Opinión

La Tabla artística ‘Le Chevalier des Coquilles’ y Bouzas

En una foto remitida por Carlos Montenegro Ruiz, leemos acerca del “Chevalier des Coquilles” de Camerino, Italia: “Camerino, Museo Diocesano. Pintura sobre panel de madera que se supone que es de finales del siglo XV, y que se dice proviene de la Iglesia de Sta. María in Via. Se representan 4 episodios del traslado a España del cuerpo de Santiago, entre los cuales figura el Milagro de las Conchas. Esta obra recuerda muchísimo la sección central de la “Predella” del retablo de la capilla de Santiago en la Iglesia de Sta. María de Araceli de Roma, pintado por Giovenale Johanilis, de Orvieto en 1441, y descrito por Miguel de Erce Ximénez, a principios del siglo XVII”.
La Tabla artística ‘Le Chevalier des Coquilles’ y Bouzas

Leemos el capítulo IX –“Testimonio gráfico del suceso en “Le Chevalier des Coquilles”– del libro titulado El Cavallero de Bouzas. Un héroe, olvidado, en la Ruta del Apóstol a Galicia, cuyo autor corresponde a Paulino Freire Gestoso, publicado por ‘Gráficas Planeta’, Vigo, 2006, con portada diseñada a cargo de Miguel Ruiz Márquez. “Esta joya –escribe Paulino Freire– es el argumento definitivo de las pretensiones de Bouzas como lugar elegido por Dios a través de los deseos de su Apóstol más viajero. Somos una tierra privilegiada”. La Tabla artística relata, pues, los hechos en el tiempo y en el espacio, si bien deja fuera la representación del viaje llevado a término desde Jaffa hasta haber pasado el río Miño, centrándose en el itinerario “Ría de Vigo hasta Iria Flavia, Padrón”.

He ahí cómo la costa en la Tabla se halla llena de irregularidades. La Ría de Vigo asoma en la parte baja y a la derecha. Se columbra, aunque no está definida, como si le faltara un segmento que la representase. ¿Los cascos del caballo? Están incompletos. Al paso por la ría viguesa, la barca con el tesoro del Cuerpo del Apóstol, se aproxima a la costa: a su encuentro acude el valiente ‘Cavallero’, representado en el punto en que sale de la mar colmado de ‘Conchas’. Observamos la situación de fondeo de la nave –reposo con velas recogidas– con el Cuerpo del Santo aún a bordo.

Asimismo, en otra de las escenas, contemplamos cómo trasladan en una embarcación menor, el Cuerpo del Santo hacia la orilla de la playa. Si nos detenemos en la parte superior derecha, comprobaremos que el Cuerpo del Apóstol se encuentra ya en su sepulcro. ¿Podríamos pensar que la figura más próxima al caballero de la mano levantada –una bellísima dama– fuese su madre, la reina Lupa? Cerca, a la derecha de este mismo caballero, el matrimonio. La joven esposa en compañía de su esposo, el “Cavallero de Bouzas”, quienes se habían adelantado a la nave, a fin de hacer llegar la “feliz nueva” a las gentes de la antigua Iria Flavia, en tierras padronesas. “El parecido físico del ‘Cavallero Conchado’ y esta figura es evidente”, nos indica el señor Paulino Freire Gestoso.

Ahora vemos cómo el Apóstol es alzado en su féretro a un carro de bueyes, en el cual debería ser conducido hasta su tumba en Compostela. En la parte superior de la Tabla aparece “Finisterrae”, evocando su perfil de cabeza de un “cancerbero”, acaso anunciándonos lo ignoto, el peligro, el mar tenebroso”.