Opinión

Perdió Bolivia

Perdió la Bolivia de Repsol y de El País de Madrid. La de los terratenientes bolivianos, la de la CIA y el gobierno estadounidense (sin importar si era demócrata o republicano) que colocaba presidentes bolivianos que hablaban con dificultad español. Ganó otra, la de la inmensa mayoría.
Perdió la Bolivia de Repsol y de El País de Madrid. La de los terratenientes bolivianos, la de la CIA y el gobierno estadounidense (sin importar si era demócrata o republicano) que colocaba presidentes bolivianos que hablaban con dificultad español. Ganó otra, la de la inmensa mayoría. La que no tiene acciones en ninguna compañía transnacional y jamás fue consultada para despojarla de sus únicos recursos naturales, la que estuvo gobernada por presidentes, compañías y medios de comunicación que defendían intereses y no valores.
La principal cadena pública española, TVE, hacía hincapié en el “indigenismo” de la Constitución aprobada y en el de Evo, lo resaltaba para denostarlo y compadecerse de la minoritaria población que durante los últimos años manejó Bolivia como una hacienda particular. Estamos acostumbrados a que todos aquellos, hombres, mujeres, medios de comunicación o empresas que utilizan con más asiduidad las palabras libertad, independencia, igualdad o Derecho, sean los que más habitualmente pisoteen la libertad, sean más imparciales, aborrezcan el igualitarismo y el derecho lo reconozcan en tanto en cuanto les beneficie.
El tétrico titular del El País es toda una oda a esa asiduidad de la que hablo. Bolivia ahonda su división en las urnas. Morales logra aprobar la reforma con una mayoría del 60 por ciento, menor a la que preveía.- El claro rechazo al proyecto en las provincias ‘rebeldes’ da impulso a la oposición.
Nunca nada les es suficiente, les molesta desde el suéter de Morales hasta la cansina enhebración de ‘ques’ que Ibsen Martínez ventiló en un artículo publicado también en El País y que le quita el sueño a su libertad, a su independencia, a su igualdad y al único derecho que conoce él y otros tantos como él: el suyo.
¿Perdió Bolivia? Nada que ver, y la prueba no hay más que verla en todos aquellos que critican la victoria.