Opinión

Museos, parques, molinos e isla de Tambo, tesoros de Poio

Caminando por las pontevedresas tierras y aguas de Poio, aflora la pregunta: “¿Era Cristóbal Colón de origen gallego?”. La tesis de que el Gran Almirante tuvo su cuna aquí, en el ‘concello’ de Poio, no deja de ser una teoría –entre otras muchas, aparte de la de Génova, bien sostenida en el tiempo– que suma más de 100 años de historia y algunos adeptos. El investigador Celso García de la Riega, junto con otros estudiosos e historiadores, hallaron en su día diversas evidencias –la toponimia, sobre todo lo demás– que engarzan al ‘elegido’ Christophoros Columbus con las tierras de Poio desde el primer momento de su nacimiento.

Museos, parques, molinos e isla de Tambo, tesoros de Poio

“¿Es ésta la casa familiar del Almirante?”, interrogamos. Hoy es un micro-museo aplicado a albergar todas las “pruebas” documentales así como publicaciones que respaldan esta hipótesis y que abren al conocimiento no escasos datos y sabrosas curiosidades acerca de Poio y del significado de Galicia, dentro del acuñado ‘Descubrimiento’ del Nuevo Mundo Americano.

Ved ahí ahora el “Conjunto Patrimonial en la Quinta Besada”. Comprende, pues, un gran jardín, una casa principal, una cochera y una biblioteca construida con fragmentos góticos de la fachada de un palacio pontevedrés traído –piedra a piedra– desde el otro lado del río Lérez. Todo ello a instancias, a comienzos del siglo XX, de Augusto González Besada, un abogado y político de Pontevedra que desempeñó señeros cargos, como el de ministro en la época de la Restauración. Él transformó este lugar en un predio para el goce de sus vecinos.

“¿Y el ‘Parque de la Memoria’?”. El pensador argentino Adolfo Pérez Esquivel –premio Nobel de la Paz en 1980– diseñó este parque para el ‘concello’ de Poio, tras ser designado, debido a sus ancestros, ‘hijo adoptivo’ del municipio. Célebre por su lidia en pro de los derechos humanos, cultivó siempre el ensayo, la pintura y la escultura. Desde Combarro partió su padre a la emigración americana. Un área natural y recreativa en la cual se agrupan zonas de paseo, parques infantiles al igual que instalaciones deportivas abiertas al público.

Enfrente de nosotros, la isla de Tambo, que geográficamente pertenece al ‘concello’ de Poio, si bien, desde el punto de vista administrativo, al Ministerio de Defensa. Bajo la maleza, adentro de la isla, existen vestigios de un viejo ‘lazareto’ del siglo XIX: ruinas que nos hablan de su amplia historia y que incluso es testigo de un capítulo acerca de un saqueo a manos del codicioso pirata Francis Drake. Desde Combarro columbramos este singular enclave, al igual que los “parques de bateas” mejilloneras del propio Combarro y Raxó, cercanos a la isla.

Aunque el municipio de Poio no posee grandes ríos, exhibe 9 cursos fluviales que fueron aprovechados para construir decenas de molinos con los que convertir en harina el trigo, y más tarde, el maíz. ¿Rutas de ‘senderismo’? La de ‘Dos muíños de Samieira’ y la de ‘Da Freixa’. La primera, por el río Freiría; la segunda, por la ensenada de A Seca. Entre las zonas recreativas, ‘Monte do Castro’ en la parroquia de San Xoán. Además, ‘Fonte da Armadiña’ o bien junto al río Bois. ¡450 “sequoias” rojas en el “bosque de Colón”, plantadas en 1992 para el 5º Centenario del Descubrimiento de América!