Opinión

‘As Catedrais’ y ‘el balcón cantábrico gallego’

‘As Catedrais’ es estimada como una de las más seductoras playas de Europa. Mágico encuentro de la roca y la mar infinita. Arquitectura pétrea de índole natural. Tesoro de océano y montaña, la Naturaleza otorgó a la costa norte de Galicia los beneficios ya de artesanía y cultura, ya de gastronomía y tradición. Ocasos casi perennes desde la ría azul lucense de Ribadeo. Si lo deseamos, nos dirigimos desde ‘As Catedrais’ hacia Rinlo y la Isla Pancha. Esplendorosa población de Barreiros. Paraíso del percebe, las temidas olas del Rinlo.

‘As Catedrais’ y ‘el balcón cantábrico gallego’

‘As Catedrais’ es estimada como una de las más seductoras playas de Europa. Mágico encuentro de la roca y la mar infinita. Arquitectura pétrea de índole natural. Tesoro de océano y montaña, la Naturaleza otorgó a la costa norte de Galicia los beneficios ya de artesanía y cultura, ya de gastronomía y tradición. Ocasos casi perennes desde la ría azul lucense de Ribadeo. Si lo deseamos, nos dirigimos desde ‘As Catedrais’ hacia Rinlo y la Isla Pancha. Esplendorosa población de Barreiros. Paraíso del percebe, las temidas olas del Rinlo.

En caso de que anhelemos páginas de la historia de nuestra ‘Gallaecia’, no estaría de más seguir los pasos del célebre mariscal Pedro Pardo de Cela. Asimismo, el incesante oleaje en ‘San Cibrao’. ¿Tierra del haba? Naturalmente, la villa de Lourenzá. ¿Arqueología? La cultura ‘castrexa’, entre el mundo céltico y romano, en la comarca de ‘A Mariña’. Sin olvidar tampoco las huellas industriales que nos obsequia la valiosa cerámica de la fábrica de Sargadelos y la sabrosa, fecunda pesca del ‘bonito’ en Burela, cántico y pasión en las voces de la lonja.

¿Y cómo no rendir pleitesía a la inevitable evocación del ‘indiano’ con alardes de prosperidad en la dorada villa de Ribadero? Ni que decir tiene la visita y contemplación de la noble arquitectura y riqueza de las tierras de Mondoñedo, eternizadas por las fiestas en honor a San Lucas y su Catedral, tan bellamente cantadas por la lírica pluma mindoniense de Don Álvaro Cunqueiro.

¿Miradores? La mayoría, próximo a la costa, ofreciendo la voz inconmensurable del mar. Monte Santa Cruz y ‘O Cargadoiro’. El Faro de Isla Pancha y el Fuerte San Damián. Monte Castro y Capilla de San Miguel. ‘Atalaia’ y el castillo medieval de Pardo de Cela. Pico de ‘A Frouxeira’ y ‘A Veliña’ y ‘Penabor’. Playas de Cervo –Limosa y Cubelas–, arenales de Burela –‘A Marosa’ y ‘Cabaliño’– y, luego, la ría de Foz que atesora ‘Os Alemáns’ y ‘Pampillosa’. ¿Y el marítimo abrazo de la hermosa Barreiros? Estamos en ‘Punta Anguieira’ y San Bartolo, en ‘Fontela-Balea’ y ‘A Malata’.

¡Ribadeo de ‘As Catedrais’! Arenales de ‘Esteiro’ y ‘Os Castros’; no lejos, ‘Areosa’ y ‘Os Bloques’. Desde el Faro de Isla Pancha vamos hacia el puerto deportivo de Porcillán, por donde discurre un paseo por la margen izquierda de la ría azul de Ribadeo. Y si lo queremos, seguimos esta ruta que nos conducirá más allá de la villa hasta el ‘Muiño das Aceas’, entre las luminosas arboledas. En Ribadeo paseamos por el alma antigua de esas casas rebosantes de color, a través de angostas ‘rúas’ que descienden hacia el puerto. ¡Atractiva arquitectura de los enriquecidos ‘indianos’, construidos por los emigrantes con ‘estilos’ traídos de América del Sur!.

Permanecemos en este ‘balcón cantábrico gallego’, generoso en acantilados y espirales de espumas marinas. Emprendemos ahora la ruta desde ‘As Catedrais’ hasta ‘Punta Anguieira’: el municipio de Barreiros nos regala un litoral de más de 8 quilómetros de longitud. Y frente a esta ensenada, he ahí la villa de Foz y su ría, un indescriptible paraje natural.