Opinión

Bosque de ‘secuoyas’ en el Monte Castrove de Poio

Bajo el sobrenombre de ‘O bosque de Colón’, el Monte Castrove en el Municipio pontevedrés de Poio atestigua y exhibe el mayor conjunto de ‘secuoyas’ californianas de Europa.

Bosque de ‘secuoyas’ en el Monte Castrove de Poio

Bajo el sobrenombre de ‘O bosque de Colón’, el Monte Castrove en el Municipio pontevedrés de Poio atestigua y exhibe el mayor conjunto de ‘secuoyas’ californianas de Europa. Tales ejemplares de la idílica villa de Poio –¡oh San Ero del monasterio de Armenteira!– todavía son jóvenes, si hemos de considerar los ‘stándares’ de una especia vegetal que es susceptible de vivir cientos e incluso miles de años, además de superar el centenar de metros de altura. Nos hallamos ante un lugar con una historia que se remonta al mítico año 1992, estrechamente vinculado con el denominado ‘descubrimiento’ –o si queremos, ‘encuentro’– de América.

Ahora bien, ¿cuál es la explicación de todo ello? La iniciativa de traer ‘secuoyas’ tituladas ‘californianas’ a Poio brota en el Congreso de Estados Unidos, cuando emprende la idea de conceder un regalo a las gentes de España, a fin de conmemorar el Quinto Centenario del viaje de Cristóbal Colón al Continente americano. De modo que una delegación de expertos norteamericanos se traslada hasta la comarca elegida y toman muestras de la tierra que llevaron a analizar a su país. Aún es hoy el día en que ni la ‘Comunidad de Montes de San Xoan’ ni el Ayuntamiento de Poio, los cuales intervinieron en el proyecto, saben quién pudo haber ubicado al Monte Castrove dentro del ámbito de los Estados Unidos para llevar a término este escasamente conocido proyecto.

Aquellos que protagonizaron esta experiencia conservan esta feliz memoria: las reuniones sostenidas con Juan Carlos de Borbón, por entonces Rey de España, y con la Embajada de Estados Unidos en Madrid, hasta que, una vez concluidos todos los estudios, se lleva a cabo esta espléndida iniciativa. Así, pues, la plantación de un total de 500 ‘secuoyas rojas’ en el Monte Castrove fue supervisada regularmente por Estados Unidos. Todo lo cual explica por qué razón fuera personal de trabajo californiano el que acometiera, en fin, esta meritoria labor botánica y biológica en suma. De todas maneras, se dio licencia para que las dos primeras ‘secuoyas’ de ‘O bosque de Colón’ fuesen introducidas en la tierra de ‘O Castrove’ por los propios vecinos de la agradecida y nombre villa de Poio.

Toda esta encomiable labor y denodado esfuerzo, no obstante, se encontró en peligro durante el año 2006 a causa de la incesante tragedia de incendios forestales en la provincia de Pontevedra así como en toda Galicia en el general. Fueron los indeclinables trabajos de los residentes del lugar los que, por fortuna, consiguieron mantener intacto el hermoso ‘Bosque de secuoyas’ en Poio. A lo largo de los años también se ha podido verificar que, merced a la sombra que regalan, no permiten que la terrible maleza crezca. Su presencia, gracias a todo ello, significa una imprescindible ‘herramienta’ con el propósito de mantener con limpieza el monte.

He aquí que –un cuarto de siglo más tarde– la ‘Comunidad de Montes de San Xoan’ de Poio brinda el ímprobo apoyo con el fin de preservar y, al mismo tiempo, dar a conocer este singular enclave gallego. ¿Cuál sería, por tanto, el objetivo? Que las ‘secuoyas’ del incomparable ‘O bosque de Colón’ crezcan y sobrevivan durante cientos de años, estimulando la unión y solidaridad entre los pueblos hermanos del Mundo que, como obsequio de la Madre Naturaleza, con gratitud habitamos.

‘Secuoya roja’ o ‘californiana’ –de la Alta California y del Oregón– fue otorgado como homenaje al jefe Cheroqui ‘Sequoyah’.