Opinión

Terapia

Los europeos nos hemos vuelto tan sumisos ante los abusos del poder financiero y empresarial que sobrevivimos a base de cinismo, tal y como describen los médicos a una mujer maltratada.
Los europeos nos hemos vuelto tan sumisos ante los abusos del poder financiero y empresarial que sobrevivimos a base de cinismo, tal y como describen los médicos a una mujer maltratada. El ‘occidental’ padece un curioso proceso sicológico que hace que las críticas de los periódicos europeos a los sistemas políticos de terceros países aumenten en la misma proporción con la que a nosotros, los ciudadanos europeos, nos retuercen el pescuezo los poderosos de nuestro propio continente. Cuanto más tratamos de aparentar (ante cubanos, venezolanos, árabes en general, etc.) que vivimos en la gran democracia europea, más nos aplastan como consumidores, contribuyentes, pensionistas, pacientes o trabajadores. Es como si las víctimas hubiéramos convenido superar el trauma aparentando lo contrario y, a la vez, venerando a nuestro maltratador. Porque es nuestro, oiga, ese maltratador es nuestro maltratador. Sólo de este modo se explica la reacción mediática hispánica contra el presidente venezolano porque está plantando cara a un banco español. Millones de españoles nos moriríamos de gusto escupiendo al rostro de uno de esos tiburones que someten a nuestros gobiernos (que con gusto se dejan someter para luego someternos a nosotros), pero estamos tan traumatizados y tan enfermos que cuando Hugo Chávez nos lo recuerda no podemos soportar la verdad y acabamos atacando al esposo ideal. Terapia pura de pareja.