balear de Punta Cana

Juan José Lladó pide que se gestione “algún tipo de fondo para echarle una mano cuando a alguien le pasa algo”

La idea de constituir la Casa Balear de Punta Cana nace de un grupo de whatsapp que formaron los baleares que se quedaron varados allí durante el confinamiento. “Es una cosa buena que salió del covid”, remarcó Juan José Lladó, durante su intervención en el Pleno del Consejo de las Illes Balears, donde aseguró que cuando conocieron a Andrés Ferrer, de la Casa Balear en Santo Domingo, empezaron a colaborar con ellos, pero por temas administrativos y al estar a 300 kilómetros de distancia decidimos tener casas separadas, “pero hacemos muchos eventos de forma común y apoyada”.

Juan José Lladó pide que se gestione “algún tipo de fondo para echarle una mano cuando a alguien le pasa algo”
Punta Cana
Juan José Lladó, del centro de Punta Cana, durante su intervención en el Pleno del Consejo de las Illes Balears en el Exterior.

Para Lladó, la gran diferencia entre las dos entidades está en la composición de sus miembros, ya que “en Santo Domingo hay descendientes de hasta cuarta y quinta generación y en Bávaro muchos de los mallorquines son itinerantes, gente que va por temas laborales, muchos están cuatro o cinco años y salvo algunos que se instalan y forman una familia, la gran mayoría acaba volviendo a Mallorca o a otras islas del Caribe con compañías hoteleras”.

En su intervención, Lladó hizo hincapié en que la Casa “tiene dos puntos fuertes. Uno es la parte empresarial, ya que son 130 empresas de Baleares las que están representadas con nosotros sin contar con el sector hotelero” y luego “la parte sociocultural que es muy similar al resto de centros” y en la que realizan actividades gastronómicas, presentaciones de libros, verbenas y fiestas populares. “También hemos esponsorizado el documental de Pere Salom para poder sacarlo adelante porque era una cosa que otras comunidades baleares tenían y era algo bonito de hacer”, aseguró.

Dentro de la parte social, “lo más bonito que tenemos –dijo Lladó– es el Café de Herrera en una zona muy conflictiva de República Dominicana y que tiene 2.500 alumnos que salen con una formación profesional y es la forma de que puedan salir de ese barrio deprimido”.

En el apartado de peticiones, desde República Dominicana pidieron ayuda al Gobierno balear con los hoteleros de la zona para que den oportunidades de trabajo a los jóvenes que acaban formación profesional en el Café de Herrera. “Nosotros –explicó– lo hemos intentado desde Punta Cana y aunque los conocemos, el problema de estas cadenas hoteleras es que son muy grandes e igual, como ustedes que tienen acceso a los propietarios, con una palabra queda arreglado” y sería una forma de darle continuidad al proyecto.

Además de pedir un poco de ayuda para seguir creciendo tanto social como culturalmente, llevaron al Pleno la petición de los baleares de crear la figura de la ventanilla única porque “entre la distancia y el cambio de hora vamos muy perdidos”.

Otra de las cuestiones que se pusieron sobre la mesa y que se comentó mucho en el grupo del Caribe es la posibilidad de contar con “algún tipo de fondo para echarle una mano cuando a alguien le pase algo” como un accidente grave o ser víctima de un huracán. Además, plantearon la posibilidad de contar con un seguro sanitario colectivo para las casas baleares­.