Opinión

¿Menos ONU para EE UU?

Está en marcha en el Congreso de EE UU un proyecto de ley, impulsado por el Partido Republicano, que prevé un recorte del 50 por ciento de las atribuciones financieras que ese país otorga a la ONU y que, según diversos analistas, podría dejar fuera a Washington de comisiones estratégicamente importantes como la de derechos humanos.
¿Menos ONU para EE UU?
Está en marcha en el Congreso de EE UU un proyecto de ley, impulsado por el Partido Republicano, que prevé un recorte del 50 por ciento de las atribuciones financieras que ese país otorga a la ONU y que, según diversos analistas, podría dejar fuera a Washington de comisiones estratégicamente importantes como la de derechos humanos.
EE UU otorga casi un 25 por ciento del presupuesto global de la ONU pero, paradójicamente, es también su principal deudor, cuya deuda es estimada en aproximadamente US$ 1.200 millones. La relación política entre EE UU y la ONU no es, a grandes rasgos, cordial. Por tomar un ejemplo: aunque el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución de ataques aéreos contra Libia en marzo pasado, en 2003 la propia ONU se opuso firmemente a la guerra de Irak impulsada por Washington.
Es un tópico decir que las superpotencias como EE UU recelan del peso de las instituciones globales, como la ONU. En el marco de los Objetivos de Milenio a partir de 2000, se discutió la posibilidad de llevar a cabo una reforma global de la ONU que al día de hoy es casi inexistente. Por tanto, será difícil un proceso de democratización a fondo de la ONU, adecuándola al nuevo mapa geopolítico global del siglo XXI, en el que la supremacía estadounidense está constantemente en entredicho y contestada por el ascenso de nuevos polos, como China, India o Brasil.
Si la iniciativa republicana tiene finalmente éxito en el Congreso, asistiremos a un proceso paulatino de cuestionamiento en Washington sobre la necesidad de seguir manteniendo a la ONU. Paralelamente, la propia ONU se verá inmersa en focos de polarización, principalmente por parte de los nuevos ejes de poder provenientes de los países del Sur, que demandan mayor participación y peso político.
¿Será este escenario la certificación de una ruptura interna en la ONU? ¿Qué dice Europa con respecto a este escenario? Absolutamente nada. La crisis económica y del euro parecen atomizar a una Europa con cada vez menos peso a nivel internacional.