Opinión

Sofía

Pasemos por alto el fondo de las declaraciones carcas y poco profesionales de la reina española: en el futuro, la Historia dejará constancia de cómo se flagelaban los españoles en el siglo XXI con una institución injustificable. Lo interesante ha sido cómo han gestionado los dos grandes partidos españoles esta situación y cómo el partido que está en la oposición va a remolque del gobierno de turno.
Pasemos por alto el fondo de las declaraciones carcas y poco profesionales de la reina española: en el futuro, la Historia dejará constancia de cómo se flagelaban los españoles en el siglo XXI con una institución injustificable. Lo interesante ha sido cómo han gestionado los dos grandes partidos españoles esta situación y cómo el partido que está en la oposición va a remolque del gobierno de turno. Durante el mandato de Aznar, la ideología dominante –la del PP– llevó al PSOE a hacer el ridículo constantemente y a escorarse a la derecha en todos los asuntos de Estado (vivienda, nacionalismo español, política antiterrorista, etc.). Ahora sucede al revés, es el PP el que evita desentonar en el concierto marcado por los de Zapatero. Tras las declaraciones de la reina, la primera reacción del PP, a través de su portavoz González Pons, fue la correcta, la valiente y la que defendía la democracia. El PSOE aprovechó los titubeos del PP y se echó a su espalda la defensa de la patria y de las instituciones, del mismo modo que hizo Aznar en su época, cuando todo lo que no entraba por su aro era antiespañol o proetarra. El PP cayó en la trampa y ahora se desdice de Pons y compite con el PSOE para ver quién es más servil ante la monarquía (no es que consideren la monarquía; es que piensan que les da votos). El PSOE, el partido de raíz republicana más cínico de nuestra historia, ha encontrado un auténtico chollo en compadrear con los monarcas.