Entregó los Premios Príncipe de Asturias en una edición marcada por los efectos de la crisis

Don Felipe apela a construir una sociedad que gestione con ética los bienes públicos

El Príncipe de Asturias apeló el pasado viernes, durante la entrega de los Premios que llevan su nombre, a construir en España un futuro basado en el esfuerzo y la honradez. “La sociedad exige una reflexión rigurosa para nunca más volver a caer en errores y excesos inadmisibles, con la firme aspiración de construir un futuro basado en el rigor, la seriedad, el esfuerzo y la honradez. Un futuro solidario, y con principios éticos firmes, en el que la integridad inspire nuestra vida colectiva y la gestión de nuestros recursos”, dijo don Felipe en el Teatro Campoamor.

Don Felipe apela a construir una sociedad que gestione con ética los bienes públicos
Don Felipe, entre Javier Fernández y doña Letizia.

El Príncipe de Asturias apeló el pasado viernes, durante la entrega de los Premios que llevan su nombre, a construir en España un futuro basado en el esfuerzo y la honradez. “La sociedad exige una reflexión rigurosa para nunca más volver a caer en errores y excesos inadmisibles, con la firme aspiración de construir un futuro basado en el rigor, la seriedad, el esfuerzo y la honradez. Un futuro solidario, y con principios éticos firmes, en el que la integridad inspire nuestra vida colectiva y la gestión de nuestros recursos”, dijo don Felipe en el Teatro Campoamor.

La capital ovetense acogió la trigésimo tercera ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias, en la que la crisis y sus consecuencias han marcado esta edición tanto en la calle, donde se han concentrado cientos de manifestantes, como en los discursos del Príncipe de Asturias, el escritor Antonio Muñoz Molina y la socióloga Saskia Sassen.
Además de ellos, el golfista José María Olazabal, el cineasta Michael Haneke, la fotógrafa Annie Leibovitz, la ONCE, la sociedad Max Planzk y los físicos Peter Higgs y François Englert –descubridores del bosón de Higgs– han sido los premiados en un acto que proporciona al Heredero de la Corona el escenario en el que pronunciar su discurso más importante del año.
En línea con el mensaje del Rey que leyó el pasado 12 de octubre, en el que llamó a celebrar “lo que nos une”, don Felilpe hizo numerosas referencias al “proyecto compartido” que es hoy la nación española, construida por “millones y millones de ciudadanos a lo largo de los siglos y que hoy, todos juntos, tenemos la responsabilidad de continuar en una gran tarea siempre inacabada”.
El Príncipe subrayó la necesidad de “hacer frente al pesimismo, la frustración o la desconfianza que afectan hoy a muchos españoles”. “No es difícil, y lo digo con humildad, comprender y respetar esos sentimientos y las razones de cada uno que los motivan. Sin embargo, no podemos permanecer indiferentes o inmóviles; debemos reaccionar”, ha remarcado.
Si bien España cuenta “con grandes activos materiales para afrontar sus dificultades”, advirtió de que “muchas veces” se nos olvida que “el activo más sólido”, el de “mayor valor” con el que contamos es precisamente “nuestra gente, la sociedad española en su conjunto”.
“Son muchos, son millones los españoles que cada día batallan para salir adelante con honestidad, con esfuerzo, con valentía y con humildad; ellos son los que realmente hacen de España una gran nación que vale la pena vivir, y querer, y por la que merece la pena luchar”, afirmó.
El Príncipe se mostró convencido de que en la sociedad española no está instalado un pesimismo “insuperable” y puso en valor la “solidaridad” tan presente entre nosotros, como demuestra, entre otras cosas, la generosidad de los mayores, que comparten con los miembros más jóvenes de su familia “los esfuerzos de una vida llena de sacrificios”.
Durante la ceremonia, también leyó su discurso el escritor Muñoz Molina, quien lamentó el “desaliento” que genera en el oficio de escribir vivir tiempos de incertidumbre “tan amargos” como los actuales, en un país “asolado por una crisis cuyos responsables quedan impunes mientras sus víctimas no reciben justicia”.
Por su parte, la fotógrafa estadounidense Annnie Leibovitz, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2013, ha reivindicado el “poder increíble” de la fotografía y dijo: “La imagen es cada vez más relevante y tiene más fuerza en nuestras vidas que nunca”. Leibovitz, que lleva 45 años dedicándose profesionalmente a la fotografía, ha asegurado que este arte representa para ella “la vida misma” porque con una cámara se puede mostrar lo que fascina o se ama y aprecia, las dificultades y desdichas que traicionan a los seres humanos o los momentos fugaces.
El director, guionista y dramaturgo austríaco Michael Haneke ha advertido de que la capacidad de diálogo es y tiene que ser una característica indispensable de la producción artística y que el respeto a la autonomía del espectador tiene que prevalecer frente a los intentos de manipulación. “Demasiadas veces el cine ha traicionado esa regla básica interhumana, que precisamente es también una regla básica de la producción artística. La manipulación sirve para muchos fines, no sólo políticos atontando a la gente uno se puede hacer rico”, ha subrayado el dramaturgo en una ceremonia a la que, como es habitual, también asistió la Reina y la princesa Letizia.