Opinión

Aventuras de Henry Foster e infortunios de Luis Vernet

Aventuras de Henry Foster e infortunios de Luis Vernet

“Mientras la primera expedición de la Beagle iniciaba el segundo viaje al estrecho, también por disposición de la ‘Real Sociedad Geográfica’ de Londres, el marino británico Henry Foster emprendía una gira de estudios con el fin de precisar la forma de la tierra por medio de observaciones y experimentos sobre las variaciones de la longitud de oscilación del péndulo”, asevera el prestigioso historiador de raíz vasca Juan E. Belza en las páginas del admirable libro Romancero del topónimo fueguino. Discusión histórica de su origen y fortuna, Instituto de Investigaciones Históricas, Tierra del Fuego, Argentina, 1978.

Ahora bien, ¿quién era Foster? Un joven y experto viajero que había nacido en Wood Plumpton en 1796. Ingresó en la Marina a los doce años y dedicado a labores científicas desde los 19. Su más reciente experiencia la había cumplido desde 1821 a 1823 acompañando a William Edward Parry en su postrera expedición a la zona norpolar. Preparado para la nueva misión, partió de Spithead el 27 de abril de 1828 a bordo de la chalupa ‘Chanticleer’, es decir, ‘gallo’. Bordeando Madeira, Cabo Verde y Río de Janeiro, arribó a Montevideo. No demorando mucho, se estableció en la ‘isla de la Ratas’, donde montó su observatorio. 

He ahí cómo Fitz Roy lo encontró allí mismo. Juntos, acordaron una cita para fines de año en ‘Puerto Año Nuevo’. Naturalmente, Foster iba a precisar abastecimientos para proseguir sus trabajos y retornar a ‘Buena Esperanza’. El 5 de octubre abandonó Montevideo rumbo al sur. El 25 ya se establecía en ‘Puerto Cook’, al norte de la ‘isla de los Estados’, presto para poner en funcionamiento su ‘instrumental’ de trabajo. 

Foster bautizó el ‘monte Buckland’ en honor del reverendo William Buckland, nacido en 1784 y fallecido en 1858, quien sobresalió como geólogo, espeleólogo y paleontólogo, miembro de la ‘Real Sociedad Geográfica’ de Londres, así como presidente de la ‘Sociedad Geográfica’ en 1824. Recordemos que el nombre de ‘Basil Hall’ conmemoraba al afamado marino y dibujante inglés (1788-1884), quien había entrevistado en varias oportunidades en la ciudad chilena de Valparaíso al prócer de la emancipación sudamericana, el General Libertador de Argentina, Chile y Perú, el ilustre José de San Martín, y a cuyas órdenes Foster había servido en el ‘Comway’ en 1820. 

“¿Infortunios de Luis Vernet?”, se interroga el historiador Juan E. Belza. Henos ante el primer “comandante político-militar argentino de las islas Malvinas y de las adyacencias del cabo de Hornos en el mar Atlántico”, según leemos en el decreto firmado por el gobernador delegado de Buenos Aires, general Martín Rodríguez, el 10 de junio de 1829. Luis Vernet –argentino de origen francés y formado en Alemania– fue el adelantado de la soberanía nacional en las aguas sureñas. Pues, en efecto, afirmó los derechos argentinos desde 1826 a 1833 de Malvinas a las islas ‘Diego Ramírez’. Vernet exploró la ‘isla de los Estados’ en 1826, dos años antes que Foster. “Por los diseños que obran en la Sala VII del Archivo General de la Nación de Buenos Aires, en la sección llamada ‘Archivo Vernet’, puedo concretar dos afirmaciones”, según señala Belza, “que él conocía las nomenclaturas de la isla, al igual que se creyó con derecho a bautizar accidentes geográficos todavía sin nombre”.