Opinión

Selma Lagerlöf (1858-1940), la primera mujer Premio Nobel

Selma Lagerlöf, quien naciera en 1858, fue la primera mujer Premio Nobel. Cuando contaba doce años, escribió un extenso poema acerca de “la casa rural” donde había visto la luz. Al cabo de tres años fue enviada a Estocolmo a fin de acabar sus estudios.
Selma Lagerlöf (1858-1940), la primera mujer Premio Nobel
Selma Lagerlöf, quien naciera en 1858, fue la primera mujer Premio Nobel. Cuando contaba doce años, escribió un extenso poema acerca de “la casa rural” donde había visto la luz. Al cabo de tres años fue enviada a Estocolmo a fin de acabar sus estudios. “No he nacido para el matrimonio –anota en su ‘Diario’–; no me interesan los quehaceres domésticos, además de ser torpe en la cocina y peor en el bordado”. Ya que la situación no era nada próspera, Selma comprendió que debía aprender una profesión para poder mantenerse a sí misma. Determinó estudiar magisterio para lo cual logró un crédito bancario en 1881.
Conviene recordar que durante varios años trabajó en una escuela rural para niñas –¡oh las adorables maestras de antaño!–, al tiempo que escribía poemas y cuentos cortos que publicaba en la prensa local. Un día de otoño recibió una epístola de Estocolmo que ella evocaba así: “Cuando leí un par de líneas, comenzaron mis manos a temblar y las letras a bailar frente a mis ojos”. Y es que las antiguas compañeras de Selma habían mandado algunos de sus textos literarios a la revista cultural feminista Dagny que despertaron la curiosidad de la baronesa Adlersparre, la descollante figura del movimiento feminista de Suecia. Obtuvo el premio en un concurso –dotado con 500 coronas– que significaba su salario de dos años. Visitó entonces a su ya mentora y amiga la baronesa, quien, plena de optimismo, le concedió un estipendio con el propósito de que se aplicara por completo a la actividad literaria.
El libro que escribió no adquirió una cálida recepción, pero –al igual que en un cuento de hadas– dos damas danesas de la ‘Asociación Femenina de Lectoras’ tradujeron y publicaron la obra en Dinamarca, donde consiguió un enorme éxito, que asimismo influyó en las lectoras suecas. Y el libro fue llevado al arte cinematográfico en 1924. La protagonista, Greta Garbo. El libro y la película llevan por título La saga de Gösta Berling. En 1894 Selma Lagerlöf conoció a Sophie Elkan, con quien compartía la condición de escritora y el compromiso con la emancipación de la mujer. Viajaron juntas a la península italiana y a la isla de Sicilia, de cuyas experiencias nos legó una novela social. Más adelante y a lo largo de seis meses recorrerían Egipto y Jerusalén, Beirut y Siria.
Selma y Sophie, si bien vivían en ciudades distantes, mantuvieron una prolongada correspondencia de singular relieve para ambas. Tales cartas fueron recopiladas por la propia Selma con el fin de ser publicadas como libro, al cual puso por título Tú me enseñas a ser libre. Se ignora el motivo, pero el hecho es que no apareció editado hasta 1992, esto es, cincuenta y dos años después de su fallecimiento.
En 1909 la Academia Sueca otorgó a Selma Lagerlöf el Premio Nobel de Literatura. Durante la primera Gran Guerra escribió Proscrito, novela pacifista que denuncia las miserias de la guerra. E igualmente en la Segunda Guerra Mundial. Ayudó y logró un visado oficial sueco para la poeta alemana Nelly Sachs, destinada por los nazis a un campo de exterminio en Polonia, salvándole así la vida. Ésta es una muestra de La agenda de las mujeres Solteras, 2009, Instituto de la Mujer, Madrid, 2008.