Opinión

Hay que meterle fierro para ganar en octubre

La barra del Cerrito está siguiendo con pasión todos los pormenores del pórtico electoral del mes de octubre. En la esquina del ‘Rover’ entre pizza, fainá y figazza se van colando los comentarios a favor y en contra de los tres candidatos. Se habla mucho porque hay verdadera preocupación por el futuro de la patria de José Artigas.
Hay que meterle fierro para ganar en octubre
La barra del Cerrito está siguiendo con pasión todos los pormenores del pórtico electoral del mes de octubre. En la esquina del ‘Rover’ entre pizza, fainá y figazza se van colando los comentarios a favor y en contra de los tres candidatos. Se habla mucho porque hay verdadera preocupación por el futuro de la patria de José Artigas. La muchachada quiere vivir al ladito del Río de la Plata escuchando al inmortal ‘Zorzal de Tacuarembó’ y gritando fuerte un gol de Peñarol.
–A mi me parece que Lacalle no es mal tipo. ¿Me entendés lo que quiero decir? El Pepe no tiene pinta de presidente. ¡No me jodan, che! Pará…si va de viaje al extranjero seguro que lo paran en la aduana porque no le van a creer que es el presidente de la República Oriental del Uruguay.
–Bueno, Pocho. Vos también mirás con lupa a los otros, eh? Tampoco me parece que vistás de ‘Armani’ todos los sábados cuando vas al bailongo en la I.A.S.A. Recordarán un viejo dicho de que el hábito no hace al monje. Se me ocurre que se puede completar con aquel de que aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Hablo, muchachos, de las apariencias que evidentemente siempre engañan.
–Si bien no coincido con el Pocho, hay que reconocer don José, que el Pepe se pasa un poco. Un presidente tiene que dar ejemplo, bueno…debería de darlo. Si miramos para el Pepe vemos a un veterano vecino del barrio nuestro que toma mate debajo del paraíso. Ser presidente requiere exteriorizar optimismo. Ser presidente tiene también sus pequeños peajes que hay que pagar y si tenés que ponerte corbata lo tenés que hacer.
–La verdad, muchachos, que me sorprenden. Ustedes que andan siempre medio mal vestidos quieren que el presidente se vista mejor. A lo mejor los entiendo. El aprecio que sienten por el candidato Jose Mujica Cordano, hasta el momento un ciudadano más, no se debe confundir con el estatus que tendrá cuando sea el primer ciudadano de nuestro país. Quieren evitar que se critique al nuevo presidente y que lo quemen por una boludez.
–Así va lo cosa, don José. Usted chapó la onda. Entendemos que el cargo lleva consigo ciertas responsabilidades que aunque sean menores no deben considerarse insignificantes. No sea que los blancos y los colorados se aprovechen de la imagen campechana del Pepe para deslegitimar su idoneidad para el cargo.
–Ta…estamos de acuerdo en eso. Ahora, ya que el Pocho dijo que Lacalle era un buen tipo, les voy a leer un cachito del libro que tengo acá guardadito. Escuchen: “El que no concibe o no comprende la figura de un jefe, carece de un elemento primordial para juzgar los hechos. La raza latina es generosa en figuras enormes. En figuras que sin perder la dimensión de mortales, dejan en el paso del tiempo estampada su huella de manera particularmente imperecedera”. A ver si adivinan a quien le dedica las alabanzas.
–La respuesta es una papa, don José. Se está refiriendo a su abuelo, al viejo Herrera, el jefe del Partido Nacional que nunca pudo ser presidente. El nieto es agradecido y con estas líneas lo demuestra claramente.
–No, muchachos, no. La respuesta es incorrecta. Les doy una pista. Fue una visita que hizo Lacalle en el año 1962 en el exterior. Sigo con otro cachito de texto para ver si se orientan un poco: “Una mañana única en la vida. Por ello he querido que su recuerdo quedara grabado en estas páginas. Y porque al conocer a este hombre, le renovábamos la lealtad y la admiración de tres generaciones de gente de nuestra sangre”.
–Sigo sin caer. Sin saber el lugar al que fue en el año 1962 la cosa está difícil pero el Tito a lo mejor lo descubrió porque además de buena memoria lee bastante más que yo.
–En lo de leer, tenés razón Pocho pero acá la memoria no te ayuda un carajo. La respuesta es Francisco Franco. Me avivé al hablar de “nuestra sangre” porque lo demás es asqueroso. ¡No se puede creer! Un ex presidente democrático uruguayo es un chupamedias del sorete dictador asesino que tuvo a España anclada en el atraso hasta que se murió.
–Así es, Tito. Diste en el clavo. El nieto de Herrera escribe esta babosada de mierda en un librito titulado Trasfoguero. También me quedé de piedra al leer las expresiones anti-democráticas del ex presidente que le rinde pleitesía a Franco como si de un dios se tratase. El libro me lo enviaron de Galicia, de Carballo para ser más precisos. Allí en la capital de Bergantiños vive la hija de mi viejo amigo del barrio de La Blanqueada, el gayego Rey. El librito es del mismo año 1962 que fue cuando Franco recibió en audiencia a la familia del Cuque en el madrileño palacio de El Pardo.
–A veces lo que ponemos por escrito nos pasa factura muchos años después. Espero, don José, que reparta fotocopias del texto para que se enteren muchos blancos que lo tienen por un tipo bárbaro. Hay que animar al Pepe para que le meta fierro en la campaña electoral. Prefiero al Pepe con la camisa desabrochada que al Cuque de corbata bien planchadita haciéndole la venia a sus admirados Franco y Mussolini.