Opinión

A propósito de TVE Internacional y las demandas de los españoles en el exterior

Al margen de que estemos más o menos de acuerdo con las declaraciones del presidente del Congreso, José Bono, respecto de las insuficiencias y las “vergüenzas” de la programación del Canal Internacional de TVE y aún considerando que la forma, el momento, el día y el lugar no fueran, quizás, los más indicados, es evidente que tuvieron el mérito de ubicar el problema y manifestar lo que muchos pensamos desde hace ya muchos
A propósito de TVE Internacional y las demandas de los españoles en el exterior
Al margen de que estemos más o menos de acuerdo con las declaraciones del presidente del Congreso, José Bono, respecto de las insuficiencias y las “vergüenzas” de la programación del Canal Internacional de TVE y aún considerando que la forma, el momento, el día y el lugar no fueran, quizás, los más indicados, es evidente que tuvieron el mérito de ubicar el problema y manifestar lo que muchos pensamos desde hace ya muchos años.
El diario digital Eco Diario recoge las manifestaciones del presidente de la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC), Alejandro Perales, miembro del Consejo Asesor del Consorcio de RTVE, que declaró su conformidad con las críticas emitidas por José Bono al canal Internacional de TVE porque, dice, la calidad de la programación es inaceptable y el perfil que el canal muestra de la realidad española no es de esta época. Suscribo enteramente estas palabras y cualquiera que sufra su programación por estar ocasionalmente fuera de España o, más aún, por vivir permanentemente en el extranjero confirman sin lugar a dudas esas apreciaciones.
Lo que es inaceptable, lo que no se corresponde ni con la situación actual ni con la de muchos años atrás, es que el mismo Alejandro Perales afirme que el Canal Internacional no puede dirigirse a un colectivo de inmigrantes (supongo que querrá decir de emigrantes) anclados en los años 60, que te piden ver películas de Lina Morgan. Esta afirmación recoge en su literalidad los “argumentos” que nos han dado históricamente los principales responsables de RTVE cuando les exigíamos, en numerosas ocasiones, una mayor calidad en la programación del Canal Internacional. Se acostumbran a usar los tópicos cuando se desconoce la situación real, es la fórmula de facilidad que no esclarece ni aporta nada que permita avanzar en la solución de los problemas.
Qué más hubieran querido el colectivo emigrante y sus descendientes que TVE Internacional se hubiese dirigido a ellos en algún momento de sus casi 20 años de existencia.
Permítame decirle, con todo respeto para la señora Lina Morgan, que si bien pueden existir y de hecho existen, algunos sectores minoritarios de los españoles en el exterior que reclaman seriales o películas antiguas y programas desfasados heredados de otras épocas, eso se da, con toda probabilidad, en las mismas proporciones en que esas mismas o semejantes emisiones son seguidas por los ciudadanos españoles residentes en nuestro país.
Sepan que los ciudadanos españoles residentes en el extranjero han sido siempre conscientes de que TVE Internacional no es únicamente su cadena, ni tampoco la cadena de los españoles que ocasional y temporalmente salen del país, sino la ventana de España hacia el mundo, la principal cadena de los cerca de 500 millones de hispanoparlantes y, sin que eso signifique cercenar la libertad de opinión de nadie, ¿quién mejor que esos ciudadanos que residen en permanencia en el exterior, para apreciar las diferencias de calidad con otras cadenas de países de nuestro entorno que cumplen funciones semejantes?
Observo otro fenómeno en torno a la apreciación de la calidad de las emisiones de TVE Internacional y es que, como casi siempre, bastante gente en diversos sectores, intentan aprovechar las circunstancias, el tirón que ha supuesto la polémica, para autoadjudicarse comportamientos lúcidos y pioneros, casi únicos.
