Opinión

En el barrio montevideano de La Teja

En el barrio montevideano de La Teja

Las cartas del abuelo Pascasio

Muy querida nieta Cristina:

Como vos bien sabés que en nuestra ‘Asemblea Celestial’ participan emigrantes gallegos de las dos orillas del Plata. Nuestro viaje a la orilla rioplatense no se hizo mediante un análisis previo de las históricas figuras de los próceres Artigas y San Martín. Necesitábamos un refugio. Nos pareció que la tierra de los horneros era un buen lugar para aprender de estos laboriosos artesanos del barro. Lo que queremos trasmitirte es nuestra gran alegría porque estás dirigiendo un gobierno que se implica en hermandad con su vecino del otro lado del charco. Las diferencias entre argentinos y uruguayos no existen desde que el ‘Jefe de los Orientales’ escribió en su carta a Manuel de Sarratea de diciembre de 1812 que “el pueblo de Buenos Aires es y será siempre nuestro hermano”.

El tema viene a cuento por tu reciente visita a la capital uruguaya para participar en la inauguración de la planta desulfurizadora de ANCAP en el barrio de La Teja. El mismo martes 27 se nos ocurrió invitar a nuestra reunión a Vázquez Edreira, un ex trabajador de la refinería que además de hijo de gallegos es el padre del ex presidente Tabaré. Queríamos tener información de primera mano sobre el proceso de refinación de hidrocarburos en el Uruguay y sobre la empresa pública ANCAP [Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland] que fue la que firmó el acuerdo con AESA [la empresa constructora de YPF]. Estamos hablando de una inversión de 360 millones de dólares. Es mucha guita pero la inversión enseguida se amortizará y será un fuerte activo para ayudar al aumento del patrimonio común de los uruguayos.

El invitado nos contó sobre su familia emigrante. Nació en las orillas del arroyo Pantanoso. Recordó que lo mejor de ir a laburar cada día era el sentir que estaba haciendo patria porque el combustible que movía al país era un producto que salía de una empresa pública. Se acordó del visionario Batlle y Ordóñez que consideraba que un país dependiente de la energía del exterior tiene que ser dueño –al menos– de una parte del proceso energético. Se lamentó de que el paso de los años llevó a ANCAP a ir cayendo en picado por la mala gestión de los sucesivos gestores ‘blancolorados’. El ente autónomo era un muy buen acomodo para los ganadores de las listas electorales más votadas.

Para Vázquez Edreira la nueva planta es una seria apuesta de futuro. Coincide con las palabras de ‘Raulito’ sobre la necesidad de “desarrollar esta inversión para asegurar el negocio de refinación en el Uruguay”. Nos explicó que el gran valor de la nueva planta es que permite el desarrollo de una nueva generación de combustibles más limpios al reducir el 99,5 % de azufre del gasoil y un 85% el de las naftas [en Galicia le llaman gasolina]. Además, el azufre no se pierde ya que se utiliza para fertilizantes. Era necesario ponerla en marcha porque de lo contrario nuestra ANCAP se convertiría en “fierros viejos porque los motores contemporáneos no bancan el azufre” según palabras del siempre lúcido presidente Mujica.

El mandatario uruguayo es una persona que la tiene clara. Sobre el debate alrededor de las empresas públicas dijo que “va a ser un largo proceso porque hicieron lo posible para que el Estado no avanzara, para que fuera lo más clientelista, para que no se hiciera cargo de las ramas fundamentales de desarrollo del país. Sin un Estado vigoroso no se va a ningún lado”. Vos lo conocés bien. Sabés que el abuelo Mujica te aprecia, es una persona que se hace querer y respetar porque su calidad humana no deja a nadie indiferente. Le mandó un suavecito recadito a la oposición de los coimeros ‘blancolorados’ al expresar que “hubiera querido, de todo corazón, que el sistema político entero del Uruguay estuviera aquí y se diera cuenta de lo que significan estas cosas, porque esta refinería no es para la izquierda, ni para la derecha, es del pueblo uruguayo”.

El compañero Vázquez Edreira nos leyó algunas palabras de tu discurso que nos parecen muy integradoras: “Creemos que podemos ayudar a Uruguay a tener hidrocarburos y que contribuyan a la integración regional. Nuestros países han sido bendecidos con tierras maravillosas, necesitamos agregarle valor a esa producción pero todo eso se hace imposible si no tenemos energía”. Bien dicho, querida nieta, te podés romper el lomo a laburar en un taller pero si te resulta carísimo el combustible estás en desventaja. Si el producto resultante es caro para el mercado interno; te podés maginar que de exportar ya no hablamos. Los abuelos gallegos rioplatenses tenemos un mismo origen. Todos vinimos del norte. Los argentinos y uruguayos descienden del viejo árbol hispánico que extiende sus ramas por la gran patria federal que estamos edificando con actuaciones como la de colaborar en independizarnos de los buitres del comercio internacional de hidrocarburos.

Bueno, Cristina, nos alegramos de que dirijas un gobierno de compromisos. Entenderás que la ciudadanía está harta de soportar los cuentos de políticos chanta que solamente velan por su interés particular. Te hago llegar un abrazo cariñoso bien cargado del suave rumor de las hojas de los más lindos robles de mi aldea de Mazaeda.

Pascasio Fernández Gómez