Desgraciada o afortunadamente la realidad siempre es más compleja y, por ello, requiere de mayor reflexión, del respeto hacia cualquier colectivo que haya tenido que ver con el problema y, sobre todo, de la mayor humildad por mucha razón que creamos tener. En éste, como en la mayoría de los conflictos, se precisa de las aportaciones de todos los colectivos y las personas dispuestas a resolverlos. Es preciso aunar esfuerzos en pos de ese objetivo, sin proclamas ni peroratas inútiles, ni ocurrencias o propuestas presentadas como soluciones milagrosas.
El Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (antiguo Consejo General de la Emigración) adoptó y elevó a los responsables competentes del Ente, a través del Ministerio de Trabajo, numerosos acuerdos y resoluciones en torno a TVE Internacional y su programación, los primeros de ellos en los años 1994 y 1995. Asimismo reclamó y obtuvo en varias ocasiones la presencia en sus Plenos de los responsables máximos de la cadena, a los que se les expuso el descontento de los ciudadanos españoles del exterior, se les reclamó mejoras sustanciales en la programación, se les intentó hacer comprender como consideraban la cadena los cientos de millones de hispanoparlantes que la sintonizaban y se les rebatieron argumentos como los que he mencionado precedentemente.
Ese mismo Consejo General nombró en un Pleno celebrado en 2005 una Comisión específica para mantener una reunión con los directivos de RTVE con la finalidad de analizar las cuestiones relativas a la emisión y recepción de la programación.
Posteriormente, el 11 de julio de 2007, en reunión mantenida en Prado del Rey y en cumplimiento de la Ley 17/2006, de 5 de junio, de la radio y la televisión de titularidad estatal, se constituyó el Consejo Asesor de RTVE, del que formo parte desde entonces en representación del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior.
Me consta que la Dirección General de la Ciudadanía Española en el Exterior (antigua Dirección General de Emigración) llegó en ocasiones a acuerdos puntuales para que, tanto RNE como TVE Internacional, emitieran algunas noticias, pocas (escasos minutos y no diarios), relacionadas con el interés informativo y las actividades de los españoles en el exterior, en particular se han reclamado con insistencia los anuncios institucionales relativos a las elecciones a los órganos de representación de los ciudadanos con residencia en el extranjero.
Me consta también que es voluntad de esa Dirección General la adopción de nuevos convenios de colaboración con la Corporación de RTVE.
A nuestros requerimientos de mayor y mejor calidad se nos ha respondido con machacona frecuencia que es un problema de dinero. Las respuestas de los responsables de RTVE han girado siempre y siguen girando, en torno a los escasos medios y los nulos o casi nulos presupuestos para la cadena internacional. Esta situación se puso de manifiesto con las cifras mencionadas por Luis Fernández, ex presidente de la Corporación, en recientes declaraciones: “El presupuesto total de RTVE en 2009 apenas alcanza el 30% del de la BBC y el 40% de France Televisión”.
Todo esto es, con toda seguridad, así y pone de manifiesto el enorme esfuerzo a realizar para alcanzar cotas de financiación que, aunque sobrias, sean suficientes. Pero también lo es que para desbloquear la situación, se precisa que esos responsables asuman la importancia de esa indispensable ventana hacia el mundo, que perciban que en numerosas ocasiones se juzga a España por la imagen que transmite la cadena internacional.
Tanto las declaraciones de Luis Fernández en su última comparecencia ante el Parlamento, como las del nuevo presidente, Alberto Oliart, en la Comisión de Nombramientos, aportan cierta esperanza, permiten creer que, por fin, se empieza a tomar conciencia y a considerar las necesidades de TVE Internacional y que cabe esperar acciones inminentes que nos lleven a mejoras sustanciales de la cadena.
Estoy absolutamente seguro de que cuando se comprenda y se asuma el enorme valor de TVE Internacional se obtendrá la voluntad (esa que mueve montañas) y se adjudicarán los medios para que pueda cumplir con dignidad su cometido.
Trabajando para intentar alcanzar ese objetivo estarán, como siempre, el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior y su representante en el Consejo Asesor.

Luis Lamiel Trallero es consejero asesor de RTVE por el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior